Esto es lo que le pasa a tu hijo cuando le sobreproteges
Las familias sobreprotectoras no les hacen ningún bien a los menores
De la 'papitis' y 'mamitis' a la 'hijitis': ¿Son las familias sobreprotectoras con sus hijos?
Los padres o madres helicópteros, es decir, aquellos que sobreprotegen a sus hijos y les controlan en exceso, no saben realmente que actúan así. Es más, muchas veces piensan que su manera de criar es buena porque se preocupan de sus pequeños.
Sin embargo, ... las familias sobreprotectoras no les hacen ningún bien a los menores. Las consecuencias de este tipo de crianza, según la psicóloga Carmen Esteban, autora también de '¡Bienvenida adolesc(i)encia!', son:
Frustración
«Bajo nivel de tolerancia a la frustración ya que son niños que no están acostumbrados a equivocarse o a la crítica. Por eso, suelen tener problemas en el colegio, extraescolares, a la hora de aceptar errores, críticas de sus iguales u otros adultos, una mala nota, un partido que pierden, etc.», explica la experta a ABC.
Dificultad para lidiar con emociones desagradables
Muchas veces, los padres que sobreprotegen a sus hijos es porque no quieren que lo pasen mal «y esto implica tratar de evitar emociones que hacen sufrir a los hijos como la tristeza, la rabia, el miedo, el rechazo… Pero las emociones no podemos evitarlas ya que son instintivas y todas tienen una función en nuestra vida», recuerda Esteban. Si los adultos les evitan estas emociones, cuando no estén presentes ¿qué pasará? «No podrán evitar que éstas aparezcan y además los niños no habrán aprendido herramientas para gestionarlas».
Dependencia en los demás
«Los hijos de padres sobreprotectores acaban generando relaciones de dependencia -afirma la psicóloga-. En su vida infantil sobre sus padres pero a medida que crecen sobre sus iguales (amigos, pareja…). Esto se debe a la falta de seguridad en sí mismos que tiene generada por la falta de autonomía».
Autoestima
«Si yo hago las cosas por mi hijo y resuelvo sus problemas el mensaje que le estoy mandando es que 'él solo no puede'. La intención de la familia nunca es esa -puntualiza-. De hecho el mensaje que muchas mamás y muchos papás quieren trasladar es: 'Estoy aquí para todo'». Sin embargo, eso «no significa resolver sus problemas sino escucharles, ofrecerles herramientas y dejarles a ellos resolverlos. ¿Alguna vez te has fijado en la cara de un niño cuando consigue algo que lleva un rato intentando? ¡Le sonríen hasta los ojos! Ese sentimiento de 'yo puedo' y empoderamiento es lo que les da seguridad y confianza en sí mismos».
Para evitar todas estas consecuencias, la familia debe trabajar en favorecer la autonomía del menor desde que es pequeño. «Cuando los niños empiezan a gatear, caminar y hablar podemos ir entrenando dicho aspecto ya que estos hitos del desarrollo, es decir, son señales de estar preparados para tener cierta independencia», explica Esteban.
«Ahora bien -continua-, debemos ajustarnos a cada edad y a sus capacidades físicas y emocionales. Si lo que ellos nos piden hacer no implica ningún peligro, podemos dejarles hacer las cosas. Si no les dejamos satisfacer su necesidad de autonomía cuando lo necesitan, no la tendrán cuando nosotros se la pidamos. El problema es que muchas veces nos adelantamos a ellos por comodidad de los adultos».
Y para evidenciarlo, Esteban ejemplifica: «Un niño de 18 meses que quiere comer y termina manchándolo todo. Para evitar esto, muchos padres prefieren darles de comer y así evitar tener que cambiarle de ropa y limpiar el suelo. Un año y medio después, este niño ya no quiere comer solo. Ahora quiere que sus padres le den de comer pero sus padres le dicen que ya es muy mayor para ello. ¿Qué ha pasado? Cuando este niño quiso comer solito no se le permitió porque 'no sabía'. Claro que no sabía, nadie nace enseñado, pero ese momento era la oportunidad para que aprendiera. No debemos olvidar que los errores no sólo forman parte del aprendizaje sino que, además, son oportunidades de aprendizaje».
Por tanto, para saber cómo lograr que los hijos sean autónomos y responsables, la experta aconseja:
Dejarles que lo intenten hacer ellos primero
«Animarles y alentarles es fundamental para que ellos se sientan seguros. Los niños se ven reflejados en la mirada de sus padres y su nivel de autoconfianza depende de nuestro nivel de confianza en ellos», explica.
Ayúdales
Esteban recuerda que «si no pueden hacerlo por si mismos, explicarles verbalmente cómo hacerlo e incluso enseñarles a través del ejemplo cómo hacerlo primero y después dejarles que lo hagan ellos».
Adaptar espacio
Para logar su independiza física, hay que adaptar los espacios. La pscóloha aconseja poner las cosas a su altura, guardar la vajilla infantil en un cajón al que ellos lleguen y así puedan poner la mesa, etc.
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Reflexiona con ellos sobre los errores cometidos
«Esto podemos hacerlo cuando tienen capacidad de escuchar y reflexionar. Aproximadamente a partir de los 3 años», concluye.
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