Rafa Guerrero: «Muy pocos padres están aprovechando la oportunidad del confinamiento para fomentar el apego con sus hijos»

Este psicólogo explica la importancia de establecer un vínculo familiar adecuado, a pesar de las dificultades propias de los hogares en estos momentos de pandemia, «pero deben pensar que difícilmente volverán a tener en la vida una ocasión como esta para hacerlo»

El psicólogo Rafa Guerrero acaba de publicar su último libro «Educar en el vínculo» . Casualidad o no, lo cierto es que precisamente en estos últimos meses millones de familias están viviendo confinadas y el apego y el vínculo familiar se ha hecho más presente ... en sus vidas.

En este sentido, el autor reconoce que cualquier cambio drástico supone siempre una gran oportunidad y, en este caso, no es una excepción. «Lo que ocurre es que pasar 24 horas juntos en un espacio cerrado puede hacer que el vínculo familiar resulte una oportunidad o, todo lo contrario, un desastre si no está bien concebido y no se conocen las herramientas para que sea adecuado».

Explica que, por lo general, suele ser complicado que en un hogar donde los padres teletrabajan o tienen una situación laboral incierta, donde los abuelos pasan por estados de salud delicados, donde hay que asumir duelos, tanto personales como de planes e ilusiones, donde los hijos no paran porque se aburren o no saben hacer bien los deberes y demandan ayuda... «que las relaciones familiares no tengan momentos en los que salten chispas y en los que el vínculo se vea afectado, sobre todo si no lo han fomentado nunca o no lo han hecho correctamente. Hay, incluso, entornos familiares muy asentados a los que el estrés por la situación generada por la pandemia les está jugando malas pasadas».

Pero no todo es negro. «Los padres deben ser conscientes de que, igualmente, se les ha presentado una ocasión única, y que difícilmente volverán a tener en la vida, de poder estar tan cerca de sus hijos para jugar con ellos, pero también para hablar, reflexionar y conocerles mejor. Sin embargo, un porcentaje muy bajo está aprovechando esta oportunidad porque hace falta una gran capacidad de concienciación de la realidad, de reflexión ».

En su opinión, todas las personas necesitan apego, «un apego seguro» , matiza. «Los padres lo intentan hacer de la mejor manera posible, pero son conscientes de sus limitaciones. Es importante que enseñen a sus pequeños a ganar autonomía, a saber concentrarse, a pedir ayuda cuando lo necesiten... Si todo esto lo han trabajado correctamente, el hijo se sentirá más seguro».

La privación del apego es un abandono emocional

En realidad —reconoce—, el apego no es una opción. «La privación del apego es un abandono emocional, un maltrato porque implica que le estamos transmitiendo a nuestro hijo el mensaje de "no eres digno de ser querido" y a la larga le influye en su manera de relacionarse con sus amigos, con sus compañeros del colegio, los del trabajo en un futuro... Esta mala relación le produce angustia, ansiedad y estrés y, aunque esté tumbado en el sofá, la idea le rondará la cabeza constantemente, lo que tiene consecuencias devastadoras. De adulto tendrá: baja autoestima, poca capacidad de autonomía, inseguridad, lo que hará que trabaje mal, que esté pendiente de todo lo que hacen y dicen sus compañeros, poco control de impulsos, falta de concentración e, incluso, trastornos psiquiátricos, advierte .

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