«Es necesario disminuir el tiempo de trabajo, favorecer la conciliación y que la mujer deje de hacer sobreesfuerzos»
Constanza Tobío, catedrática de Sociología de la Universidad Carlos III de Madrid, explica las grandes dificultades existentes en nuestro país y que no ayudan a mejorar el índice de natalidad
Aunque en España las mujeres han avanzado significativamente hacia una mayor participación laboral, a ún persisten factores de desigualdad que afectan a su plena integración , más cuando comienzan a llegar los hijos. La participación del hombre en los cuidados y cómo se compaginan dos ... trabajos a tiempo completo para hacerse cargo de los menores sigue generando diferencias entre hombres y mujeres. Mientras la mujer es, normalmente, quien opta por reducir su jornada laboral e incluso renunciar a su carrera profesional, el hombre continúan su trayectoria. Una brecha consistente que se sigue viendo diez años después del primer hijo de la familia.
Una situación que la profesora de Economía en la Universidad Pompeu Fabra, Libertad González, y Constanza Tobío, catedrática de Sociología de la Universidad Carlos III de Madrid, analizaron, junto a los periodistas Anabel Díez y Antonio San José, en ‘Cuestión palpitante: maternidad y la situación laboral en España’, una conferencia organizada en la Fundación Juan March de Madrid , y que dejó claro que mientras las mujeres han luchado por entrar a formar parte del mercado laboral, los hombres se han mostrado más rezagados a la hora de hacer frente del cuidado de sus hijos , siguiendo así con su tarea laboral.
Esto provoca que la mujer tenga que hacer sobreesfuerzos “extraordinarios” , lo que también explica la baja tasa de fecundidad en España. Pero no solo hacen falta dedicar recursos a políticas sociales, sino que estas deben estar enfocadas, a juicio de González, a la conciliación, algo que no ocurre siempre. «En Alemania, las políticas sociales tienen como finalidad apoyar a la madre cuidadora y no la conciliación, por lo que las mujeres tienen que elegir entre si quieren hacer carrera profesional o quieren ser madres», explicó Tobío.
«Los hombres no quieren cuidar porque es cuestión de mujeres. Es decir, es un tema “identitario”»
Ante este panorama, la catedrática considera necesario disminuir en España el tiempo de trabajo para poder tener una mejor conciliación, aunque reconoce que mientras esto ocurre, se debería de incrementar la incorporación de los hombres al cuidado de sus hijos. Y es que en España, a su juicio, cuando llegan los hijos es muy difícil compaginar los dos trabajos y el cuidado de los menores, por lo que alguno de los progenitores debe reducir su jornada laboral.
Es una decisión, como coincidieron las expertas, que recae siempre en la madre. No por motivos, cree González, relacionados por una posible discriminación a las mujeres, o porque sea la mujer la que tenga un trabajo «peor» sino por las preferencias individuales, las capacidades y actitudes individuales y la presión social . Es una combinación de factores que «es muy difícil descartar». Lo cierto es que, sea como fuere, la mujer se va moviendo hacia puestos de menor ocupación y dedicación mientras que el hombre sí continúa su ascenso y línea laboral.
Para arreglar esta situación, según la profesora de Economía, habría que optar por realizar ciertos ajustes estructurales que permitan una mayor combinación del trabajo con el cuidado de los menores . Así, y al observar que el horario de la jornada laboral española es «excepcional», ve fundamental asimilar el horario de la jornada laboral con la escolar. Por otro lado, durante el debate consideró que hay que fomentar con líneas de actuación efectivas que los hombres se involucren más en el cuidado de los menores con políticas como las bajas de paternidad.
Pero para Tobío, hay una pata fundamental de la ecuación que se ha dejado de lado. Si hace 50 años la mujer tenía el papel de cuidadora y el hombre recibía un salario que servía para mantener a toda la familia, ahora es necesario que en la unidad familiar haya dos sueldos de trabajos a tiempo complet o para poder garantizar la sostenibilidad de la unidad familiar.
Ahora, en una situación en la que se ha demostrado que la mujer es «imprescindible» en la economía, lo lógico sería, a su juicio, que hombres y mujeres trabajaran la mitad y obtuvieran entre los dos un salario suficiente como para mantener a la familia. «Esto no es así, sino que lo que ha ocurrido es que se ha seguido incrementando la jornada laboral».
A su juicio, mientras la mujer ha se ha «empeñado» en entrar a formar parte del mundo laboral y de la actividad pública, a pesar de lo poco que han ayudado las políticas sociales, los hombres siempre han ido más rezagados. ¿Los motivos? Desde el punto de vista de Tobío, los hombres no quieren cuidar porque es cuestión de mujeres . Es decir, es un tema “identitario”.
Sin embargo, González ve el principal escollo en los beneficios que aporta a un hombre hacerse cargo del cuidado de los hijos y los que aporta a las mujeres incorporarse al mercado laboral. Mientras ellas tienen amplios beneficios -independencia económica, por ejemplo- cuando deciden incorporarse al mundo laboral, cuando un hombre decide incorporarse al cuidado de los menores no recibe tantas ventajas . «Habría que incentivar que los hombres hicieran uso de las políticas de conciliación, algo que no ocurre», lamentó González.