«Van a vacunar a mis padres y me da miedo. ¿Qué hago?»
Dafne Cataluña, fundadora del Instituto Europeo de Psicología Positiva, ofrece una serie de recomendaciones para los que sienten temor ante la vacunación de sus mayores
Estos son los efectos secundarios de la vacuna de la gripe
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLa gran cantidad de información sobre las vacunas ante el Covid-19 y las últimas noticias sobre algunos de sus efectos secundarios están generando algunas dudas y miedos entre la población. No son pocos los que sienten incertidumbre cuando desde los servicios sanitarios llaman ... a sus padres para darles una cita para ese pinchazo. Según Dafne Cataluña, fundadora del Instituto Europeo de Psicología Positiva , es importante la forma en la que se afronta ese momento.
Ha llegado el momento. Van a vacunar a mis padres y tengo miedo, ¿qué hago?
Es totalmente normal sentir miedo ante la novedad, la incertidumbre, las circunstancias especiales y los grandes cambios. El miedo es una emoción que en los seres humanos aparece de manera automática, innata y que es adaptativa. Por ello sentir temor hacia las vacunas y sus posibles consecuencias es algo comprensible y natural y mucho más ahora que continuamente se están alterando los protocolos.
El miedo deja de ser funcional cuando está más tiempo del necesario o cuando es demasiado intenso. Para conseguir que ese miedo disminuya, lo primero que debemos hacer es darnos cuenta de que nuestra mente tiende a exagerar lo malo que nos puede llegar a ocurrir, ¿cuántas veces no se ha cumplido aquello que tanto temíamos? Anticipar consecuencias negativas es algo que nuestra mente hace de forma automática, pero cuanto más conscientes seamos de que lo hace, más medios podremos tomar para que no termine confundiéndonos.
A esto hay que añadir que es posible que estemos dando más valor a la información que confirma mi preocupación que a otras que no me creo tanto, de forma que mi preocupación cada vez se hace más fuerte. Una buena estrategia consiste en hacer primero un ejercicio de humildad, con el que cuestionar tanto lo que pienso como lo que he leído o escuchado que provenga de personas en quienes he confiado y, desde ahí, buscar información seria y veraz procedente de fuentes y canales sanitarios acreditados que me aporten información alternativa a la que habitualmente leo. El objetivo es contrastar y comparar esos datos con las ideas y pensamientos que suelen estar detrás de nuestros miedos.
¿Cómo actúo ante ellos para que no se sientan inseguros? ¿Debo transmitirles lo que realmente siento?
Las emociones se contagian, incluso sin hablar de ellas, solo con sentirlas en muchas ocasiones pueden percibirse desde fuera; por eso esconderlas suele ser poco efectivo. Cuando se trata de adultos, la franqueza unida a un toque de inteligencia emocional puede ser una gran combinación.
Una pauta que solemos ofrecer a nuestros pacientes es que encuentren un espacio en el que poder hablar tranquilamente y sin interrupciones sobre el tema, con una actitud de cercanía y comprensión. En esta conversación podemos reconocer que, como cualquier ser humano este tema, nos inquieta y dejar espacio para que el familiar se desahogue libremente para que saque sus emociones.
Hay que intentar decirle que no se preocupe (no lo puede evitar), ni que no va a pasar nada (porque no sabemos cómo se va a sentir tras vacunarse, puede que los efectos sean como una gripe y es desagradable). Lo que sí podemos decirle es que la información con más respaldo dice que la vacuna es todo lo segura que puede ser una vacuna y que vacunarse es la vía para que podamos relacionarnos con seguridad y tranquilidad, donde llegue un punto en que, poco a poco, podamos retomar la normalidad a la que estábamos acostumbrados. De esta forma le llevamos del momento presente que suele caracterizarse por el miedo y la desconfianza a un proyecto futuro con un halo de esperanza.
Ellos viven solos, ¿debo acompañarles a ponerse la vacuna?
La respuesta a esta pregunta dependerá si lo hacemos desde un enfoque más racional o emocional. Si lo hacemos desde un enfoque puramente racional, si la persona es autónoma e independiente y no nos reclama ese acompañamiento, lo lógico es que puedan hacerlo solos y fomentemos su confianza. Si, por el contrario, la persona no es autónoma y nos pide que le acompañemos porque se siente insegura, lo lógico es acompañarles. Pero también está lo que nuestro corazón nos pide que hagamos, aquí no importa si son o no dependientes, hay algo en nuestro interior que nos dice si quiero o no acompañarle.
Una visión complementaria puede ayudarnos a tomar la decisión. Tener en cuenta la situación objetiva unida a lo que siento sobre ello puede conectarme más con mis valores y guiar mi conducta hacia una decisión coherente conmigo mismo, que será completamente personal.
¿Me ofrezco a quedarme con ellos unos días o eso es mostrar demasiado la inquietud que siento?
Los datos veraces hablan de efectos muy leves tras la vacunación, similares a los que podemos experimentar con la vacuna de la gripe.
Por eso, la pauta es no anticiparnos, no ser alarmista y no adelantarse a las circunstancias. Sigamos con nuestras rutinas habituales si no sucede nada objetivo que nos indique lo contrario.
¿Cómo gestiono mi angustia mientras manifiesto que no pasa nada y todo va a ir bien?
Las emociones se perciben sin decirlas, a través de microexpresiones y de detalles como el tono de nuestra voz. Intentar mostrar confianza cuando experimento en mi interior una gran preocupación es muy probable que no sea del todo efectivo para que la otra persona sienta esa seguridad.
Por eso, recomendamos comenzar con una correcta gestión emocional propia antes de comunicarnos. Los avances en psicología nos indican que aceptar la emoción, dar un espacio a lo que sentimos, experimentarlo (tanto si es agradable, como si es desagradable) y no intentar negar, bloquear, ni luchar contra ese miedo es muy efectivo. Por supuesto conseguirlo no es igual de sencillo para todo el mundo. Un audio donde se fomente la atención plena o el mindfulness es una opción que puede ayudarnos en esta aceptación.
Una vez que sentimos el estado deseado para comunicarnos recordemos que no se trata de decirle que no pasará nada, porque no sabemos cómo le afectará la vacuna. Es más realista y le calmará más el decirle que estamos aquí para que se sientan acompañados y seguros, si es posible acompañar el mensaje de afecto con contacto físico, y si no es posible hacerlo con una mirada cargada de cariño. Esto hará que la otra persona sienta esa seguridad que le aporta el amor que sentimos por él o ella que es mucho más fuerte que el asegurarle un futuro determinado.
¿Cuáles son las claves para tener paciencia y pensar en positivo para que no me afecte a otras facetas de mi vida?
Podemos hablar de cuatro claves que son útiles y beneficiosas cuando las ponemos en práctica:
–Refuerza tu confianza personal: identifica, céntrate y potencia tus cualidades y fortalezas personales.
–Equilibra lo desagradable (viene solo con las circunstancias) con lo agradable (requiere de tu esfuerzo para mejorar tu actitud). En psicología lo llamamos balance afectivo, y consiste en hacer actividades sencillas que te permitan sentir emociones positivas y agradables tu día a día.
–Vive todo lo que puedas el presente, céntrate en el aquí y en el ahora, aprende a disfrutar del momento actual.
–Empieza a practicar mindfulness.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete