Crisis de ansiedad o pánico por la pandemia, también en niños y adolescentes
Evaluar el impacto de la pandemia en los niños es una necesidad
S. F.
La ansiedad y el estrés se manifiesta sobre todo en los países más desarrollados. La situación que vivimos provocada por la pandemia, está además agravando la situación y cada vez más personas la están sufriendo. Incluso hasta el punto de llegar a que más del ... diez por ciento de la población adulta, haya tenido, alguna vez en su vida, crisis de ansiedad o pánico. Vivimos en una sociedad intrínsecamente estresada, y los niveles de tensión, que la mayor parte de nosotros tenemos, son los más altos de la historia de la humanidad.
Según explica la doctora y psicoterapeuta Marisa Navarro , en su último libro «Las ruedas dentadas, pequeños cambios para grandes cambios» , esto se puede demostrar por la incidencia tan alta que hay en la actualidad, del desgaste de los dientes (bruxismo), consecuencia del estrés. «De ahí que un alto porcentaje de la población occidental duerma con férulas de descarga. En los cráneos estudiados de diferentes épocas de la humanidad, este aspecto en las dentaduras no es tan frecuente de encontrar, y por supuesto, en esos tiempos, las prótesis de descarga no existían», señala.
A juicio de la doctora esto debe preocuparnos, pero lo que de verdad nos debería hacer reflexionar es que cada vez se están viendo con más frecuencia, crisis de ansiedad o pánico, en los jóvenes y niños . «Su salud mental debe atenderse, pero el problema es que como muchas veces, ellos no son conscientes de su ansiedad, no entienden qué les pasa, no verbalizan su tristeza o preocupación, porque no lo comprenden…, no le damos la importancia que debería, hasta que ya es demasiado tarde», comenta.
Hace algunos días, el alcalde de Nueva York anunciaba que evaluará la salud mental de los alumnos de colegios públicos para determinar el impacto de la Covid . Para la doctora Navarro, esta es una gran noticia y una decisión que deberían tomar más dirigentes públicos. Y es que según su experiencia, la salud mental debe fomentarse desde que somos pequeños, ya que es la única forma de prevenir problemas en el futuro. En este sentido explica que «de esta crisis vamos a sacar mucho aprendizaje, y uno de los más importantes es la necesidad de atender nuestro estado psicológico, de la misma manera que atendemos la salud en general».
Así apunta que estar alerta de lo que sentimos y de nuestras emociones, es algo que se debería aprender desde la infancia, si queremos en el futuro una sociedad más sana. «Sana no solo en el sentido de la mente», advierte. También de la salud en general, porque indica que nuestros pensamientos, cuando son negativos y mantenidos en el tiempo, son causa de muchas enfermedades que pueden afectar a órganos como el corazón, la piel, el sistema digestivo o muscular.
«Siendo importante que nuestros hijos estudien asignaturas como las matemáticas, la física, los idiomas... también es necesario enseñarles a manejar sus pensamientos, a tranquilizar su mente, a cuidar sus emociones, a potenciar su fuerza de voluntad , a saber elegir, a aumentar su autoestima, a ser empáticos, comunicativos y fomentar sus habilidades sociales, entre muchos otros aspectos, que les van a permitir ser más felices, disfrutar más de la vida y gozar de una mayor salud, tanto en el momento presente como en el futuro», comenta.
Y es que Marisa Navarro advierte que «nos hemos centrado fundamentalmente en el desarrollo cognitivo y conductual de los niños, algo muy positivo, pero se ha dejado de lado educar para que atiendan su aspecto emocional, a pesar de la importancia que tiene para su vida y para las relaciones que mantengan con los demás, aunque ojalá tras la crisis que vivimos esto pueda cambiar».
En este sentido la doctora Marisa Navarro considera que la mayor atención que estamos dando al estado psicológico de las personas, supone un buen momento para convencernos de la necesidad de educar las emociones desde la infancia . Y explica que el primer paso para hacerlo es dar ejemplo, como padres, como profesores y como sociedad, ya que los niños aprenden por imitación. Por otro lado, recomienda una serie de acciones muy sencillas que deberíamos poner en práctica con los más pequeños, en nuestro día a día:
Fomentar el pensamiento positivo: no quiere decir que no les dejemos desahogarse, sino fomentar el enseñar a los niños a fijarse y resaltar los momentos buenos que han tenido, las cosas positivas que les han pasado y a que pongan su atención en ellas.
Dejarles vivir en su momento presente: los niños nacen con la capacidad innata de vivir en su momento presente. Pero van creciendo y les vamos enseñando a preocuparse por el futuro y recordar su pasado, lo hacemos con la intención de que aprendan y de prepararles para lo que pueda ocurrir, pero nos olvidamos de que se fijen en disfrutar el ahora.
Poner especial atención a la manera en la que nos comunicamos: las palabras son poderosas y tienen grandes efectos en nuestra vida. Hay palabras que enferman y palabras que curan, y podemos escoger entre ellas, pensemos que esas palabras van a tener un gran impacto en la manera en la que acabarán pensando y expresándose.
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