Campamentos urbanos en tu propia casa, una cómoda solución para conciliar

Esa es la pregunta que se hacen todos los padres cuando ven que se van acercando las vacaciones de junio, los menores empiezan las vacaciones escolares y ellos tienen que seguir trabajando. Se trata de una gestión que se convierte en un acto de malabarismo logístico y por qué no, también emocional.

Toca ponerse a buscar campamento y siempre surgen las mismas dudas: '¿Será seguro? ¿Irá algún amiguito del cole?', 'cuando se quedan en casa, los mayores están enganchados a los videojuegos y los pequeños se aburren y se pelean todo el tiempo'. Son frases que se escuchan por estas fechas.

Que el calendario laboral no coincida con el escolar para los padres es un quebradero de cabeza… Por este motivo, hace catorce años, Almudena Triana, psicopedagoga y coordinadora de primaria, pensó que: en vez de llevar a los niños a un campamento, tenía que llevar el campamento, monitores, actividades planeadas y materiales, a casa de sus clientes, y creo Funny Camp.

El principal objetivo de estos campamentos que Funny Camp organiza en la misma urbanización donde viven las familias, es que los padres se marchen tranquilos a trabajar mientras los niños disfrutan jugando con sus vecinos, en un entorno conocido. «Esta posibilidad, además de ofrecer mucha seguridad a los menores, ahorra un tiempo de desplazamientos muy valorado por los padres», asegura Triana.

Cada jornada combina talleres creativos en inglés, en los que el niño aprende a hacer collares, a pintar o a fabricar sus propios juguetes, con actividades deportivas como golf, tenis, pádel o juegos de toda la vida como las carreras de sacos. Son actividades que realizan en grupos de 6 a 8 niños guiados por un monitor.

«Nos adaptamos a las instalaciones y al espacio que tengamos en cada urbanización y hacemos un campamento a la medida de los gustos de los niños. Se estudia el perfil del grupo y se elabora una programación acorde a cada urbanización. Cada ocho niños hay un monitor y van rotando de actividad en actividad», advierte la CEO de Funny Camp.

El equipo de Funny Camp está compuesto por monitores de tiempo libre, especializados en actividades deportivas, capaces de trasladar las actividades propias de un campamento a la urbanización.

«Todos nuestros monitores que están vinculados de una u otra manera a la educación. Son maestros, psicopedagogos, psicólogos, etc. Para nosotros tan importante es que tengan experiencia trabajando con niños como que se diviertan o disfruten jugando con ellos», explica Almudena Triana.

Este campamento «en casa» puede contratarse todos los festivos del Calendario escolar, si, si, esos que no coinciden con el laboral…: Semana Santa, Puente de Mayo o meses de junio y julio incluidos. Cuesta 79 euros a la semana, 304 euros si contratan las cuatro semanas, 20 euros si se tratasólo de un día suelto. ¿A cambio? La tranquilidad de que los niños están en buenas manos y sí o sí, lo van a pasar genial.