'SHARENTING' EN VERANO
La seria advertencia de un Policía Nacional a los padres que comparten fotos de sus hijos en la Red
Abraham Bedmar es oficial de Policía Nacional con más de 17 años de experiencia en trabajos de seguridad ciudadana, investigación y prevención de delincuencia,
Una experta advierte sobre el 'sharenting' de las instamamis: «Hacen de la vida de sus hijos un 'reality' y un negocio»
Madrid
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Iniciar sesión¿Sabía usted que el 72 por ciento del material incautado a pedófilos está compuesto por imágenes cotidianas no sexualizadas de menores? Son los propios padres, alerta Abraham Bedmar, oficial de Policía Nacional con más de 17 años de experiencia en trabajos ... de seguridad ciudadana, investigación y prevención de delincuencia, «quienes de forma inconsciente alimentan de contenido a la red. ¿Que es el cumpleaños del niño? Mandamos 40.000 fotos. ¿Que pasamos un día en un parque de atracciones o con los abuelos? Otras tantas. Muchas veces somos los propios progenitores los que no lo hacemos bien», admite.
Cada día, prosigue este agente, «son multitud las familias que comparten la vida de sus retoños, sin mala intención, porque ven situaciones que son un motivo de orgullo y quieren que todo el mundo se entere, como puede ser el nacimiento de un hijo. Pero, por desgracia, hay otras personas que en esas imágenes inocentes lo que están viendo son 'oportunidades' para la pederastia o el grooming».
Este último ejemplo es el que se recoge en el llamativo vídeo de la campaña realizada por fundaciónSol en colaboración con Policía Nacional, donde se pone el foco en las consecuencias de estas acciones, aparentemente inocentes, que pueden vulnerar gravemente la intimidad, seguridad y bienestar de los menores. En él se ve cómo una familia, desde el mismo paritorio, sube a redes la foto de su bebé recién nacido y como este retrato acaba en manos de desconocidos.
El vídeo alerta, de una forma muy gráfica, de los peligros del 'sharenting', que es el uso habitual de redes sociales que hacen los padres para publicar imágenes, vídeos o información de sus hijos. ¿Nos estamos pasando?
Por desgracia, la campaña es muy real y necesaria. El 'sharenting' como concepto no deja de ser una sobre exposición de los menores en redes sociales y otros canales digitales. Los datos así lo confirman. El 89 por ciento de los progenitores publica fotos o vídeos de sus hijos en redes al menos una vez al mes, ignorando los riesgos. Recordemos que el 72 por ciento del material incautado a pedófilos está compuesto por imágenes cotidianas no sexualizadas de menores. Y que, según una encuesta elaborada por la firma de seguridad informática AVG en diez países, entre ellos España, el 23 por ciento de los niños tiene presencia en línea incluso antes de nacer, porque sus padres publican las imágenes de las ecografías. Este porcentaje se dispara rápidamente, hasta el punto de que el 81 por ciento está en internet antes de cumplir los seis meses. La cifra sigue aumentando progresivamente en los primeros años de infancia.
¿Diría usted que el peligro se agrava en verano?
Las imágenes quizás se multipliquen en periodos estivales, donde se suben millones de fotos de niños en la playa, en traje de baño o, incluso, desnudos, pero la persona que publica fotos de sus hijos en redes sociales lo hace todo el año, porque es su forma de interaccionar. Es ahí donde hay que hacer prevención para garantizar la protección de los menores. Tampoco podemos olvidar que, cuando subimos a la red una imagen, estamos dando mucha más información de la que pensamos. Ahora en verano, por ejemplo, al compartir fotos en otros lugares estamos avisando de que nuestra casa está vacía y de que pueden entrar a robar.
Los riesgos son muchos. ¿Cuáles señalaría como los principales?
Entre ellos se encuentran, por ejemplo, la mera incomodidad que puede sentir el menor al verse expuesto cuando alcanza la edad adolescente, el ciberbullying, la creación de perfiles falsos en las redes por usurpación de identidad, o de memes que se comparten de forma masiva. También la manipulación de imágenes a través de la IA para crear material de pornografía infantil, como vimos que hicieron recientemente unos jóvenes con fotos de compañeras de instituto.
Posiblemente, con los años seguirán mutando los delitos y saldrán otros distintos. Mientras tanto, lo que queremos es concienciar a la gente de que cada uno es libre (en España compartir imágenes de hijos es legal mientras no se vulneren derechos fundamentales como la intimidad y la dignidad del menor), aunque esto no exime de responsabilidad.
La reflexión sería esta: En el vídeo observamos como la mujer está dando a luz y acto seguido comparten la foto del bebé y la imagen de este pasa de mano en mano. En la vida real nadie permitiría esto. Como tampoco vas compartiendo por la calle fotos tuyas semidesnudo o desnudo entero con la gente. ¿Por qué entonces tú mismo estás alimentando internet con contenido sobre tu hijo? La propiedad es tuya, por supuesto, pero el control no lo tienes.
¿Incluso cuando el perfil está 'cerrado' al público en general?
Hay que sensibilizar sobre los peligros que subir contenido conlleva porque cuando se publica una foto en internet se pierde el control de lo que pasa con ella. «Lo comparto con mis conocidos», se defienden. Pero hay gente que suplanta a tus conocidos e incluso hackers que se meten en tus archivos.
Además, hay que hacerse la siguiente pregunta: ¿conoces a todos tus seguidores? Muchas veces pensamos que sí pero no sabemos quienes son. Y solo por seguirnos mutuamente tienen acceso a nuestro perfil. Todo es buscar una balanza en eso de la seguridad y de querer compartir con la gente todo lo que queremos compartir. Hay que reflexionar sobre qué hacemos y qué no hacemos. El problema es que nos quitamos esa pantalla de 'privacidad' y pensamos que no pasa nada porque la vida real es más peligrosa. Pues mire usted, no. Quizás en la Red no haya más riesgos que en la vida real, pero igual que hay gente mala en la calle, la hay en internet.
Con el tema de la privacidad somos muy laxos o confiados. Lo vemos cuando damos formación y hacemos la siguiente pregunta: ¿Cuándo te bajas una aplicación, en algún momento te paras a leer ese primer mensaje de condiciones de descarga? La respuesta es siempre 'no'. Le damos a aceptar. Y ahí comienza el riesgo. Por ejemplo, instalando una app de linterna que te pide acceso a tu álbum de fotos, al micrófono, o al resto de contenido de tu teléfono. No deja de haber empresas que viven de alimentarse de datos y que pueden tener una brecha de seguridad, permitiendo el robo. La gente no es consciente de que los riesgos están en todos sitios y nuestra función es explicar a los menores a que están expuestos.
¿No compartimos nada, entonces?
Se puede compartir y no pasa nada pero el riesgo aumenta. Cuanto más se publica, más riesgo. Igual que cuando se pisa el acelerador. Puedes tener un accidente a 5 km por hora pero es más fácil que te pase circulando a 200. No se puede prohibir a los padres que compartan fotos de sus hijos pero les están exponiendo y no saben lo que puede pasar en un futuro.
¿Cuáles serían las recomendaciones para los orgullosos padres?
El principal sería pararse a pensar antes de publicar, especialmente en vacaciones o fechas señaladas, momentos en los que se tiende a compartir más contenido en redes sociales. En invierno, evitar compartir imágenes con uniformes escolares o en un entorno que pueda revelar información privada del menor, y por supuesto, respetar también la privacidad de otros menores en eventos escolares o familiares. También pedir a familiares y amigos que no compartan imágenes de tus hijos.
No normalizar el sharenting: cada like a publicaciones en las que aparecen menores refuerza una práctica que puede ser dañina. Es súper importante atender al menor, no a la cámara : la mejor conexión es sin pantallas de por medio. El ejemplo es también crucial: si queremos que los menores respeten su privacidad, empecemos por mostrarle cómo. E insistimos: No hay sharenting seguro , una vez que compartes, ya no puedes controlar el destino de esa imagen. Por ello, debemos evitar esta práctica en la medida de lo posible.
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¿Un último consejo?
Insistimos, no podemos obviar que esas imágenes, que los padres comparten de manera inocente, han terminado en algunos casos en archivos de pederastas. Sabiendo todo esto, le diría a los padres que la mejor imagen de un menor en la red es aquella que no se comparte.
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