Las 3 razones por las que desaparecen más niños en verano: claves para evitarlas
Diana Díaz, directora de las líneas de ayuda del Teléfono ANAR, explica a ABC cómo prevenir estos casos de alto riesgo para los hijos
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Iniciar sesiónSegún datos de la Fundación Anar , en agosto se triplican los casos de niños desaparecidos en nuestro país. En primer lugar destacan los menores que se dan a la fuga de sus casas. «Hay que ser cuidadosos cuando se dice que lo ... hacen de forma voluntaria porque detrás de esa huida puede haber violencia y mucha tensión familiar —apunta Diana Díaz , directora de las líneas de ayuda de esta organización—. En verano, cuando la convivencia es mayor y se rompen las rutinas de horarios, normas..., los conflictos pueden resultar mucho más llamativos para los menores. También puede que lo hagan por la presión de amenazas de terceros . Lo que está claro es que hay que romper mitos porque detrás de un menor fugado no siempre hay un menor conflictivo, es el entorno el que le hace actuar de este modo».
En el caso de ser adolescentes es muy común que lo hagan cuando no perciben la sensación de pertenencia a su familia y optan por huir de ella al no encontrar sentido a su estancia. «En estos caso, además, —matiza a ABC Diana Díaz— existe el riesgo de que caiga en las redes de bandas o mafias que le seducen para participar en ellas al sentirse arropado».
Del mismo modo, hay también hijos que son expulsados de sus domicilios por su propia familia lo que, además de suponer un delito debido a que los padres tienen por ley la obligación de protegerles, implica un grave riesgo para el menor de sufrir un accidente o quedar clara situación de vulnerabilidad.
En tercer lugar, la desaparición de niños se debe a la sustración parental que, aunque sucede en todo el año, en verano también se incrementa. «A nivel nacional e internacional hay un mayor movimiento de ciudadanos y en el caso de las parejas separadas, divorciadas o en vías de hacerlo en un proceso conflictivo, en esta epoca es más sencillo llevarse a los niños a lugares más lejanos en un intento de no levantar sospechas iniciales. Hay que estar atentos a los movimientos extraños de la pareja, a si se va a mudar y no sabemos dónde, a cualquier comportamiento que nos haga sospechar porque en ese momento hay que ponerse en manos de un abogado para que, si fuese necesario, solicite al juzgado las medidas cautelares al respecto para impedir este tipo de secuestros», señala la responsable de Fundación Anar.
Documentación a punto
No obstante, si hay claros indicios de que pudiera suceder algo así, Diana Díaz recomienda guardar en un lugar seguro cierta documentación — DNI, pasaporte del niño, certificado de nacimiento, foto actual —, pero también un escrito con su descripción completa —color de ojos, pelo, estatura, cicatrices...— porque si desapareciera habría que dar una descripción detallada a la Policía, y en ese momento el padre o madre afectado no está con la mente despejada para hacerlo correctamente. Igualmente es conveniente tener pruebas de ADN de gran utilidad, que se consiguen metiendo en un sobre algunos cabellos del niño o también con muestras del cepillo de dientes.
Otras causas de desaparición son las de los menores migrantes no acompañados, los perdidos en accidentes, los que no pierden en playas, conciertos y, por último, los secuestros para una finalidad criminal, que son los menos. Aun así, en 2019 Fundación Anar atendió 2.618 llamadas al 116 000 por casos de desaparición y hubo 819 desaparecidos, y en 2020, año de la pandemia recibieron 2.290 llamadas y hubo 803 menores desaparecidos.
Para prevenir estas situaciones, ANAR ha lanzado recientemente una campaña informativa a través de sus redes sociales dirigida a las familias y a los menores de edad, a los que enseñará, a través de Tiktok, a cómo actuar en las situaciones de más riesgo.
Desde esta organización se insiste en el alto riesgo que representa cualquier desaparición de un menor de edad y pide actuar sin demora. «Las desapariciones de menores, independientemente de su causa, son siempre situaciones de riesgo. Por eso es fundamental que desde las familias se comprenda l a importancia de prevenirlas, de pedir ayuda en caso necesario y, en caso de que ocurran, se actúe con rapidez. En ningún caso hay que esperar 24 horas como erróneamente se suele creer», añade Benjamín Ballesteros, director de Programas de Fundación Anar.
Decálogo y campaña en Tiktok
Desde esta organización han emprendido una campaña en TikTok con vídeos diarios en los que se recrean situaciones en las que puede desaparecer un menor de edad, con el objetivo de concienciarles y darles pautas sobre qué hacer en esos casos. Además cuentan con un interesante decálogo para toda la familia:
1. Fomenta la comunicación con tus hijos para prevenir fugas
Una buena medida para prevenir que nuestros hijos se puedan fugar de casa, es abrir el diálogo. Así les facilitarás que compartan sus problemas y liberen tensión emocional, no teniendo que recurrir a soluciones extremas, como son las fugas. Demos importancia a su día a día y a sus avisos previos de”querer marcharse” o huir, para poner solución cuanto antes.
En verano y ante la convivencia más próxima, pueden aumentar las tensiones familiares y el vínculo puede verse afectado. Si nuestro hijo no encuentra en su familia el sentido de pertenencia, puede buscarlo fuera, en otros grupos, bandas,…y eso puede conllevar riesgos adicionales.
2. Enséñales a recordar sus datos personales
Si vuestro hijo se pierde, es necesario que desde edades tempranas sepa recordar sus datos identificativos: nombre completo, dirección de casa, teléfono de casa y el Teléfono 116000 para niños desaparecidos. No importa el lugar de Europa donde se pueda perder, porque trabajamos en red con todos los países de la Unión Europea.
3. Pulseras identificativas en las playas y recintos
Si veraneamos en una playa o estamos en un recinto grande y nuestros hijos son muy pequeños, es importante colocar en su muñeca una pulsera con su nombre y el teléfono de su padre o madre para que puedan llamaros si se extravían y alguna persona les localiza. Esta práctica sencilla permite agilizar el retorno de nuestros hijos en caso de pérdida.
4. Señala un punto de encuentro en las salidas
Cuando estemos en recintos grandes: pautaremos con nuestros hijos quedar siempre en un punto de encuentro identificado. Por ejemplo, la entrada del parque temático donde existe un cartel de señalización. Los menores de edad deben saber que pueden pedir ayuda si se encuentran perdidos. Existen en los recintos puntos de información con personas responsables que les podrán atender, o en las playas las casetas de salvamento.
5. Enséñale a no irse con desconocidos
Habla con tus hijos para que entiendan que no deben nunca acompañar a personas que no conocen o quieran ganarse su confianza con regalos, chucherías o mascotas. Si un extraño les pide que le acompañen, que quiere enseñarles algo, deben conocer los límites y saber decir que NO a menos que lo hayan autorizado sus padres.
6. Indícales qué hacer en caso de peligro
Explica a tus hijos que si identifican una situación incómoda con un adulto y quieren escapar, deben tratar de llamar la atención de otras personas a fin de evitar que ocurra un suceso desagradable: enséñales a gritar socorro y salir corriendo buscando ayuda de otros adultos.
7. Medidas parentales adoptadas por un juez
Ante separaciones, cuando existen sospechas de que el otro progenitor puede querer secuestrar a vuestro hijo o sacarlo de su localidad o país sin tu autorización, ponte en manos de un abogado especializado e inicia cuanto antes los trámites necesarios para obtener unas medidas paternofiliales aprobadas judicialmente. Conseguir un acuerdo común favorable para ambos progenitores evita riesgos. Para alcanzar acuerdos, también es recomendable acudir a un servicio de mediación familiar donde distintos profesionales pueden ayudarnos.
8. Avise a las personas del entorno del menor de edad
Pon en conocimiento de las personas del entorno más cercano del menor tu miedo o sospecha de la sustracción de tus hijos/as (dirección de la guardería o colegio, personas de servicio de la casa, trabajador social, pediatra, familiares, etc.), con el objeto de que puedan permanecer vigilantes de esta circunstancia y avisarte ante movimientos llamativos.
9. Documentación a guardar
Por si lo pueda necesitar, intente guardar en lugar seguro la siguiente documentación: Una descripción completa de su hijo (color de pelo, ojos, estatura, peso, uso de gafas, cicatrices, ortodoncia, etc.), DNI y pasaporte del menor de edad si los tuviera, fotografía actual (con la fecha que se tomó), certificado de nacimiento y de empadronamiento. En caso de bebés o niños de corta edad, considerar la posibilidad de recoger una muestra de ADN de su hijo, serviría un cepillo de dientes o unos cabellos arrancados de raíz y guardados en una bolsa de plástico sellada.
10. Ante claros indicios de sustracción parental
Si tiene usted indicios claros de que se va a proceder a la sustracción, con el apoyo de su abogado, solicite ante el Juzgado las medidas cautelares necesarias, al amparo del art. 158 del Código Civil, para impedir que su hijo sea sustraído por el otro progenitor. Si el juez valora la existencia de un riesgo de sustracción parental, podrá dictar medidas, por ej.: cierre de fronteras.
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