Recetas gratuitas para dirigir la familia en tiempos de austeridadd
«Tener lo básico nos inspira creatividad para conservar o crecer solo en lo que se necesite», apunta Sara Pérez-Tomé, asesora familiar
Si somos capaces de recortar gastos en nuestra familia con autoridad, seremos capaces de apostar por el crecimiento en valores para educar a los hijos. Al menos así lo asegura Sara Pérez-Tomé, asesora familiar.
Añade que los adolescentes y jóvenes no pueden vivir al margen de lo que está ocurriendo en la sociedad y obviar que vivimos en una crisis económica que no les permite vivir al mismo ritmo que antes mientras sus padres se desviven buscando créditos para seguir manteniendo el mismo status de vida. «Los recortes y la salida de la crisis es labor de toda la familia y cada uno debe saber aportar lo necesario desde su posición natural dentro de la familia», puntualiza.
Los recortes es labor de toda la familia, no solo de los padres y madres
Es tan fácil como explicar, por ejemplo, que solo bajará la factura de la luz y el gas, con el fin de poder pagar mejor la hipoteca, si todos ponemos cuidado especial en el consumo, y todos no es solo el padre o la madre. Y es necesario hacerlo, explica Sara Pérez-Tomé porque que los hijos sepan tener lo imprescindible, «les hará valorar en su justa medida lo que tienen, sin crear la insatisfacción de querer poseer o tener mas. Tener lo básico nos inspira creatividad para conservar o crecer solo en lo que se necesite».
Por todo ello, Sara Pérez-Tomé sugiere algunas recetas gratis para dirigir la familia en tiempos de austeridad:
-Reír y sonreír con una anécdota familiar de la mano de un álbum de fotos.
-Bailar en casa con la música favorita de cuando erais novios o la que «cantas tan bien» en la ducha.
-Poder llorar juntos viendo una película de antes….
-Salir a pasear antes de que el sol se ponga o de excursión sin tener que acabar en un burguer
- Recuperar espacios también en la nevera hará que en lugar de haber demasiados yogures diferentes haya más espacio para la tarta típica de la abuela y para «los restos de otras comidas» que antes se iban directamente a la basura y ahora son siempre aprovechables para todos, un día a la semana.
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