Siete hijos y otro en camino: De no tener nada de nada en Madrid, a tener techo y oficio en un pueblo de Ávila
De la ciudad al campo: la iniciativa de «Pueblos Madrina» de la Fundación Madrina que ofrece una nueva vida y esperanza a las familias más vulnerables
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Iniciar sesiónEste viernes 12 de febrero la vida de Fátima y Emilio, padres de 7 hijos y uno que está en camino, dará un vuelco de 360 grados. Pasan de vivir hacinados en el piso que la madre de ella tiene en Carabanchel, a una casa ... para ellos solos en Santa María del Berrocal, un pequeño municipio situado al Oeste de la provincia de Ávila, en la comarca Valle del Corneja, que les ha cedido el pueblo a instancias de la Fundación Madrina , que preside Conrado Giménez. «En Madrid estábamos en la peor de las situaciones -relata esta madre-. No teníamos nada, ninguna ayuda… Nos ayudaba mi madre con su pensión de incapacidad, que no llega a los 400 euros. Hasta que gracias a la Cruz Roja, a donde íbamos a pedir alimentos, conocimos a Conrado y se nos abrieron las puertas ».
A partir de la semana que viene esta familia, con niños comprendidos entre los tres y los trece años, empieza de cero una nueva vida en una casa de dos plantas, cochera y unas maravillosas vistas a la sierra. «Visitamos el pueblo el viernes pasado y es precioso. Nuestra futura casa es un adosado con la montaña enfrente. Estamos ganando en salud, tranquilidad… Puedes dejar al niño jugando o montando en bici en la calle, el colegio está a la vuelta de la esquina… Mis hijos cuentan los días que quedan para el traslado y yo no puedo dormir de los nervios . Estoy contentísima. De no tener nada de nada, a tener casa y oficio. No creo que me haya pasado a mi. Es como cuando ves estas cosas de la televisión y piensas: "esto a mi no me va a ocurrir”. Hasta que no me vea ahí no me lo creo», augura.
« Hemos pasado de no tener nada, a tenerlo todo . Es decir, a estar tranquilos porque no nos va a faltar nada de comer, ni un sitio para dormir. Además nos van a ayudar a buscar trabajo. Yo tengo un certificado de auxiliar de enfermería, y el alcalde de Santa María del Berrocal, José Reviriego Moreno, es maravilloso, muy amable. Nos ha indicado que puede haber trabajo para mi en el cuidado de personas mayores», señala esta mujer.
Emilio, el padre de las criaturas, se muestra también «emocionado» y «contento», con muchas ganas «de asentarse allí y de hacer vida nueva». Este hombre espera poder desempeñar su oficio en el mundo de la construcción, la albañilería y la pintura. «Lo estábamos pasando fatal. Antes de la pandemia tenía trabajos, pero desde el confinamiento, todo fue de mal en peor y cada vez se agravaba más. No me salía nada y, cuando me llamaban, era para apaños de un día, pero los pagos no perdonaban. Estábamos malviviendo. Y con tanto niño me estaba volviendo loco para seguir adelante».
« Ahora siento que voy a poder darle una oportunidad a mi familia. Todavía no me veo allí, pero espero verme ya trabajando y trayendo un sueldo a casa. Quiero que todo vaya a mejor para poder pagarnos nuestra vida y no vivir de ayudas », concluye. «Viviremos con lo necesario pero ganamos en todo, incluso en salud. Nuestro lujo es ver a los niños bien».
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