Los progenitores apenas pasan 3,5 horas diarias con sus hijos

Así, sólo 1 de cada 4 familias se siente completamente satisfecha con el tiempo que dedica a sus pequeños, según los datos del estudio realizado por Kantar y en colaboración con el centro de formación en habilidades La Granja en una muestra de 1.000 madres y padres con hijos hasta los 11 años y representativa de los diversos tipos de familias que existen en España. Además, el 70% de las madres considera que dedica más tiempo que el otro progenitor en lo que a sus hijos respecta.

No pasar el tiempo suficiente con los hijos pasa, por tanto, factura. Así, no es de extrañar que el 44% de los adultos señale la falta de tiempo como principal dificultad para contribuir en el desarrollo escolar de los hijos, mientras que un 31% reconoce que le cuesta o no sabe cómo motivar a sus pequeños. Las madres, una vez más, perciben tener menos dificultades que los padres a la hora de ayudarles con los deberes.

Para Gutiérrez, es fundamental «tomar conciencia de estos datos y eso es ya un paso. Así, las familias podrán tomar medidas para no estar constantemente amargadas, reconocer el problema que tienen y buscar estrategias que les permitan una mayor organización para evitar todos los malestares diarios. Una buena planificación familiar es vital».

El estudio revela también que 6 de cada 10 familias recibe ayuda de otra persona para la crianza de los hijos, principalmente de abuelos (38%). Solo un 4% se vale de un profesional para ello.

A pesar de todos estos datos, el informe desvela que el impacto de la paternidad en la vida se valora de manera positiva en la mayoría de los aspectos. Sin embargo, genera dificultades en ciertos aspectos, especialmente en la finanzas personales (madres: 45%; padres: 34%), el tiempo en pareja (40%; 29%), en las aficiones (28,2%; 24,5%), en la carrera profesional (27%; 11%) y en la salud física (24%; 14%). En todos estos aspectos, son ellas las que experimentan mayor impacto negativo.

«Tener hijos es renunciar a otros aspectos siempre pero hay que ver cómo hacerlo», ha reflexionado la experta, «porque la frustración a la renuncia es cada vez peor. A medida que van pasando las generaciones, éstas tienen una menor capacidad para frustrarse y esto debe de hacernos pensar en qué van a hacer los que hoy son aún jóvenes en un futuro ante la maternidad y paternidad. Lo veremos con el paso del tiempo pero este aspecto ya nos desvela muchas cosas».

La investigación también ha puesto el foco en el futuro. El bullying y el ciberacoso (38%), el bienestar emocional de los hijos(35%) y el uso abusivo de las pantallas (32%) son los aspectos que más preocupan a los progenitores. Una vez más, en este aspecto vuelve a haber diferencias de género: al 35% de las madres les preocupa el bienestar emocional de los hijos frente al 28% de los padres, cuya mayor preocupación es el acoso escolar (36%).

«Que a las familias les importe tanto el aspecto emocional de sus niños es una gran noticia porque es fundamental tomar conciencia, aprender herramientas y saber que hay soluciones», ha asegurado la investigadora. «Aunque ellas tenga más clara la importancia de ello -ha dicho- todos debemos saber que si no hay salud emocional no va a haber salud mental».

En términos de bienestar emocional, la dependencia de las pantallas es la principal preocupación para el 35% de los progenitores, a lo que siguen la falta de confianza (30%), miedos (26%), ansiedad (24%), poca tolerancia a la frustración (24%) y baja autoestima (23%) que puedan sentir sus hijos. Uno de cada dos padres y madres admiten que sus hijos pasan más tiempo frente a la pantalla del que les gustaría, con una media de entre 1 y 3 horas de uso diario de la televisión, el móvil o la tableta y los ordenadores. Con el fin de controlar esta actividad, el 52% de las familias establecen límites de tiempo para este tipo de dispositivos y una de cada tres fomenta actividades sin pantallas, pero sólo 1 de cada 4 adultos afirmar que predica con el ejemplo en cuanto a hacer un uso sano y comedido de las tecnologías.

«Todo estos datos tienen que ver con las competencias emocionales», ha subrayado Gutiérrez. «Por suerte, el estudio desvela que las familias son conscientes del mal uso que los menores pueden hacer de las pantallas por las cuales se dejan de entrenar habilidades sociales reales. Por eso, los hijos pueden sentir una mayor inseguridad, desconfianza en sí mismos y respecto a terceras personas, baja tolerancia a la frustración… ¡Las redes son sólo 'likes'! Son entornos en donde únicamente se promueve la recompensa inmediata. Sin embargo, necesitamos desarrollar la paciencia y no tanta dopamina. Desaprendemos a estar en el mundo real».

Con respecto al futuro, el 63% de las familias españolas ha tomado alguna medida para proteger a sus hijos en caso de fallecimiento, por lo que el seguro de vida (30%) es el principal instrumento para garantizar su bienestar el día de mañana. Sin embargo, sólo un 40% considera que tiene todas sus deudas cubiertas en caso de faltar. «Este dato nos evidencia que aún queda mucho por hacer en este ámbito», ha subrayado María García.