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Día de las Familias: los vínculos afectivos son la base del bienestar infantil

Casi 52.000 niños, niñas y adolescentes en nuestro país han perdido el cuidado de sus padres y crecen con una medida de protección

«Nadie puede decir que hace bien las cosas cuando hay 2,7 millones de menores en riesgo de pobreza»

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Con motivo de la celebración del Día Internacional de las Familias,Aldeas Infantiles SOS reivindica el papel esencial de los vínculos afectivos en el desarrollo pleno de la infancia. La organización defiende que crecer en un entorno familiar donde los niños y niñas se sientan vistos, escuchados y valorados es un derecho que incide directamente en su salud mental, su bienestar emocional y su desarrollo social y cognitivo. Por ello, reclama más políticas preventivas que lleguen a tiempo de evitar la pérdida del cuidado parental.

Casi 52.000 niños, niñas y adolescentes en nuestro país han perdido el cuidado de sus padres y crecen con una medida de protección. Detrás de esta cifra hay situaciones graves de desprotección, como el maltrato o la negligencia, pero también trayectorias marcadas por la acumulación de factores de riesgo y la ausencia de respuestas en fases iniciales que podrían haber evitado la ruptura del entorno familiar.

Con ocasión del Día Internacional de las Familias, que se celebra cada 15 de mayo, Aldeas Infantiles SOS defiende que la intervención con familias en circunstancias de vulnerabilidad debe comenzar mucho antes de que se produzca una situación de desamparo. «Reforzar las capacidades parentales desde las primeras señales de dificultad, además de proteger a los niños y niñas, les permite preservar sus lazos afectivos y su derecho a crecer en un entorno protector, estable y reparador», sostienen desde la organización de atención directa a la infancia.

El ámbito relacional en el que crece un niño o niña, más allá de las condiciones materiales, influye de forma decisiva en su desarrollo afectivo, en su capacidad para construir vínculos seguros y, en última instancia, en su salud mental. Las relaciones afectivas estables con sus cuidadores no solo ofrecen protección emocional, sino que sientan las bases para el aprendizaje, la autorregulación y la construcción de una identidad sólida.

«El apego seguro y la estabilidad emocional tienen un rol fundamental en la infancia. Cuando fallan, los efectos pueden ser graves y duraderos», afirman desde la organización. «La buena noticia es que los lazos afectivos también tienen un enorme potencial reparador, incluso cuando ha habido experiencias adversas».

Aldeas Infantiles SOS explica que la resiliencia infantil no es un rasgo innato, sino que se construye cuando existen factores protectores. Entre ellos, las relaciones de confianza con figuras adultas de referencia son las más importantes. Este tipo de vínculos permiten a los niños enfrentarse a situaciones difíciles, recuperarse del trauma y desarrollar una base emocional consistente para su vida adulta.

Muchas situaciones de pérdida del cuidado parental podrían evitarse si existieran mecanismos más eficaces y accesibles de prevención y apoyo familiar. Es necesario, por tanto, actuar desde las primeras señales de dificultad, ofreciendo acompañamiento y recursos a las familias antes de que las situaciones de riesgo se agraven.

Aldeas Infantiles SOS propone, para ello, reforzar los programas de apoyo a la crianza y la salud mental, garantizar ingresos suficientes para cubrir las necesidades básicas, ampliar el acceso a servicios comunitarios y generar espacios de orientación y escucha para madres, padres y cuidadores. Estas intervenciones deben ser sostenidas en el tiempo, adaptadas a las distintas realidades familiares y dotadas de financiación.

Asimismo, considera esencial mejorar la coordinación entre los sistemas implicados -educación, sanidad, servicios sociales y justicia- para asegurar respuestas integrales, coherentes y continuadas. Esto permite detectar antes las situaciones de riesgo, intervenir con mayor eficacia y reducir la necesidad de aplicar medidas que impliquen la ruptura familiar.

«La separación de un niño de su familia ha de ser siempre el último recurso, adoptado tras haber explorado todas las vías de apoyo», señalan desde la Aldeas Infantiles SOS. «Y para que las familias puedan ejercer su función protectora, es imprescindible que cuenten con los recursos, el acompañamiento y las condiciones adecuadas».

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