Día Mundial del Síndrome de Down
«Visibilizar la discapacidad a través del juego en la infancia normaliza la diversidad»
Una campaña crea muñecos Síndrome de Down para fomentar en los más pequeños las diferentes realidades y desmentir mitos
Así luchan varios discapacitados intelectuales por aprender a vivir de manera «normalizada»

María Dousisingue tiene una hija de 12 años con síndrome de Down. Sabe muy bien que hace falta dar mucha más visibilidad a esta discapacidad y, por ello, trata de normalizar a las personas que lo padecen a través de 'El cromosoma de Marieta' en Instagram. «Estamos avanzando porque hace unos años las personas síndrome de Down eran casi invisibles y eso no es bueno ni para ellas ni para la sociedad en su conjunto, mientras que en la actualidad, y con mucho esfuerzo, están más presentes. Es necesario poner en valor que pueden contribuir a la sociedad y deben ser plenamente aceptados».
Por este motivo, esta madre no quiso perderse esta semana la presentación de Miniland, empresa española con más de 60 años de experiencia en juguetes educativos y puericultura de alta calidad, y Paz Rodríguez, firma gallega de moda infantil fundada en 1970, que han decidido unirse para lanzar Mini Me, una colección cápsula de muñecas diseñada para visibilizar la diversidad e inclusión infantil.
La colección está compuesta por cuatro muñecas, dos de ellas con síndrome de Down, vestidas con prendas de la nueva temporada primavera-verano de la marca de moda.
Almudena Richart, de Miniland, apuntó durante la presentación de la nueva colección de muñecos, que la empresa juguetera comenzó en los años 80 creando figuritas de niños y familias enteras con algún miembro con discapacidad física que, por ejemplo, iba en silla de ruedas. «Apostamos desde hace más de 30 años por hacer juguetes inclusivos para que desde pequeños, los niños aprendan a normalizar la diferencia como son las personas con síndrome de Down, las que llevan implantes cocleares, necesitan gafas o, como realizamos en la última campaña, con los que padecen vitiligo».

Reconoce que desde que comenzaron con esta idea, la mayoría de las unidades de estos muñecos iban destinados a escuelas de Infantil y Primaria. Su presencia facilita la labor de los docentes que los utilizan para que los alumnos puedan jugar con ellos, observar las diferencias y darse cuenta de que forman parte de la sociedad para que puedan interiorizarlo. «Formamos parte de un proyecto denominado 'Jugamos juntos' y es curioso cómo los niños con discapacidad y sin ella juegan, colaboran, cooperan sin ningún tipo de problema ni prejuicio. Sin embargo, a partir de los diez años es cuando los menores empiezan a asumir otras percepciones, por eso es tan importante incidir en la infancia para normalizar esta realidad de diversidad».
Añade que cada muñeca lleva un cuento solidario que ayuda a desmitificar mitos y falsas creencias sobre lo que implica ser Down y, además, por cada unidad vendida, se donará 1 euro a la Fundació Asindown.
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María Dousisingue considera que iniciativas de este tipo son muy necesarias «porque si desde la infancia hacemos entender a los niños que todos tenemos un hueco en la sociedad, aunque seamos diferentes, cuando sean adultos no les apartarán y podrán darles un empleo o compartir momentos de deporte u ocio como con cualquier otra persona porque, de hecho, son ciudadanos con plenos Derechos».
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