Claves para afrontar que tu hijo adolescente sale por la noche

Las salidas nocturnas suelen ser motivo de conflicto entre padres e hijos. Los expertos nos explican cómo negociar con ellos

laura peraita

26/07/2012
Actualizado 27/07/2012 a las 13:49h.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera a los adolescentes como una población de riesgo. Y si salen con amigos y por la noche mucho más, aunque siempre hay excepciones, todo hay que decirlo.

Sin embargo, son muchos los padres que están hartos de escuchar en boca de sus hijos frases como «yo controlo» , «yo ya soy mayor», «no hay problema, voy con mis amigos»... cuando salen por la puerta de casa dispuestos a pasárselo de miedo.

Sí, es inevitable. La adolescencia siempre genera problemas de comunicación, es algo que los padres deben asumir como parte del desarrollo natural de sus hijos al llegar a esta edad en la que sus amigos lo son todo.

Pero, ¿cómo lograr no acabar en discusión cuando los hijos nos piden salir por la noche? Tome nota de las siguentes pautas:

—Lo primero que deben analizar los padres es el tipo de hi jo tienen: responsable, comunicativo, rebelde, obediente, agresivo... para adecuar su respuesta.

—Por mucho que quiera a su hijo, no debe ablandarse ni responder con el corazón a sus plegarias. «Hay que controlarles con la cabeza porque si no se les dejará huérfanos —matiza Sara Pérez-Tomé, directora del Gabinete Sophya —. No se trata de sobreprotegerles, sino de ser coherentes con sus peticiones».

—Hay que fiarse de los hijos, «pero no confiar» , advierte Pérez- Tomé. Recalca que es importante decirles que nos fiamos de ellos, pero no de su entorno porque cuando se juntan muchos amigos se actúa en muchas ocasiones por impulso.

—Durante la negociación de la hora de llegada, por ejemplo, los padres deben mantenerse serenos y ser muy rigurosos con la decisión que tomen.

— Transmitirle los miedos que tenemos por el hecho de que salgan y aportarles datos. El padre tiene miedo, percisamente a lo que un hijo no teme. «No basta con decirles que tememos que le pase algo —puntualiza la directora de Sophya—, hay que aportarles información y datos para que sepan que estamos al tanto de lo que ocurre en la calle , que sabemos de los que hablamos. Las estadísticas lo dicen todo: el 36% de los jóvenes de 14 años fuman porros, que el 30% se emborracha a los 15 años, que el 12% entre los 14 y 15 años tiene relaciones sexuales... Los padres podrán solicitar información local en su Comunidad Autónoma. No conviene, de todas formas, enumerarles únicamente un listado de cifras porque le daremos una imagen alarmistas . Hay que razonar con ellos el fondo de la cuestión.

—Ser conscientes de que toda prohibición es una pro vocación. Un «no» puede ir acompañado de alternativas, pero que sean reales. Lo ideal es que las alternativas sean propuestas por él para que se motive.

—Si la propuesta no es del agrado de los padres hay que decirle que «no» sin miedo. Para evitar discusiones, los padres pueden ceder en alguna otra cuestión a cambio —que esté más tiempo en la piscina con sus amigos al día siguiente, que pidan una pizza...—. «Lo interesante es compensar lo que le estamos negando con un aspecto positivo que le sirva de incentivo».

— No abrir la mano porque sea verano en lo referente al ocio. «Aunque el verano invita a salir a la calle, los padres deben ser conscientes de que si abren la mano durante las vacaciones, después les será muy complicado cerrarla . Tendrán una gran batalla por delante si quieren volver atrás», advierte Sara Pérez-Tomé.

—También es muy importante que los padres se esfuercen en transmitir a sus hijos autocontrol y autodeterminación . «Es importantísimo —señala la directora de Sophia— porque, de esta manera, conseguirá que si un grupo de amigos, por ejemplo, decide cruzar las vías de un tren, su hijo será capaz de decir "no" porque tendrá muy asumido que no es menos que nadie por negarse, a pesar de correr el riesgo de que se rían de él».