«No dar un móvil hasta los 16 años es excesivo»

Maialen Garmendia, directora de EU Kids Online, entiende y comparte la «inquietud» de las familias pero cree que «una medida tan drástica puede tener más costes en las oportunidades»

María Zabala, autora de 'Ser Padres en la Era Digital', recuerda que «nos hemos dejado llevar por la inercia de darles el último modelo de smartphone con 9 años, sin tener información ni formación». Una situación que «no se debe solo a la irrupción de internet sino a múltiples y diferentes cambios sociales»

«Dar el primer móvil no depende de la edad del menor, sino de su madurez»

Es clave diferenciar entre un buen o mal uso del móvil

«El dar o no un móvil hasta los 16 años es un tema con muchas aristas», reseña a ABC Maialen Garmendia, investigadora y directora de EU Kids Online (Menores en red), una red de referencia en el estudio de la infancia y ... adolescencia y las TIC nacido en 2006 que agrupa a más de un centenar de personas expertas de 34 países europeos. «Me parece triste reducir este debate a la mínima expresión porque prohibir o retrasar la entrega del dispositivo es una solución muy simple para un problema muy complejo», añade a su vez María Zabala, directora de Sociedad y Tecnología en Alabra y autora de 'Ser Padres en la Era Digital'.

El hecho de que miles de padres y madres hayan decidido impulsar por toda España la iniciativa de no entregar un smartphone hasta que los menores no tengan, al menos, 16 años ha reabierto un debate que no es nuevo pero que, sin embargo, se ha pasado por alto durante años.

«Hay que empezar en casa a formar a los pequeños», explicaba a este periódico en 2016 Ana Santos, Ingeniera Superior de Telecomunicaciones y responsable de la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI), en el reportaje titulado 'Quiero un móvil»: la «batalla» perdida de los padres frente a sus hijos'. Entonces ya alertó: «Si los progenitores no se ponen las pilas, llegará un momento en el que la situación se les vaya de las manos y entonces se verán desbordados».

«Que las familias estén formadas en este ámbito es una asignatura pendiente de hace muchos años», recuerda Garmendia. «No nos sentamos con ellos -continua-. De hecho, desde EU Kids Online hemos comprobado cómo las familias españolas acompañan menos a sus hijos en comparación con sus homólogos de Portugal e Italia. Sé que vamos a mil por hora. Yo soy madre de un adolescente. Acompañarles requiere un esfuerzo». Ya lo decía María Lázaro, autora de 'Redes sociales y menores. Guía práctica', en una entrevista con ABC en 2020: «Les damos el móvil desde bebés «para que me deje de molestar». Y, cuando son mayores, queremos quitárselo».

Impera lo negativo

«Hemos llegado a este punto porque hay un desequilibrio importante con la información que llega a las familias», añade Zabala. «Recibimos mucha más noticias que nos alertan sobre lo potencialmente malo en vez de obtener toda una serie de recursos prácticos que permitan a padres y madres saber cómo preparar al niño, a nosotros y a la propia tecnología ante el escenario en el que estamos inmersos: un mundo digitalizado. Tenemos que saber configurar los dispositivos que les damos, por ejemplo». Pero no, «tendemos a prohibir o retrasar».

La directora de EU Kids Online, que lleva más de 17 años investigando sobre el tema, reconoce compartir «en cierto modo la inquietud de los padres». «Es inevitable que al final acabemos hablando más de riesgos que de las oportunidades que nos brinda la tecnología y la preocupación ha calado mucho en la opinión pública. Sin embargo -añade-, basándome en evidencias empíricas, una medida tan drástica como prohibir o retrasar el acceso puede tener más costes en las oportunidades».

Zabala asegura que el smartphone es «un elemento muy disruptivo» en una familia puesto que se trata de algo con lo que no crecieron quienes hoy son padres y madres. «Cuando educamos, a nuestros adolescentes, les hablamos del alcohol porque sabemos lo que es -explica-. Pero las actuales generaciones de progenitores no crecieron con smartphones y estamos convirtiendo el 'dar el móvil' como el final del camino, cuando debería ser el principio de un largo trayecto transitable con el esfuerzo de todos»

«Prohibir o retrasar el acceso puede tener más costes en las oportunidades»

Maialen Garmendia

Directora de EU Kids Online

«Si en 1989 hubiera habido móviles -continua-, nosotros habríamos hecho lo mismo. Esta nostalgia de que tiempos pasados fueron mejores… Hay que entender que nada es igual que entonces y, por tanto, la socialización es diferente. Tenemos que bajar a ese sitio que no nos gusta, comprenderlo y compartir experiencias digitales con nuestro hijos. ¡Qué tristeza que no seamos capaces de transitar por un camino intermedio cuando les hemos dejado solos!».

Móviles y suicido

El grupo de madres y padres asociados en Cataluña cuentan con el apoyo de Francisco Villar, psicólogo coordinador del programa de atención a la conducta suicida del menor en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, quien escribió recientemente una columna en El País en la que dice que «en la infancia y adolescencia» los móviles «parecen ser uno de los factores responsables» del incremento del suicido en los adolescentes.

«Es muy difícil aislar el factor pantalla de otros elementos que pueden llevar al suicidio», puntualiza Garmendia. «Nosotros siempre hemos dicho que todo riesgo no implica el mismo nivel de daño. El más dañino de todos es el 'bullying' pero hemos comprobado que el acoso más frecuente y dañino es el que se da cara a cara».

«'Dar el móvil' debería ser el principio de un largo trayecto transitable con el esfuerzo de todos»

María Zabala

Directora de Sociedad y Tecnología en Alabra

La Asociación Americana de Psicología (APA), tal y como recuerda Zabala, publicó el pasado mes de mayo que el uso de las redes sociales ni perjudican ni benefician a a los jóvenes. «En la mayoría de los casos -concluyen los expertos-, los efectos dependen de las características personales y psicológicas de los adolescentes y de sus circunstancias sociales, que se entrecruzan con el contenido, las características o las funciones específicas que ofrecen muchas plataformas. En otras palabras, los efectos de las redes sociales dependen probablemente de lo que los adolescentes pueden hacer y ver, de los puntos fuertes o vulnerables preexistentes que tengan y de los contextos en los que crecen».

Zabala sí cree que pueda haber una «correlación o asociación» pero no una causa-efecto directa porque «las redes sociales no son un departamento aislado del mundo sino que reflejan un tipo de sociedad que lleva gestándose décadas y que hemos sostenido. Si una adolescente se ve presionada por la cultura de la imagen, no es porque solo lo vea en Instagram, sino en las campañas publicitarias, en la televisión, etc.». También recuerda que «nunca antes se había estudiado tanto la salud mental de la adolescencia como ahora» y recuerda que, aunque un menor no tenga un móvil, «siempre va a buscar otras maneras de acceder a contenidos que le puedan generar cierto malestar».

Educación y formación

Uno de los aspectos que precisamente investigan los profesionales de EU Kids Online es el desarrollo de habilidades o competencias que los menores desarrollan para la gestión de los riesgos y evitar así los posibles daños, a la vez que posibilitan un máximo aprovechamiento de las oportunidades. «Y para nuestra preocupación», subraya la directora de la entidad, «nuestros menores están en desventaja relativa con respecto a sus homólogos europeos».

Por eso, Garmendia sostiene: «Retrasar unos años la entrega del primer móvil puede ser razonable pero hasta los 16 es excesivo porque, si no han ido adquiriendo competencias digitales, ¿cómo lo van a hacer? ¿De golpe en cuanto cumplan esa edad? ¿Cómo van a aprender a usar internet? ¿Qué va a suceder en el colegio? Y no debemos olvidar que los padres y madres somos su principal referente: aprenden por imitación. ¿Cuánto tiempo estás tú ante el móvil? ¿Vas al parque con tus hijos y lo estás mirando? Tenemos que ser un ejemplo, protegerles y apoyarles en el desarrollo de habilidades, de actitudes críticas».

La experta llama a las familias a reflexionar puesto que la iniciativa «puede dar buenos resultados pero tenemos que ser rigurosos porque puede convertirse en un arma de doble filo con ventajas sólo a corto plazo». «La clave está -insiste- en que les ayudemos a que tengan un uso responsable de las pantallas, no en dejarles que hagan lo que quiera. Hay que negociar y poner límites. Tienen que estudiar, salir con los amigos, hacer deporte… y estar con pantallas».

«Retrasamos la entrega del móvil a los 16 y después qué hacemos», se pregunta Zabala. «¿Se lo damos luego sin ningún tipo de límites ni restricciones? El móvil no es el es culpable de los problemas de los adolescentes», recuerda la autora de 'Ser Padres en la Era Digital'. «Es cómplice en el hecho de que tenemos la sensación de que están peor que nunca -subraya-. Y hablo de sensación porque hay muchos adolescentes que están mal pero también muchos que están bien. Y en los 80' pasaba lo mismo. Esta asunción de que 'todos nuestros jóvenes están mal y es por culpa del móvil' es simplista y claramente no ayuda».

Falta de acuerdo

La realidad es que no hay consenso sobre a qué edad se debe entregar un móvil. «Es la pregunta del millón», ríe Garmendia, que insiste en el exceso de una medida. «Hemos comprobado cómo el acompañamiento es importantísimo. De hecho, en nuestra última investigación, un 20% de los niños reconocieron que en caso de tener problemas en la Red, no se lo se lo contarían a nadie. Hay aún hoy niños y niñas que ocultan el problema por temor a que le quiten el acceso al dispositivo. Educar es siempre costoso pero a esas edades más. Las familias tienen que acompañar y compartir, negociar normas, consensuar limites, tiempo sin móvil...», insiste la experta. «Cuando hoy en las familias se conversa sobre este tema es solo para advertir de lo peligroso que es», añade Zabala, quien lamenta, muy a pesar, que «sería una pena que una ley nos diga una edad a la que nuestros hijos tengan que vivir en el mundo».

«El móvil no es el es culpable de los problemas de los adolescentes»

María Zabala

Sobre una posible legislación, no se puede olvidar que el acceso al entorno digital es un derecho de la infancia. Y la Ley de Protección de Datos establece que la edad mínima para poder acceder y registrarse en redes sociales son los 14 años. «WhatsApp es para 16», puntualiza Zabala. Por tanto, «si tu das el consentimiento de que tu hijo de 10 años esté en TikTok, es tu responsabilidad saber qué ve, con quién se relaciona, etc.»

Y este ha sido el problema. «Nos hemos dejado llevar por la inercia de darles el último modelo de móvil con 9 años sin tener información ni formación, dándoles datos ilimitados, dejándoles que se descarguen de todo, sin tener nociones de seguridad ni privacidad, etc. Pero las familias no tienen la culpa de todo – puntualiza la directora de Alabra-. De hecho, se sienten muy solas y, aunque hay mucha información para ellas, quizás no siempre es de fácil acceso. Y no siempre es fácil de entender. La actual situación no se debe solo a la irrupción de internet sino a múltiples y diferentes cambios sociales».

El papel de la industria

Tanto Zabala como Garmendia coinciden también en otro aspecto: el papel de las compañías tecnologías es muy mejorable. «Con la industria deberíamos ser más exigentes y reclamar una verdadera verificación de la edad, un mayor control al acceso a contenidos no apropiados, etc. », dice la directora de EU Kids Online. «Está extendida la idea, por ejemplo, de que la incidencia de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) derivan un poco de la presión que reciben los jóvenes de las redes sociales -continua-. Pero es anterior: cuando nosotros empezamos a investigar sobre internet, no había Facebook, ni Instagram ni nada pero sí existían una gran cantidad de páginas que inducían a la bulimia o anorexia. Pero la presión por tener un cuerpo 'delgado y perfecto' no viene solo de la Red», recuerda.

«Las compañía tienen que mejorar y mucho en transparencia y la clase política ha de preocuparse por capacitar a las familias de verdad en competencias digitales bajo el paraguas común de proteger a los niños y adolescentes», concluye Zabala.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios