Cómo salir victorioso del descanso estival
Los expertos ofrecen recomendaciones para volver a disfrutar de la pareja
M. J. PÉREZ-BARCO
—Aceptar que el primer día de vacaciones, tras varios meses de estrés laboral y familiar, es imposible desconectar. Se necesitan unos días para adaptarse al nuevo ritmo.
— Planificar las vacaciones con un par de semanas de antelación o un ... mes. Es una forma de empezar a ilusionarse. Decidir conjuntamente el destino, tratando de satisfacer los deseos y necesidades de ambos. Esta decisión debe tomarse teniendo en cuenta las circunstancias de la pareja en ese momento. Si, por ejemplo, no está atravesando un buen momento, lo más indicado es tomarse unos días de descanso en un lugar tranquilo y cerca de casa. Acordar las actividades a realizar, los horarios...
— No idealizar las vacaciones y ajustar las expectativas a la realidad. Tampoco sobrecargarlas de una apretada agenda de actividades. Sencillamente, planear solo algunas cosas clave: ir a la piscina, montar a caballo, empezar a leer un libro...
— Planificar el periodo de adaptación para hacer esas cosas que no se pueden llevar a cabo durante el resto del año: desde ir al médico para hacerse una revisión hasta preparar las maletas o realizar tareas domésticas pendientes.
— Intensificar los tiempos de intimidad de la pareja. Buscar espacios propios y tiempo para compartir. Si hay hijos, echar mano de familiares, canguros... para que los cuiden. La pareja debe disfrutar de esos momentos una vez a la semana o una tarde, una siesta, un paseo, una comida...
— Buscar un espacio individual, donde cada uno pueda continuar desarrollando sus aficiones, sin necesidad de que el otro esté presente.
—Acercarse al otro con actitud generosa.
— La comunicación es básica. Se puede dedicar una mirada, una sonrisa o un abrazo... no siempre hay que empezar a hablar con el diálogo verbal. Siempre hay que expresarse de forma clara y completa.
— Practicar el arte de escuchar, que el otro perciba que le entendemos; eso no quiere decir estar siempre de acuerdo. No olvidar que el lenguaje gestual es importante: la proximidad corporal, no cruzar los brazos...
— Reforzar al otro con frases como «eso que has hecho me ha gustado mucho».
— La familia extensa puede dar muchos problemas. Hay que hablar en pareja dónde establecer los límites y los espacios para la intimidad de la propia familia y de la pareja.
—Concederse el permiso de no hacer nada algún día.
Con información de: María Jesús Álava Reyes, psicóloga y directora del Centro de Psicología Álava Reyes Consultores; Alicia López de Fe, psicóloga y directora del Centro de Psicología López de Fe (tupsicologoenvalencia.es), y Carmen Montoro, psicóloga clínica de ISEP Clínic de Granada.
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