La muerte de las mellizas de 12 años en Oviedo: así está la salud mental de los adolescentes

La OMS recuerda que los trastornos de salud mental empiezan antes de los 14 años

Mueren dos mellizas de 12 años tras precipitarse por una ventana en Oviedo

Flores y velas en la casa de las gemelas de 12 años de Sallent ADRIÁN QUIROGA

A falta de conocer la información que arroje la investigación policial en curso, las circunstancias del suceso ocurrido este viernes en Oviedo, donde dos mellizas de 12 años han muerto este viernes al precipitarse por una ventana de un patio interior de un edificio ... de la ciudad, recuerdan al acaecido hace tan solo tres meses.

Entonces, dos gemelas, también de 12 años, se arrojaron al vacío desde el balcón de su casa en un tercer piso. Una de las niñas falleció y la otra resultó herida grave. En aquella tragedia, el bullying estaba detrás de la decisión de ambas hermanas de acabar con su vida.

¿Accidente o, como en el segundo caso, suicidio premeditado? Los estudios muestran que la mitad de los trastornos de salud mental se inician antes de los catorce años, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y que, en la mayoría de los casos, no se detectan ni se tratan, con lo cual las consecuencias se arrastran en la edad adulta.

A falta de conocer qué ha ocurrido exactamente hay un hecho que no podemos obviar: La fragilidad mental en la adolescencia, un hecho que la psiquiatra de la infancia y la adolescencia y pediatra del Hospital La Salud, la doctora Gemma Ochando Perales, ve a diario en consulta. Pero según advierte esta doctora, en la actualidad «no hay medios suficientes destinados a los problemas de salud mental de los menores y los casos más leves se están dejando evolucionar hasta que son graves».

De entrada, afirma, «es una generación con muy baja tolerancia a la frustración, pero también hay que señalar que en la adolescencia no está terminada la función ejecutiva, que es esa zona cerebral prefrontal que es la última que se desarrolla». Esa función ejecutiva, explica esta psiquiatra, «es la encargada del control de impulsos, de la resolución de problemas, de la consecuencia de los actos, además de la memoria, la impulsividad, la planificación, el control del tiempo… En estas edades no tienen ese freno y ese control emocional para poder canalizar situaciones de estrés y buscar una solución al problema».

En el hospital, relata Ochando Perales, «lo que vemos en niños de 10, 11, 12 niños son actos de impulsividad en momentos de 'no poder', de desesperanza, que piensan que no tienen salida o solución. Tienen pensamientos del tipo: 'Ojalá me muriera y mis padres sepan que han sido injustos conmigo por enfadarse tanto'. Pero es que su cerebro tampoco está preparado y pueden cometer un acto sin pensar en la consecuencia de lo que puede llegar a pasar si lo hacen».

Redes sociales

Esta fragilidad, continúa esta psiquiatra, «está también influida por el uso de redes sociales, donde cualquier persona puede dar consejos de psicología sin ser un profesional o cualquier niño puede encontrarse con informaciones que no debería ver».

De todas formas, prosigue, hay otros muchos factores que pueden estar influyendo. «Pero sí estamos viendo -reconoce- muchos casos de chicas con mucha ansiedad, con autolesiones, que no saben manejar esos cuadros emocionales, de ansiedad y con ideación autolítica. Que cuando investigas un poco más en su historia tienen problemas de aprendizaje, TDAH o dislexia, que hasta ese momento han ido solucionado, parcheando… Pero llega un momento en que ya no pueden hacerlo porque el nivel escolar es de 4º de la ESO y es entonces cuando aparece la depresión».

Es importantísimo, concluye, «la detección temprana de las dificultades de estos niños. Lo que no se cura en la infancia dura toda la vida. La mitad de los problemas que aparecen en la edad adulta surgen en la infancia. Si pusiéramos el foco en esa detección temprana, es un tren que se nos escapa, y una vez que se escapa ya no lo podemos coger».

«Pensemos -reflexiona- en la vacuna del tétanos o en la detección cáncer mama o de colon, por ejemplo. La detección temprana de la salud mental está años luz de lo que debería ser porque no se le ha dado la importancia que realmente tiene. Detectar esos casos en la primera infancia y edad escolar es fundamental para el desarrollo posterior de la persona a lo largo de toda su vida».

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