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Los héroes anónimos obtienen el reconocimiento que se merecen

Cadena 100 premia distintas acciones que hacen de nuestro mundo un lugar mejor

Jardín en la azotea de un hospital

MÓNICA SETIÉN

¿Qué es un héroe? Pues alguien que hace las cosas que los demás no podemos o no queremos, y que encima saca fuerzas y ganas de nadie sabe donde. Porque no hace falta ser Superman para saber amar, ni el capitán América para hacer felices a niños desfavorecidos . Y precisamente a estos héroes anónimos los ha querido reconocer Cadena 100 con sus Premios Pie Derecho.

Uno de ellos es la asociación Estela de Cometa cuyo objetivo es que los niños que viven en residencias de la Comunidad de Madrid salgan a jugar y llevar una vida familiar los sábados. Meri Gómez una de las responsables de la asociación cuenta los orígenes de esta. «Todo comenzó hace muchos años, cuando un amigo mío les propuso a una monjitas que dirigían una residencia d menores realizar allí su objeción de conciencia . Cuando acabó el tiempo de la prestación, este chico siguió yendo a ocuparse de los pequeños que allí vivían. Es más incluso fue “liando” a varios amigos que también se ocupaban de los menores». Con estos mimbres y poco a poco «se fue conformando lo que es ahora Estela de Cometa». Meri trasluce todo su entusiasmo cuando cuenta lo que hacen los sábados. « Recogemos a los pequeños es sus residencias y nos vamos a La Cabilda, un parque natural que está en Hoyo de Manzanares . Allí jugamos, comemos, cantamos y, si tenemos la suerte de que nos acompañe un sacerdote, incluso celebramos una eucaristía».

Pero no se quedan aquí los proyectos de esta asociación. Los responsables se dieron cuanta de que los pequeños tenían que abandonar las residencias cuando cumplían 18 años, y han querido poder dar oportunidades a algunos que quieran estudiar o llevar una vida en familia. Para ello han puesto en marcha la Casa Estela de Cometa. Así lo explica Meri: «Existe una necesidad real de un hogar, una casa en la que puedan vivir y en la que empezar a asumir la vida adulta con un acompañamiento que les permita seguir estudiando , acceder a la universidad o desarrollar su carrera profesional con estabilidad, un lugar donde disfrutar de una vida ordenada». Y por ello «La casa ya es una realidad. Yo misma me voy a ir a vivir con las cinco chicas que van a habitarla». De esta manera la asociación, encarnada en Meri puede realizar el sueño de alguna chicas sin recursos.

Estas acciones convierten a Meri y a todos los que colaboran con ella en unos héroes del siglo XXI.

Jardines y Play Station

Otra de las asociaciones que va derrochando amor por los niños es Juegaterapia. La heroína en este caso se llama Mónica Esteban. Desde la asociación cuentan su origen: Juegaterapia nació en la primavera de 2010. Y nació como surgen las buenas ideas, de repente. Mónica Esteban, su fundadora, le dio una Play Station al hijo de una amiga que estaba recibiendo tratamiento de quimioterapia en el hospital e inmediatamente pudo ver cómo el pequeño se animaba y afrontaba su enfermedad con una sonrisa en los labios. A partir de ahí se pusieron todos en marcha. Poco a poco y día tras día el equipo de Juegaterapia creció hasta convertirse en Fundación a día de hoy.

«Cada día recogemos las consolas fijas y portátiles que la gente ya no usa y las donamos a hospitales que disponen de áreas de oncología infantil. Nuestra misión es conseguir que los niños con cáncer puedan olvidarse un poco de sus tratamientos y que el tiempo pase un poquito más rápido en cada habitación de hospital. Cada consola lleva una etiqueta con los datos del donante para que el niño que la reciba pueda mandarle un mensaje, un dibujo o un inmenso ¡Gracias!»

Pero Juegaterapia no quiere quedarse dentro de los hospitales. Entre las acciones que ha desarrollado está «El jardín de mi hospi». Ellos lo describen así: «En Juegaterapia estamos convencidos de que las azoteas de los hospitales, esos espacios grises e inutilizados, pueden convertirse en preciosos espacios para jugar . Por eso en 2013 nos propusimos construir un jardin en el hospital de La Paz en Madrid y, gracias a la colaboración de muchísima gente anónima, lo conseguimos. Hoy es algo vivo de lo que nos sentimos tremendamente orgullosos». Pero no se han quedado en uno: «Hemos inaugurado otro jardín en el Hospital 12 de Octubre y estamos recaudando fondos para continuar con otro en La Fe de Valencia. Luego subiremos a otra azotea. Y luego a otra. Y a otra. Hasta que todos los niños ingresados puedan jugar, frente a una pantalla o bajo los rayos del sol».

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