«Damos las relaciones por sentadas y no es así porque tenemos el poder de mejorarlas»

La experta en crianza Míriam Tirado invita a los más pequeños de la casa a reflexionar sobre los vínculos que tienen con otras personas en su libro 'Los mil colores del hilo invisible'

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Míriam Tirado pretende en su libro enseñar a los niños las diferentes relaciones que existen con las personas

Muchas familias se sentirán identificadas nada más leer la primera página del nuevo libro de Míriam Tirado, 'Los mil colores del hilo invisible' (B de Bock). Y es que la experta en crianza refleja una situación muy común: la pequeña María se había ... tenido que despedir de su prima Carla, que vive lejos, lo que le hacía sentir muy triste. Es lo que se conoce como ansiedad por separación.

Tirado retoma así la idea de los vínculos que nos unen a los demás, como ya hizo con 'El hilo invisible', para ayudar a fortalecer las relaciones con aquellos a los que más queremos, para abrir paso a conversaciones entre pequeños y mayores en las que salgan a relucir nuestros sentimientos, así como para acompañar y reconfortar a aquellos pequeños con ansiedad por separación, ya que el hilo invisible siempre nos mantiene conectados con las personas a las que queremos, independientemente de que estén a nuestro lado o no.

-¿Qué van a encontrar los pequeños en este libro?

Es la segunda parte de 'El hilo invisible', con temas importantes que no traté entonces y quería plasmar. En el primero cuento presenté el hilo invisible, es decir, la conexión que hay entre las personas pero sin hablar de la calidad o naturaleza de las relaciones. He considerado importante enseñar a los niños sobre las diferentes relaciones que hay, poniendo consciencia para cuidarlas o mejorarlas. He querido dejar que los menores echen a volar su imaginación con los diferentes hilos, que valoren sus relaciones y reflexionen sobre ellas.

- ¿Cómo ser conscientes de la calidad de las relaciones que tenemos? Ni los adultos reflexionan sobre ello.

Por eso son vitales estos momentos de lectura con los peques: para tomar consciencia todos ('¿Cómo es nuestro hilo?', '¿Hay algo que podamos mejorar de nuestro vínculo?', '¿Está lo suficientemente fuerte?', '¿Es seguro?'). Si no hacemos este ejercicio, es que damos las relaciones por sentadas y no es así porque tenemos el poder de mejorarlas o empeorarlas.

Hay vínculos que sentimos menos fuertes, pero los potentes (padres, hermanos amigos…) hay que pasarlos por el escáner y pensar cómo está ese hilo invisible, de qué tipo es, si parece que no está pero cuando nos vemos es fuerte y se conecta, o nos vemos siempre y estamos discutiendo.

- ¿Cómo nos influyen los vínculos?

Somos seres sociales y necesitamos de estos vínculos para ubicarnos en este mundo y tener seguridad de nosotros mismos. El vínculo con los padres y madres nos ha hecho ser la persona que somos y quizás por ello seamos inseguros, por ejemplo. Es importante poder ver y analizar nuestros vínculos porque cuando tienen carencias, conviene intentar sanarlas y dar el mejor vinculo a nuestros hijos con apego seguro, amor incondicional... Todo eso ayuda a la persona a estructurarse con seguridad, a ubicarse en el mundo, a ser personas autónomas e independientes. No hay que olvidar que cuanto más inseguro es el vínculo, más insegura es la persona.

Míriam Tirado, experta en crianza

- En el libro, reflejas muy bien lo que es la ansiedad de separación en los niños. ¿Cómo deben abordarlo las familias?

Primero, tenemos que entender que las emociones en la infancia son muy intensas porque su corteza prefrontal no está desarrollada. Son todo emoción, sin filtros y lo viven todo en presente con una intensidad potente por eso, cuando algo no les gusta, es un drama monumental. Y no están exagerando: así lo viven y lo sufren. Por eso, cuando les decimos, 'en nada vuelvo', algo que los adultos vemos de manera racional, tu hijo llora desconsoladamente porque te vas. Él no piensa en el futuro ni que sea poco rato. Vive sólo el presente.

Cuando comprendemos todo esto, padres y madres entienden que su hijo no tiene problema alguno, que es sólo una fase de su desarrollo en la que lo mejor que podemos hacer es acompañarle, validando sus emociones, no juzgándole y aceptando que esa pena y añoranza es real.

-En el libro, hay un niño que se ve incapaz de saber cuáles son sus propios hilos...

Hay menores que son muy racionales, que necesitan ver o tocar las cosas para poderlas comprender. Otro son más imaginativos y creativos. Todo esto es normal: depende de si tienes el hemisferio izquierdo o derecho más desarrollado.

Para estos niños a los que les cuesta muchísimo conectar, es importante ayudarles a comprender que lo pueden sentir aunque no lo toquen porque 'yo pienso en ti', 'te quiero', 'tu hermano te admira'…

- En las relaciones que no son tan estrechas, ¿cómo son esos vínculos?

Igualmente, tienen sus vínculos. Cada uno tendrá que observar qué salud tienen, cómo los viven, como los sienten… O no hay conexión, que también puede suceder, es todo muy personal. Incluso hay familias o padres que se llevan mal con sus propios progenitores pero el niño se lleva bien con el abuelo. Cada uno de nosotros tenemos nuestros propios hilos y los de padres e hijos no tienen por qué coincidir siempre.

Tampoco hay que olvidar que los vínculos no son estáticos ni inamovibles: con el paso de los años, cambian, evolucionan... Los hilos que nos unen siempre están vivos y nosotros tenemos el poder de transformarlos, ya sea para bien o para mal.

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