De la ciudad al campo: «Nos han buscado colegio, casa y trabajo»

El proyecto «Pueblos Madrina» busca paliar este problema y para eso se sirve de la ayuda de sus «madrinas rastreadoras», que hablan con párrocos, maestras y alcaldes de pueblos pequeños, menores de 4.000 habitantes normalmente y con problemas de envejecimiento. Es el caso de José Reviriego Moreno, regidor de Santa María del Berrocal (Ávila), localidad de tan solo 400 personas que gracias a este plan ha pasado de tener cuatro alumnos en su escuela y riesgo de cierre por parte de Inspección a catorce estudiantes y necesidad de incorporar más profesorado. «Salvar al colegio era perentorio - reconoce Reviriego- y esto le da una vitalidad al pueblo estupenda».

A las dos familias que han llegado a su pueblo les han ofrecido casas de protección oficial. «Hemos buscado la fórmula para poderlas utilizar. Son dos viviendas pequeñitas, con mucha luz, calefacción, dos patios, una cochera... Está muy bien, y sus nuevos habitantes están muy ilusionados y contentos. La familia que lleva cuatro días empezó a saltar de alegría cuando les instalamos la caldera y vieron que salía agua caliente del grifo», apunta.

«Cuando llegamos al pueblo con las nuevas familias, es verdad que los alcaldes, los concejales, los docentes, los vecinos... Todos nos reciben muy bien», reconoce Giménez. «Y que todo esto está dando lugar -prosigue- al 'efecto llamada'. Los pueblos se van avisando de uno a otro. Saben que si no hay niños, el pueblo se muere».

Desde Fundación Madrina advierten que los niños son los más perjudicadas por la falta de hogar de sus familias, «ya que esta presión permanente de desahucio unido a condiciones inhumanas de convivencia en los hogares donde se hacinan en una habitación les genera muchísimo “estrés”, enfermedades y “fracaso escolar”. Podemos decir que hacen suyos los problemas de los padres », explica Giménez. «Hemos comprobado por el contrario que estos mismos menores, cuando van con su familia al entorno rural son más felices, desapareciendo el estrés y mejorando las calificaciones escolares. Tenemos el caso de una niña a la que se le estaba empezando incluso a caer el pelo y ahora está sacando sobrelientes».

En la Fundación han observado también que las familias que dan el paso, consiguen trabajo en varios meses . «Normalmente ellas de limpieza y cuidado de mayores, y de hostelería, cocina y construcción los hombres. Igualmente hay familias que pueden llevar el bar o la tienda del pueblo o bien se dedican, en menor medida, a tareas agrarias y ganaderas. Pero todas las familias cuentan con el acompañamiento de las "madrinas" para la alimentación y la búsqueda activa de empleo», asegura el presidente de la Fundación.

Iniciativas como esta, concluye Giménez, «son ahora más necesarias que nunca, ya que en los próximos meses una de cada de dos familias vulnerables podría perder su hogar. La pandemia está generando una "nueva pobreza" que se está transformando en "pobreza estructural" de manera acelerada en España».