Adolescentes y uso del móvil: Las 5 cosas que han cambiado (y mucho) tras la pandemia
Estas son las principales conclusiones de la 4ª edición del estudio «El impacto de las pantallas en la vida familiar. Familias y adolescentes tras el confinamiento»

La mayoría de adolescentes abusan del móvil cuando no saben muy bien qué hacer y, sobre todo, cuando se encuentran solos entre las cuatro paredes de su casa. Son dos de los aspectos principales sobre los cuales los adultos deberíamos reflexionar, tal y como advierten ... desde el estudio «El impacto de las pantallas en la vida familiar. Familias y adolescentes tras el confinamiento» , realizado por empantallados.com y GAD3, con el apoyo de Orange, a través de su iniciativa 'Por un uso Love de la Tecnología' y la Comisión Europea, y que va ya por su cuarta edición.
1. Las pantallas, refugio para los adolescentes
Es verdad que los jóvenes usan mucho las pantallas, pero ya lo hacían antes de la pandemia. Es decir, según confirma este informe, el confinamiento ha acentuado una realidad que ya existía: el 56% de los padres creen que los hijos están más «enganchados» a las pantallas que antes de la crisis sociosanitaria provocada por el coronavirus. Y, ¿a qué se debe el consumo excesivo? Según el análisis realizado por empantallados, «a que las pantallas ofrecen un remedio inmediato frente al aburrimiento. Los padres se quejan de que se trata de una generación con menor capacidad para afrontar la frustración . Fomentar un uso de las pantallas con un “para qué” (como potenciar un talento), o promover otras actividades (voluntariado, deporte, salidas a la naturaleza…) puede ser parte de la solución. En el fondo muchos adolescentes prefieren lo presencial: solo el 36% de prefieren quedarse en casa jugando a un videojuego a salir a la calle; y casi el 80% prefiere las clases semipresenciales o presenciales.
2. Nueva normalidad de las familias es tecnológica
«Es cierto que hay comportamientos con los que hay que tener cuidado, pero el balance general es muy positivo» , reconoce Narciso Michavila, presidente de GAD3 y uno de los responsables de la investigación, que analiza los cambios de usos digitales de padres a hijos tras el confinamiento y los principales retos que plantea la adolescencia en el entorno digital. De hecho, señala, «no podríamos haber superado esta pandemia si no fuera por la tecnología. Es cierto que ha habido una gran aceleración en el uso de pantallas (para trabajar, comprar, para estudiar...), pero también se han producido ¡aprendizajes cruzados' entre padres e hijos ».
3. El criterio educativo, una ayuda para navegar
El aspecto positivo del papel de las familias en este nuevo contexto, señala Charo Sabada, investigadora europea de menores y tecnología, es que «los padres siguen siendo un referente». Se apoya en el dato del informe, que apunta a que un 78 por ciento de adolescentes reconocen que, aunque piensen distinto, hacen casos de los consejos de sus progenitores . «Es evidente que el uso de las pantallas, que ya existía, se consolida en esta nueva realidad. Pero también es un hecho que durante la pandemia los padres han podido recalcular sus posiciones y es importante que sepan que tienen algo que hacer en este sentido. A los jóvenes les falta la experiencia de vida que te permite calibrar. Ese es el punto para convertirse en su referencia, en ese criterio educativo que es una ayuda para navegar sobre esa sobreabundancia de información. Y los adolescentes sí dan ese poder a sus padres».
Pese a todo, el estudio señala que un 65 por ciento de los padres piensan que las pantallas y las redes sociales son una amenaza para la autoestima de los adolescentes . Trabajar este punto desde la prevención es la recomendación de la psicóloga Silvia Álava, autora de libros como 'El arte de educar jugando' y '¿Por qué no soy feliz?' . «Sabemos que el 84 por ciento de adolescentes mira el móvil para no aburrirse, evadirse y luchar así contra sensaciones desagradables pero, ¿y los adultos?», cuestiona. «En el mundo se han instalado la incertidumbre y eso nos genera enfado, tristeza... Muchas veces intentamos paliarlo utilizando el teléfono, que es lo que más a mano tenemos. Hemos perdido capacidad de introspección, cuando la única persona que nos va a acompañar toda la vida somos nosotros mismos», añade. Pero el aburrimiento, prosigue Reyes, «no es malo en si mismo. Dejemos de utilizar el móvil como anestésico emocional. Y si queremos que el adolescente haga lo mismo, seamos un ejemplo. Vamos a cuidar bien el modelo que somos».
4. El bienestar emocional como reto educativo
Los padres pueden hacer muchas cosas para cuidar la autoestima de sus hijos, prosigue esta experta. «Una de ellas es ofrecer al adolescente mensajes concretos, del tipo: 'me gusta cómo has gestionado este tema con tu amigo'. También hemos de cuidar mucho el lenguaje. Es decir, cuando entran en el hoyo derrotista, a veces les machacamos. Lo que tendríamos que hacer es decir: 'Te equivocaste, vamos a ver dónde y cómo arreglarlo'. Tenemos mucho que hacer respecto a las nuevas tecnologías. Y si nos escuchan aquí imagínaos en el resto de áreas », aventura.
5. Hacia un futuro cada vez más digital
La tecnología, resalta el estudio de empantallados, facilita desarrollar competencias nuevas, propias de la era digital, como el aprendizaje permanente o nuevas formas de trabajo en equipo. Y los padres, corrobora Rodrigo Miranda, director general de ISDI, primera escuela de negocios nativa digital, «saben que el horizonte de los hijos es cien por cien digital y que las pantallas van a ser muy importantes para el futuro profesional de sus hijos. El momento es ahora », concluye.
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