«Los adolescentes creen que hay que firmar un contrato antes de mantener una relación sexual»
Un nuevo estudio realizado por el Centro Reina Sofía de Fad Juventud recoge el sentir antifeminista y el discurso negacionista de la violencia de género entre los adolescentes españoles
«Los adolescentes han de aprender que no son el centro del universo»
MADRID
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Iniciar sesiónLos jóvenes españoles están hechos un auténtico lío en cuanto a temas relacionados con el feminismo, la violencia de género y la masculinidad. Tal es la situación que tanto chicos como chicas creen que el hombre pierde la presunción de inocencia y es culpable ... de manera automática «hasta que se demuestre lo contrario» es casos de violencia machista. También se consideran antifeministas porque creen que dicha corriente ha impuesto un pensamiento único e incluso creen «que hay que firmar un contrato antes de mantener una relación sexual» para demostrar que ha habido consentimiento informado, tal y como ha asegurado la investigadora Nerea Boneta Sádaba.
La experta ha presentado este miércoles la investigación «Culpables hasta que se demuestre lo contrario. Percepciones y discursos de adolescentes españoles sobre masculinidades y violencia de género», un estudio cualitativo realizado por el Centro Reina Sofía de Fad Juventud, cuyo objetivo ha sido captar los argumentos que componen el antifeminismo y el negacionismo de la violencia de género mediante entrevistas a adolescentes de entre 14 y 17 años.
La razón de ser de este estudio proviene de las conclusiones de Informe «La Caja de la Masculinidad: Construcción, actitudes e impacto en la Juventud española», realizado por la misma entidad en 2022, que desvela que el 41,8% jóvenes dice ser no feminista y deja entrever que entre casi la mitad de los hombres jóvenes podrían estar sosteniendo postulados machistas adaptados a los nuevos tiempos.
Así, no es de extrañar las llamativas conclusiones de este último informe porque «aunque el movimiento feminista ha sido notable en estos últimos años, estamos viendo al mismo tiempo una especie de reacción en el que algunas voces jóvenes se posicionan en contra de esos avances. Así, creen que hay cierta desigualdad de los hombres, que hay muchas denuncias falsas de violencia de género... Urge, por tanto, saber abordar intervenciones concretas», ha dicho Nerea Boneta
Y es que los chicos españoles argumentan que son «culpables hasta que se demuestre lo contrario» cuando se les plantean diferentes escenarios relacionados con la violencia de género, aunque su discurso está cargado de ambigüedades. Las chicas adolescentes, por su parte, también señalan la desprotección jurídica de los hombres como algo negativo para ellos y también para las mujeres que sí sufren violencia de verdad.
Los adolescentes varones no niegan al completo la existencia de la violencia de género, pero sí banalizan o minimizan su importancia argumentando que está mal definida, que las medidas que se toman no son adecuadas, que ha pasado siempre y no es para tanto o que es inevitable y no se puede erradicar.
Falta de conocimiento
El principal problema es que a la juventud española no le llega información veraz y datos contrastados sobre lo que sucede. Ellos conforman sus opiniones en base a ideas claves que les llegan porque resuenan con fuerza en la sociedad pero sin profundizar, como la Ley del sí es sí, y de lo bulos y mitos que consumen en redes sociales, pues TikTok y Twitter son sus principales canales de información, y le dan veracidad a lo que ven en ellas. Sin embargo, al mismo tiempo, son conscientes de las dificultades de informarse.
De hecho, merece la pena recordar cómo ElXokas, un creador de contenido que reúne a millones de jóvenes en su canal de Twitch, ensalzó en uno de sus directos cuáles eran sus «técnicas» para «ligarse» a «pibas colocadas». En redes sociales también hubo mucha crítica con la 'ley del sí es sí'. Recientemente, otro creador de contenido, Hugo Monteagudo, de 19 años, se hizo muy viral cuando criticó a las chicas que «cada finde están con un tío distinto» porque «pierden todo su valor».
«No se trata de criminalizar a la adolescencia ni a los hombres, sino de saber qué es lo que piensan y por qué», ha subrayado la experta, pues la percepción adolescente sobre estos asuntos conlleva confusión y negacionismo, a la vez que dificulta la construcción de relaciones sanas en esta etapa de la vida.
De hecho, no entienden las relaciones sexuales desde el punto de vista afectivo. «Tienen una falta total de comprensión del consentimiento sexual», ha apuntado la experta. «Ellos dan argumentos como 'prefiero dejar constancia de que ha habido consentimiento'. De hecho, uno de los argumentos esgrimidos por los jóvenes y recogido en el estudio es: «Yo prefiero dejar constancia de que ella no se va a arrepentir. Le escribo por insta 'oye llevo condones' y si me dice que sí ya por lo menos dejo constancia de que ella quería, así yo por lo menos dejo en acta que es cosa de dos'».
Todo ello se vincula también con el antifeminismo, sobre todo los discursos más negacionistas, que apuestan por erradicar el término mismo de «violencia de género» y sustituirlo por «violencia intrafamiliar» o «violencia doméstica» porque «la violencia no tiene género». Según los resultados, el sentimiento de ser víctimas de un sistema que cancela a los hombres es lo que acaba derivando en posturas contrarias al feminismo porque sienten que les sitúa en una situación de inferioridad y vulnerabilidad frente a las mujeres.
«Creen que el feminismo actual afecta a la igualdad, no como el de antes», recuerda la investigadora que reseña cómo la juventud tiene muy presente las denuncias falsas y que ellos van a la cárcel sin prueba alguna. «Por ejemplo, ante una violación a una chica que va borracha, tienden a culpabilizar también a la joven porque creen que los hombres son víctimas de una sociedad en la que ellas están arriba y han perdido su inocencia y privilegios».
Aunque los jóvenes no se alinean con mentalidades tradicionales en torno a la masculinidad, «sí les faltan referentes sobre cómo actuar porque no llegan a renunciar del todo a lo clásico. Es decir, creen que los hombres son discriminados en la sociedad actual. Este es el mensaje que ha calado», ha añadido el investigador del Centro Reina Sofía de Fad Juventud, Stribor Kuric. La muestra de ello es que no asocian el ser un hombre con valores clásicos como poderoso, lleva las riendas, solitario o frío, sino que también hablan, según la investigación, de ser empático, sensible o independiente. Al mismo tiempo, se sigue perpetuando el mito de que ellos son más sexuales que ellas.
Cómo mejorar la situación
Expertas y expertos en sexualidades juveniles, masculinidades e intervención, que también han sido entrevistados para afinar en las conclusiones del estudio, señalan la necesidad de superar el «síndrome de la eterna introducción», que define la resistencia de determinados sectores sociales a profundizar en los factores que rodean, causan y conducen a la violencia de género, apoyándose en el enfoque de la construcción de las masculinidades y también en la reflexión crítica sobre los feminismos.
Para conseguir la superación de esta simplificación y una mayor sensibilización en la etapa adolescente, desgranan estrategias centradas en el cambio individual, tratando de que los chicos conozcan modelos de masculinidad alternativos e igualitarios, y que no los reconozcan como una pérdida de privilegios; y estrategias centradas en el cambio social que incluyan herramientas y abordajes desde lo comunitario que eviten la excesiva vigilancia de las conductas individuales.
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También se señala la necesidad de un abordaje interseccional que deje atrás la identidad del hombre blanco heterosexual como subjetividad universal y que entienda que los chicos, los hombres, no son un grupo homogéneo, sino lleno de matices y diversidades, también en sus percepciones y discursos.
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