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Los descalificativos que más afectan a la autoestima de las mujeres

El uso de etiquetas coloquiales para referirse al género femenino puede debilitar la «fuerza interior» de muchas jóvenes

S.F.

Aunque el 86% de las mujeres españolas se considera fuerte, tanto física como moralmente, un 61% admite verse dañadas cada vez que se utilizan expresiones cotidianas en forma de adjetivos negativos hacia el género femenino. Según un estudio realizado por Special K, las mujeres eliminarían el uso de términos como «manipuladora, controladora o mandona» de las conversaciones de su día a día.

Por otro lado, se puede destacar que estos descalificativos no afectan de igual manera a todas, dependen mucho de la edad de cada una. El 63% de mujeres con edades entre 18 y 34 años se ven mucho más influidas, frente al 44% de las que tienen entre 50 y 65. «Con los años tenemos mayor perspectiva de todo lo vivido y eso todavía nos da más fuerza», explica la psicóloga Patricia Ramírez.

Dependiendo de la comunidad autónoma a la que pertenecen, el estudio demuestra que las mujeres tienen una mejor o peor opinión de sí mismas, siendo las riojanas las que mejores resultados consiguen en un 95%. Cántabras y canarias también se muestran muy seguras de sí mismas en un 93% y 91% respectivamente. Sin embargo, con un 76%, 80% y 81% se encuentran las mujeres vascas, gallegas y madrileñas, quienes peores opiniones tienen de sí mismas.

«Las etiquetas condicionan nuestras emociones. Organizar, mandar, controlar y manipular, a pesar de que no tienen nada que ver, pueden malinterpretarse. El uso que damos a las palabras y la manera en que calificamos a los demás debilita la autoestima y la seguridad de la persona», añade Patricia.

Además, el 67% de las mujeres concluye que su principal referente de fortaleza son las madres, aunque no son las únicas, ya que abuelas y profesoras también influyen en la vida de las demás desde que estas son niñas. Las madres, como representantes de los pilares del hogar son un ejemplo de valores para sus hijas. Como explica esta psicóloga, «gracias a la motivación de educar, la fuerza interior de una "madre de toda la vida" se ha nutrido de apoyo y seguridad a su familia».

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