«¿Me ayudas a conseguirlo?»

A partir de ahí, seguí con mi vida, trabajando por conseguir todas mis metas. Creo que la clave de que yo sea el «primer diplomado europeo con síndrome de Down» no es otra que las personas que me han rodeado. Mis padres y hermanos , que siempre confiaron en mí y nunca me sobreprotegieron. Mis profesores , que me permitieron recibir una educación normalizada y fueron exigentes conmigo. Mis amigos , que me hicieron sentir uno más… Todos ellos me empujaron a luchar, a superarme y a no rendirme. Por supuesto, no siempre ha sido un camino de rosas y he encontrado muchas barreras y prejuicios contra los que he tenido que luchar pero, afortunadamente, siempre he podido hacerlo apoyado en los míos.

A veces me pregunto cómo hubiera sido mi vida si mi familia, profesores y amigos nunca hubieran confiado en mí. Seguro que muy diferente. Por eso hoy, en el Día Internacional del síndrome de Down , me gustaría hacer un llamamiento a la sociedad y a todas las personas de forma individual: tú mismo, que amablemente estás leyendo estas líneas, tienes una inmensa responsabilidad a la hora de normalizar la discapacidad y permitirnos ser uno más. La actitud que adoptes hacia una persona con síndrome de Down (sea tu hijo, hermano, amigo, vecino o compañero) será crucial para que nos realicemos personalmente. Si nos sobreproteges, nos tratas como a eternos niños y presupones que no podemos hacer algo, s in darnos siquiera la oportunidad de demostrarlo, entonces estaremos anclados en el pasado y no evolucionaremos.

Cuando algunos padres me dicen que soy un ejemplo para sus hijos con síndrome de Down, me invade una sensación agridulce, pues creo que la clave no es que sus hijos se conviertan en Pablo Pineda, sino que puedan ser ellos mismos, tomar sus decisiones y desarrollar sus gustos y capacidades. ¡Como cualquier persona! Y que paralelamente, encuentren el apoyo de una sociedad inclusiva , que no dé la espalda a la discapacidad, sino que aplauda la diversidad como motor de progreso (hoy en día, negar la diversidad es nadar a contracorriente).

Pero todavía estamos lejos y como muestra un dato: sólo 2 de cada 10 personas con síndrome de Down en edad laboral está trabajando. Y apenas un 3% lo hace en empresa ordinaria, lo que fomenta la segregación y refuerza el estigma. Mucho camino queda por recorrer y en ello estamos. Personalmente, procuro aportar mi granito de arena a través de las conferencias con la Fundación Adecco , entidad en la que trabajo y donde intento demostrar que la diversidad es riqueza y que el talento no responde a un único perfil.

Donde animo a todas las empresas a ponerse en el lugar del otro , mirándolo de frente, sin calificativos ni etiquetas. Y donde sobre todo, reto a cada persona a enfrentarse a sus propios prejuicios y a renovar su visión sobre la discapacidad. Porque la plena integración empieza en la familia pero sigue en la sociedad y es responsabilidad de TODOS. Y porque mi deseo es que, algún día, deje de ser noticia que un síndrome de Down es universitario, político o practica un deporte de riesgo.

A mis 41 años, tengo la esperanza de estar aquí para verlo y disfrutar de una sociedad que celebra la diversidad y se queda con la mejor versión de cada persona.

También depende de ti, ¿me ayudas a conseguirlo?

Pablo Pineda , es el primer diplomado europeo con síndrome de Down y consultor de la Fundación Adecco