Suscribete a
ABC Premium

Demografía

«No entendíamos por qué no podíamos dar un beso cada noche a nuestra hija de cinco años»

El declive de muchas zonas rurales obligó a la familia de Rocío Sánchez a abandonar el pueblo de sus antepasados y a separarse de su hija pequeña

En la imagen, de izda. a dcha., Ramón Sánchez, Rocío Martínez, Laura Peraita y Sergio del Molino en el auditorio de CaixaForum Zaragoza Sara Campos
Laura Peraita

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Con rabia, impotencia y mucho dolor. Así recuerda Rocío Martínez el momento en el que en 1974 se cerró el único colegio de Añavieja, su pueblo natal (Soria). Como si del Flautista de Hamelín se tratara, esta decisión se llevó a todo ... los niños hasta el colegio de Ágreda , también en Soria, donde permanecían internos de lunes a viernes. « Mi hija de cinco años lloraba desconsolada cuando la dejábamos allí y a su padre y a mí se nos desgarraba el corazón. No entendíamos porqué no podíamos darla un beso cada noche o prepararla el desayuno como siempre. Rotos por no poder tener la vida familiar que deseábamos y ser presos de un sentimiento de angustia que nos ahogaba, tuvimos que abandonar las tierras que vieron nacer a nuestros antepasados y que tanto trabajamos para subsistir. Nos marcharnos a vivir a Tarazona para estar más cerca de nuestra hija».

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia