Las familias de niños con discapacidad aplauden el fin del copago farmacéutico: «Al principio hay mucho gasto»

Tanto el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) como la Federación Española de Enfermedades Raras (Feder) y la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), entre otras organizaciones, han celebrado esta medida, que supondrá un «alivio económico» para miles de familias con menores con discapacidad. Muchas de ellas, soportan un gasto farmacéutico mayor que cualquier otro hogar, hasta un 40% más , según cálculos de diversas ONG.

La familia del pequeño Hugo , que tiene síndrome de Down, reconoce que han tenido suerte, porque el niño de 2 años y medio goza de buena salud, no tiene cardiopatías asociadas, y su presupuesto de medicamentos nunca ha sido prohibitivo. «El primer año y medio sí me gasté más porque, muchas veces por protocolo, compras muchísimas cosas. Además tuvo bronquiolitis y sí me dejé un dinerillo en inhaladores y demás, pero en general no se ha puesto malo muchas veces. Eso sí, al principio todo son gastos, y pienso en los futuros padres y madres y no quiero que pasen todo eso si se lo pueden ahorrar », cuenta Tamara, su madre, que denuncia que la implantación de la medida está siendo un poco «mareante».

En su caso, por ejemplo, fue a principios de enero a comprar un antibiótico para Hugo y en su tarjeta no salía la exención que debería ya estar en vigor . «Fui al centro de salud y me dijeron que no aparecía su discapacidad, así que llamé a la Seguridad Social y afortunadamente todos los papeles estaban bien. Su conclusión fue que podían tardar un tiempo en actualizar los datos», recuerda.

Desde el Colegio de Farmaceúticos de Madrid recuerdan que es una normativa nacional y que la exención debería estar incorporada a todas las tarjetas sanitarias de los menores. Si tienen la discapacidad reconocida y hay algún error, no se puede corregir en las farmacias , por lo que recomiendan llamar al centro de salud de referencia para corregir los datos incorrectos o incompletos, si los hubiera. Otra opción sería guardar las facturas de los medicamentos adquiridos y reclamar a posteriori los reintegros correspondientes también a través del centro de salud.

Los colectivos relacionados con la discapacidad creen que, más allá de esta medida, aún queda trabajo por hacer. Algunos, como el movimiento Aspace, que ayuda a personas con parálisis cerebral, recomienda que también se extiendan estas prestaciones a ámbitos como «la ortoprótesis, los productos dietéticos y el transporte sanitario no urgente».