La carta a los Reyes Magos: desde la regla de tres para escribirla a la herramienta terapéutica

Respecto a qué pedir y qué no, para Perona «es importante permitir la libre expresión de los deseos, sin limitar el número de regalos o decirles qué pueden pedir y qué no. Eso posibilitará que se sientan libres de escribir lo que quieran. Otra cosa diferente es que les concedamos todo. Podemos avisarles que Sus Majestades solo traen 3 regalitos a cada niño, por lo que de esa (previsiblemente larga lista) seleccionarán tres cositas». Sin embargo para Pilu Dopico, maestra y fundadora del blog El pupitre de Pilu , el aspecto de la cifra de regalos sí que es importante. «Hay que tener en cuenta que hay familias muy numerosas, donde sus Majestades dejan regalos en casas de los tíos, los abuelos, otras donde los padres están separados y encima se llevan mal… Hay que tener cuidado porque es muy fácil encontrarse con un niño hiperregalado o con multitud de presentes que es mejor dosificar a lo largo del año».

En los últimos años se ha puesto de moda que los niños pidan cosas, y los padres les regalemos exactamente lo que han pedido. La recomendación de Dopico en este sentido es seguir una especie de regla de tres: un capricho, algo que necesite, y sí o sí una lectura ». Para Perona, que reciban todo lo que quieren desde luego no es «recomendable, porque se trata de un mero intercambio comercial. Se pierde la magia de la sorpresa, de lo imprevisible, y de poder regalar lo que uno quiere a sus hijos, que no necesariamente tiene por qué coincidir con lo que ellos piden. Además, no les enseñamos a frustrarse: no siempre se puede tener todo lo que se desea, y no pasa nada. Mi recomendación es que los regalos incluyan algo que desean, pero no todo, dejando margen así a la sorpresa». En esta línea la psicóloga de Hijos de Alta Demanda «es que alguno de los regalos no sea material, sino emocional: una foto especial enmarcada, una experiencia juntos (entradas para un parque de atracciones, para un Escape Room…)».

Por último, concluye Perona, « tan importante es el momento de escribir la carta, como el de ir a entregarla . En muchas ciudades hay buzones dispuestos para ello, o se organizan actos donde los niños pueden entregarlas a los pajes. Podemos disfrutar ese momento convirtiéndolo en algo muy especial. Son momentos en familia que recordarán siempre, y con qué poco se les puede ayudar a soñar y sentir ilusión y felicidad».