Milagros Álvarez Gortari, autora de «Mujeres generación sándwich. Con la familia a cuestas», explica por su propia experiencia que cuando una persona descubre que sus padres se han hecho mayores y sufren deterioro «se produce una mezcla de sentimientos encontrados que te hacen pasar por ... un momento de la vida muy doloroso. No acabas de querer darte cuenta de la situación, por lo que se tiende a retrasar la búsqueda de una solución al problema y en el fondo te sientes culpable por no actuar».
«Da mucha pena —prosigue— ver a tu madre, que organizaba una comida para toda la familia en dos minutos, convertida en una persona despistada y a la que cualquier cosa se le hace un mundo. Y a tu padre, que siempre fue una persona segura y fuerte, transformado en un anciano que se lía con las cuentas del banco, que se pone de muy mal humor porque el mundo le desborda y no lo quiere reconocer».
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