¿Qué hacer con los hijos el 4 de mayo?

Las familias con hijos menores vuelven a encontrarse con un problema, que ya se está convirtiendo en habitual durante el último año de pandemia y confinamiento —y con la gran nevada Filomena— de qué hacer con los niños mientras los padres trabajan. Lo cierto es que la Administración no ha proporcionado facilidades a los padres. Al menos así lo manifiesta la presidenta de la Federación Giner de los Ríos , Carmen Morillas, quien asegura a ABC que ha solicitado al consejero de Educación de la Comunidad de Madrid una reunión para conocer qué opciones presenta a las familias madrileñas que no tengan posibilidades de encargarse de sus hijos porque están obligados a ir a trabajar. «La respuesta del consejero ha sido contundente —explica Morrillas—: "no hace falta una reunión porque es una situación que ya se vivió durante los comicios regionales de la comunidad de Madrid en 1987 "».

Ante este dilema, a las familias no les queda otra que «buscarse la vida», tal y como matiza Carmen Morillas, «y habrá padres con enormes dificultades, como es el caso también de aquellos a los que les ha tocado estar en una mesa electoral y quizá estén en la tesitura de dejar a los niños solos en casa mientras su pareja acude al trabajo».

El problema añadido es que por culpa de la pandemia, las familias españolas no podrán solicitar, como se ha hecho en otras ocasiones, la ayuda de los abuelos para cuidar de los nietos porque muchos de ellos todavía no están vacunados y corren el riesgo de contagiarse del Covid-19.

Las posibilidades se reducen y estas son las que parecen tener más seguidores:

—Llegar a acuerdos con otras familias para que entre ambas se ocupen por turnos (de trabajo) de los niños. En el caso de haber pasado el Covid-19 es más sencillo seguir este planteamiento pero, si no es así, el panorama se complica porque supone un riesgo de contagio juntar a más personas y niños de lo permitido dentro de una casa.

—Pedir el día libre. Esta opción no se la puede permitir todo el mundo porque hay familias que viven con lo justo y perder un día de sueldo supone un gran roto en su economía. «Además —tal y como asegura Carmen Morillas—, esta decisión suele penalizar a la mujer, porque es ella la que finalmente pide el permiso laboral o reducción de jornada. Las empresas suelen ser flexibles en este asunto, pero no hay que olvidar que llevamos algo más de un año con situaciones muy complejas respecto a la conciliación familiar y falta sentido de corresponsabilidad. Es necesario que se apliquen nuevas políticas sociales adaptadas al siglo XXI».

—Teletrabajar. Lo malo del trabajo a distancia es que no es válido para aquellas personas que su actividad profesional no se lo permita, por lo que es una decisión muy sectorial y que depende, además, de lo que decida la empresa a la que se pertenece. En el caso de poder hacerlo, los padres deben armarse de paciencia para poder compaginar su tarea laboral con el cuidado y demanda de los hijos que, cuanto más pequeños son, más frecuente y exigente es. Las familias que lo hagan así aseguran que dejarán que sus hijos duerman hasta más tarde y al despertar les enchufarán a la tele o la tablet el máximo tiempo posible «para poder tener algo más de tranquilidad en el trabajo», a pesar de no gustarles tener que tomar estas decisiones con sus hijos.

—Contratar a una persona para que haga de canguro en casa. Esta medida es viable solo en el caso de tener disponibilidad económica para hacerlo y la seguridad de que quien entra en casa no está contagiada del coronavirus en ese momento.

—Dejar a los hijos solos. Esta alternativa es la menos deseable y depende, claro está, de la edad y responsabilidad de los hijos para evitar riesgos. En muchos casos esta opción no es posible.