CAMPAMENTOS DE IDIOMAS
Un verano de provecho
Los expertos recomiendan que, a partir de los 6 años, los niños estudien otra lengua en nuestro país y, desde los 13, en el extranjero
l. peraita
Nadie duda ya de la importancia de dominar un idioma para lograr un empleo. Para muestra, un botón: un estudio de la Fundación Universidad Empresa y la Cámara de Comercio destaca que el aspecto más valorado en un 96,4% de las empresas a la ... hora de seleccionar al «candidato 10» es el dominio del inglés.
Muchos padres son conscientes de ello y, por eso, se plantean el verano como el mejor momento del año para que sus hijos realicen una inmersión en otro idioma en campamentos en España o fuera de nuestras fronteras. El planteamiento está claro, sí, pero no tanto las respuestas a sus múltiples interrogantes ante la enorme oferta formativa existente: ¿qué edad es recomendable que haga un campamento de idiomas?, ¿mejor en España o en el extranjero?, ¿un par de semanas o un mes?, ¿cuál es el programa más adecuado para mi hijo? ¿Y para el bolsillo? Porque los precios, según la modalidad y el destino escogido, están entre 295 y 1.800 euros.
Es importante recordar que, además del domino de otra lengua, expertos pedagogos y neurocientíficos coinciden al afirmar que el bilingüismo mejora el amplio abanico de capacidades cognitivas de los niños. En el caso de los adolescentes, tal y como señala la psicóloga Victoria Cadarso, «la estancia en otro país puede convertirse en una experiencia muy enriquecedora para el desarrollo personal del joven. El hecho de vivir otras culturas y costumbres le va a hacer más tolerantes, independientes, responsables y creativos».
Hay que conocer si la empresa tiene los permisos y la titulación de los monitores
Pero, para que la experiencia cumpla con las expectativas, los expertos en la materia recomiendan que los padres consulten varias opciones y recaben la máxima información sobre los programas existentes en entidades serias, legalmente establecidas y con años de experiencia en la gestión profesional de este tipo de actividades. Entre otras cuestiones es imprescindible conocer si la empresa organizadora tiene los permisos necesarios en asuntos como la contratación y titulación de los monitores, profesores y personas a cargo de los participantes. También hay que saber al detalle cómo son las instalaciones, la programación diaria, las actividades, el servicio médico...
Hecho este apunte, Juan Manuel Elizalde, presidente de la Asociación Española de Promotores de Cursos de Idiomas en el Extranjero (Aseproce), recomienda que los padres se planteen el aprendizaje de sus hijos de forma gradual, como una carrera de fondo, en la que hay que ir cubriendo etapas, teniendo siempre en cuenta la idiosincrasia del niño y respetando sus tiempos. «Es preferible ir sobre seguro, aunque sea un poco más lento, que acelerar y forzar la situación, creando rechazo en el pequeño».
La edad ideal
La pregunta que se hacen muchos padres es a qué edad deben ir sus hijos a un campamento de idiomas. «A partir de los 6 años es preferible que sea en España, —apunta Elizalde—. Se puede empezar con los campamentos urbanos, los hay incluso para niños menores de 6 años, que ofrecen en muchos casos la posibilidad de "day camp", es decir, que el alumno, una vez acabado el día, regrese a su casa para dormir, lo que favorece que niños, y también padres, se acostumbren a estar separados». En una segunda etapa se puede continuar con los campamentos de idiomas en la naturaleza. Suelen localizarse en entornos muy agradables donde se practican deportes y actividades lúdicas. Es una opción muy indicada, puesto que los niños conviven con otros de su edad, procedentes de toda la geografía española, e incluso de otros países, y es una forma de que se preparen para dar el salto al extranjero.
«Cuanto más tiempo en contacto con lalengua, mejor la manejará»
La salida a otro país es aconsejable a partir de los 13 o 14 años, como norma general, aunque depende mucho de la madurez del niño. Si el chico o la chica se manejan bien con el idioma y tienen soltura, se puede adelantar un poco. Aun así, es conveniente que el destino sea próximo —Reino Unido o Irlanda—, y con una estancia de dos o tres semanas. El niño debe viajar en grupo, con un monitor que esté pendiente de él para que viva esta experiencia con seguridad. «En el caso de que sean más mayores conviene que la estancia sea en una familia, y la duración, mayor. Cuanto más tiempo en contacto con la lengua, mejor va a manejarla», concluye el presidente de Aseproce.
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