Las comuniones vuelven a la normalidad aunque con cierto reparo
Las familias celebran el sacramento pero sin olvidarse de la pandemia, especialmente por los más mayores
Mes de mayo, mes de comuniones . Y este 2022 más especiales si cabe tras dos años muy convulsos. «Estamos muy contentos de que se recupere la normalidad. Han sido dos años difíciles para todos», afirma a ABC Julián Lozano , sacerdote delegado de ... medios de comunicación en la diócesis de Getafe (Madrid). El responsable reconoce que la pandemia les ha tenido «en tensión» durante este tiempo, «preocupados por el hecho de que pudiera haber un foco de infección a partir de nuestras celebraciones».
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Pero nada de eso ha sucedido. «Nos alegra y da tranquilidad», asegura. Y espera que los acontecimientos se desarrollen con normalidad desde este año. Atrás han quedado esas celebraciones «con medidas de seguridad, aforo, mascarilla, menos multitudinarias...», recuerda. Incluso «hubo familias que lo retrasaron y otras que siguieron adelante con sus fechas», afirma Lozano, quien recuerda que, pese a la pandemia, los esencial permanece: «Jesús se entrega a cada niño en la Eucaristía, que le da el 'primer abrazo' de comunión; el primero de muchos».
Niveles prepandemia
El pasado 19 de abril, el Gobierno publicó en el BOE la orden por la que se aprobó el fin del uso obligatorio de mascarilla en interiores , a excepción de centros sanitarios, sociosanitarios y en transportes. De esta manera, « se han terminado las restricciones en las celebraciones », comenta el párroco. «Obviamente -puntualiza-, las familias que quieran pueden seguir usando las mascarillas . Pero litúrgicamente todo vuelve a la normalidad. Confiamos en que sean celebraciones gozosas y tranquilas».
Según Lozano, este año «hay una demanda similar al tiempo prepandemia» a la hora de celebrar las primeras comuniones. Según datos de la Conferencia Episcopal Española , en 2020, fecha en la que constan los últimos datos, se celebraron en todo el país 222.345, casi un 4% menos que el año anterior. Y todo apunta a que esas cifras serán mayores este 2022.
Según fuentes de El Corte Ingles , desde mediados de diciembre, cuando empezaron a poner en marcha toda la maquinaria de las comuniones, detectaron «una buenísima acogida». De hecho, a finales de enero y febrero, cuando la campaña ya se instaló realmente en todos los centros, «dicha aceptación se consolidó». Tanto es así que la demanda de vestidos y trajes de comunión «está por encima del 2019» . Y eso que el pasado año, aseguran, consiguieron estar en cifras prepandémicas.
«Estoy muy contenta de poder celebrar la primera comunión con normalidad y ver la cara de mis compañeros de catequesis . ¡Y a mi catequista!», cuenta Irene de Gregorio, de 10 años, a ABC. La pequeña es muy consciente de lo afortunada que es al poder celebrar el sacramento en compañía de su familia más íntima. « Me habría dado mucha pena no haber podido invitar mis familiares . Hubiera estado triste», reconoce.
Cierta desconfianza
Su madre, Ana Crespo , admite haber tomado ciertas preocupaciones a pesar de que la situación actual de la pandemia les permite poder pasar este día con total normalidad. «Primero, porque espero que todos lleguemos al sábado 14 de mayo sanos y, por otro, porque siempre estás con el temor de que pueda haber algún contagio en la celebración», explica. «Yo creo que ese miedo es, aún, algo general. Y también pienso en mis padres y en mi suegro... Por todo ello, hemos optado por una celebración íntima, con padres, tíos y primos, la familia más directa. Vamos a ser solo 18 personas. Nada de amigos nuestros ni de Irene, que nos habría encantado que nos acompañasen este día. Pero no porque queremos celebrar la comunión con normalidad y precaución»», cuenta.
En la iglesia, junto a Irene, estarán otros siete niños. «Como somos pocos, nos han sugerido una cierta organización en la que vamos a estar bastante separados», explica. Y es que Ana no puede evitar acordarse de su suegro y sus padres. «Ni a mi ni a mi marido nos han dicho nada, pero nosotros estamos seguros que por la cabeza se les pasa muchas cosas y que quizás tengan cierto temor por acudir a la iglesia, un sitio cerrado, con más gente... Aunque la mascarilla ya no es obligatoria en interiores, ellos la van a llevar. El miedo a las celebraciones multitudinarias sigue presente. Al final, ellos son los más vulnerables. Hemos tenido mucha precaución con ellos durante estos dos años. Pero, al mismo tiempo, quieren estar en la comunión de su nieta».
Ana, que tiene un hijo mayor, no puede evitar comparar cómo va a ser la celebración de Irene y cómo fue la de su hijo mayor hace diez años. «La situación fue totalmente diferente. Lo hicimos en un gran restaurante, con animación, atracciones... La de Irene no tiene nada que ver. Vamos a ir al restaurante de mi vecina y estaremos solos en el salón», cuenta. « El Covid-19, al final, influye –asevera–. S i no llega a ser por ello, lo habríamos celebrado de otra manera ».