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«La familia es la empresa más rentable y la única que reparte beneficios para todos»

María Menéndez, presidenta de la Asociación de Familias Numerosas de Madrid, demanda en el siguiente artículo medidas urgentes para acabar con el invierno demográfico

En junio de 2016 el Instituto Nacional de Estadística (INE) en España decía: «en 30 años habrá un 40% menos de jóvenes españoles, mientras aumentarán considerablemente los mayores de 65 años». Y, las siguientes, son las cifras que comunicó el INE el 19 de junio de 2019, tres años después, lo que confirman que vamos a peor:

—La natalidad ha descendido un 6,1% con respecto al año anterior

—En 10 años la natalidad ha caído un 29,0%.

—El 20,6% de los nacimientos son de madre extranjera.

—El número medio de hijos por mujer es de 1,25. Hace 10 años era 1,44

No solo se reduce el indicador de hijos por mujer, sino que también desciende el grupo de mujeres en edad de tener hijos. No hay voluntad política de afrontar este declive demográfico tan grave y tan perjudicial para todos.

Ni en estas cuatro citas electorales se ha considerado este tema, ni a los candidatos electos se les ha oído una sola propuesta seria sobre cómo afrontar esta crisis demográfica. Siguen enfrascados en sus propias componendas, sillones y acuerdos, que es lo único que les mueve. ¿Necesitamos como actores imprescindibles a los políticos? ¿O podemos iniciar una recuperación de la natalidad desde la sociedad civil, desde cada familia con hijos, desde la empresa privada, desde los medios de comunicación?

Las familias numerosas tenemos mucho que decir, mucho que hacer y mucho que aportar. Más bien tenemos todo lo que haría falta: hijos. Solo fortaleciendo y apoyando el matrimonio para conseguir familias cada vez más estables y con hijos conseguiremos ir frenando este descenso de población desde la base de la pirámide.

Si los que están en el vértice de esta pirámide de población no se apoyan sobre una base más amplia que les sostenga, la sociedad se desmorona. No pueden sobrevivir los pensionistas sin un número mayor de trabajadores. Esa base de la pirámide son los niños, los nuevos y futuros ciudadanos que nacen en las familias.

Por eso es fundamental y prioritario considerar a las familias como la palanca necesaria para mover el mundo. Nos preocupamos mucho de cuidar y preservar los hábitats naturales de las diversas especies animales. Sin embargo, nos preocupamos muy poco o nada de salvaguardar el hábitat idóneo para el nacimiento, desarrollo, educación y supervivencia del ser humano, parte también de la naturaleza. Este hábitat es la Familia.

La familia es una de las obras maestras de la naturaleza. Es el lugar donde nacen los niños y mueren los hombres, donde la libertad y el amor florecen. Es la empresa más rentable y la única que reparte beneficios para todos. Es la oficina donde siempre hay trabajo.

Volviendo a las cifras, el proceso de descenso demográfico no es imparable pero no se puede solucionar ni a corto ni a medio plazo. Es un trabajo de frenada a largo plazo. Revertir la situación es cosa de todos.

Las familias numerosas somos los únicos que nunca hemos dejado de construir y de avanzar en esta cuestión. Si por nosotros fuera, estas cifras de invierno demográfico no existirían. Considerar a la familia numerosa, fomentar la familia numerosa, defenderla y protegerla sería lo primero que habría que hacer para frenar el vacío de niños.

De este modo, lo justo sería aplicar la perspectiva de familia y hacer cumplir esta disposición adicional en la Ley 40/2003, de 18 de noviembre, de Protección a las Familias Numerosas, con el siguiente texto:

«Disposición adicional décima. Impacto de las normas en la familia.

Las memorias del análisis de impacto normativo que deben acompañar a los anteproyectos de ley y a los proyectos de reglamentos incluirán el impacto de la normativa en la familia».

Además, deberían ir acompañadas estas iniciativas para promover y proteger a las familias numerosas, de la aplicación de la fiscalidad per cápita, de considerar la enorme importancia de la dedicación exclusiva al cuidado del hogar y de los hijos, de hacer valer la conciliación del trabajo profesional con la familia, siempre más importante, de mejorar las condiciones de trabajo y salarios, de no penalizar por tener una familia grande, de mejorar el acceso a la vivienda, etc.

Ya lo estamos viendo y sintiendo. Rompiendo la familia dejan de nacer niños y la pirámide poblacional se desmorona por no tener una amplia base donde apoyarse. ¿Necesitamos más datos para ponernos en marcha?

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