Padres enfermos o abuelos que mueren, las pesadillas de los niños confinados

Desde que empezó el período de confinamiento, como directora infantil y juvenil centro Vitaliza, Cristina Cortés está recibiendo peticiones en línea de ayuda de familias que ven cómo sus hijos "están más nerviosos o irritables de lo normal, tristes, apáticos y preocupados", ha explicado en una entrevista con Efe.

Aunque los más pequeños sean los menos vulnerables al impacto del coronavirus desde el punto de vista de la salud, "son los que más necesitan un entorno seguro para mantenerse tranquilos", ha afirmado la psicóloga. Por ello, ha aconsejado a los padres "mantener un nivel de calma adecuado, jugar con sus hijos, reír con ellos y trasladarles información precisa, concisa y clara sobre el coronavirus". Según la psicóloga, también es positivo "ofrecerles rutinas y momentos de aprendizaje desde la tranquilidad" y "no caer en rituales obsesivos de control, que angustian a los niños".

Respecto a la enseñanza en línea, Cortés ha señalado que los niños pueden quedarse con el mensaje de que las tareas académicas fueron "una válvula de escape que les ayudó a sobrellevar la situación" o bien "con la idea de que fueron un castigo que les añadió presión y preocupación", por eso la experta ha alertado sobre los "efectos nefastos de la actual obsesión por seguir contenidos académicos" .

La pregunta inmediata que formulan las familias a la psicóloga es qué pueden hacer para domar sus miedos más internos y favorecer así su calma y la de los otros, ha explicado. La respuesta es: "acepta con calidez tu miedo, después dirígete a tus hijos o a las personas mayores que estén a tu cargo, sonríeles, acoge igualmente el miedo que han experimentado sin ser aún conscientes, háblales con delicadeza, sonríe con la miradas y dirígete a ellos con palabras delicadas y cuidadosas".

Como herramienta de ayuda para las familias , la psicóloga ha escrito un cuento colaborativo que lleva por título "No te veo y sé que está ahí Coronavirus, y también sé que te vas a ir", en cuya ilustración han participado ocho menores de 7 a 17 años y dos abuelas.

De libre acceso, el cuento está colgado desde ayer martes en http://blog.vitaliza.net para ayudar a las familias a darle la vuelta a los miedos que causa la pandemia, al agobio extraño del confinamiento y a la tormenta de noticias desasosegantes, ha explicado su autora. Ahora, que "incluso lo simple parece difícil de manejar y lo obvio resulta confuso", el cuento ofrece recursos sobre cómo abrazar a los niños más allá del contacto físico, utilizando la mirada y las palabras, para trasladarles calma.

El relato parte de una descripción del coronavirus que los niños puedan entender, como "un virus que está jugando con nosotros, al que le gustaría quedarse, pero que no es un buen invitado porque nos hace toser, sentirnos mal, puede dar fiebre y enfermar a los abuelitos ".

Por ello, "queremos que no aterrice, que no pueda llegar de una persona a otra y para ello la mejor forma es aislarnos y estar separados", continúa el relato, que describe asimismo el malestar infantil.

Para Cristina Cortés, "va a haber un antes y un después del coronavirus" y "dependiendo de cómo lo hayamos vivido como adultos y de si ha habido bajas familiares, los niños lo van a sufrir más o menos".

Los padres son los que "tiene que ayudarles a salir de su angustia y sus miedos, calmado sus emociones y propiciando sus estados de juego y disfrute", ha afirmado, antes de mostrar su convencimiento de que "todo lo vivido nos conducirá a modelos sociales más sostenibles".