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Nomofobia: ¿miedo a estar lejos de tu móvil?

¿Alguna vez has sentido ansiedad por no tener cerca tu teléfono móvil? ¿Utilizas tu smartphone para buscar cosas que desconoces? ¡Quizás tengas nomofobia! Quién la tiene y cómo gestionarla

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La nomofobia es el término que describe los sentimientos de ansiedad o angustia que algunas personas experimentan cuando no tienen su móvil cerca. Y es que existe un alto grado de dependencia de los teléfonos para realizar tareas básicas. Así lo afirma la  Doctora Marina Fernández Andújar, Neuropsicóloga clínica, Psicóloga General Sanitaria y Profesora adjunta del Grado de Psicología de la Universitat Abat Oliba CEU : «Se conoce como nomofobia al miedo irracional de una persona por no tener el teléfono móvil, a desconectarse o a estar incomunicada de la vida social, personal o laboral. Debemos tener en cuenta que estamos en una sociedad hiperconectada y nos pasamos gran parte del tiempo del día en Internet Sin embargo, el estar conectados constantemente puede predisponernos a problemas de dependencia y adicción».

Podríamos decir que el móvil es casi es el objeto que más vemos al día, « lo consultamos de 50 a 100 veces de media , nos dormimos con él y es lo primero que vemos casi al despertar», constata la Doctora Fernández Andújar. «Debemos tener en cuenta que en este dispositivo no solo hemos delegado documentos laborales, sino también muchos datos personales y fotos de familia y amigos», añade. 

¿Cómo saber si tengo nomofobia?

Según Marina Fernández Andújar, «los síntomas principales que se podrían observar y que configurarían señales de riesgo a ser evaluadas psicológicamente serían:  ansiedad/angustia, nerviosismo, irritabilidad, malestar general e incluso sentimientos de vacío  por no llevar el móvil, por no tener batería o por no tener buena conexión».

Además la mayoría de personas ha experimentado síntomas como el síndrome de la vibración fantasma (escuchar el móvil cuando no suena). También reconoce haber usado el teléfono en lugares inapropiados, evitar en ocasiones los lugares donde no se puede usar el móvil o dormir con  él.

En referencia especialmente a  edades tempranas , debemos tener en cuenta que «un uso indebido de dispositivos móviles u otros no favorece el desarrollo adecuado del autocontrol, el manejo de la frustración, la concentración ni las funciones cognitivas esenciales para el buen desarrollo emocional y social de los futuros adultos de nuestra sociedad», advierte la experta.

¿Qué podemos hacer si creemos que tenemos ansiedad cuando nos separamos del móvil? 

Aunque según la persona y las dificultades concretas presentadas serán adecuadas unas medidas u otras, la Doctora Fernández Andújar nos da algunas medidas que se podrían adoptar para tener menos dependencia de los móviles:

—Establecer horarios de desconexión del móvil en comidas, reuniones familiares y horas de sueño.

—Apagar el teléfono por las noches y dejarlo fuera de la habitación.

—Quitar las notificaciones y tenerlo en silencio para que no esté presente de una manera tan central en nuestras vidas.

—Tener el móvil durante algunos periodos en modo avión.

—Silenciar grupos de WhatsApp y quitar aplicaciones que consuman excesivamente tiempo y no sean imprescindibles.

—Alejarte del teléfono cuando se está en casa realizando diferentes tareas.

—Borrar alguna aplicación , red social o juego que no sean imprescindibles y que invitan a consultarlos constantemente.

—Instalar una aplicación de suspensión a partir de la cual, después de un límite de tiempo que se puede modular, el teléfono se apaga.

Niños y adolescentes. ¿Cómo ayudarles?

Aunque como hemos comentado, todos estamos expuestos a esta hiperconnectividad en menor o mayor medida, se sabe que la franja de edad en la cual más afecta es el rango de 12 a 23 y, por tanto, es un tema que cada vez preocupa más a familias y profesionales del mundo de la educación, la sanidad y la psicología. Además la Doctora en Psicología nos hace constar otro dato preocupante: la  edad de la adquisición del primer teléfono inteligente : «En España alrededor del 65% de niños tienen su primer móvil inteligente hacia los 8-12 años».

Teniendo en cuenta las consecuencias psicológicas que puede conllevar un mal uso del móvil en menores, la  Doctora Fernández Andújar  expone una serie de pautas que se podrían llevar a cabo:

Modelos de conducta de referencia: Es necesario ser consciente de que los padres son modelos de conducta para los niños. En este sentido es muy importante tomar consciencia y reflexionar sobre nuestras conductas porque somos sus referentes más inmediatos.

Psicoeducación: explicar, hablar y hacerles entender la importancia de un buen manejo de la tecnología, cuidando los aspectos positivos de las nuevas tecnologías, pero también de un uso indebido. Concretamente, se podrían establecer horarios de desconexión del móvil en comidas, reuniones familiares y horas de sueño.

Estabecer desde pequeñas normas acerca del uso de la tecnología: Lo que van señalando los diferentes estudios es que antes de los dos años no debería usarse regularmente la tecnología y deben establecerse horarios de uso a medida que el niño crece (especialmente importante en la adolescencia). 

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