Eva, 21 años: «Hay escenas de mi vida que tengo que desaprender»

Reconoce que todos los conflictos que vivió en su casa le sirvieron para refugiarse en los estudios, «otras personas buscan consuelo en el alcohol, las drogas...». No obstante, se muestra muy crítica porque ha visto a compañeros que con 18 años han tenido que hacer las maletas y abandonar el centro de acogida «con gran dolor por parte de todos, educadores incluidos, porque todos sabíamos que su futuro no sería nada claro. Es increíble que el estado permita que se les de una patada por cumplir la mayoría de edad».

Hoy, Eva está muy comprometida con su causa y forma parte del proyecto «Preparados para emanciparse» de Aldeas Infantiles SOS en el que se da voz a los jóvenes para concienciar de esta realidad que sufren a través de charlas en diferentes comunidades autónomas a profesionales del ámbito social. «Intentamos ser la voz de la esperanza y fuimos reconocidos con el Premio Innovación Social de la Red Europea de Servicios Sociales en Bruselas ».

Esta joven explica que a pesar de sus carencias familiares, «ser tutelada le ha permitido aprender de la vida y desarrollar empatía , tolerancia, esfuerzo, constancia, madurez... habilidades que otras chicas de mi edad aún no tienen».

Actualmente Eva vive sola, aunque mantiene cierto contacto con algunos miembros de su familia. « También debo desaprender muchas cosas que he vivido , he visto y sufrido en mi casa para no repetirlas el día de mañana c uando quiera crear mi propia familia . He visto cometer en primera persona errores muy grandes y sé lo que no quiero en mi vida».

Para concluir la entrevista lanza una pregunta a los políticos: «seguro que ellos al día siguiente de cumplir los 18 años se despertarían en la cama de su casa, ¿por qué los tutelados tienen que hacerlo en la calle? ».