Día del autismo
Uno de cada 100 niños tiene el Trastorno del Espectro Autista (TEA)
Entre el 45% y el 96% de los menores con TEA presentan dificultades de procesamiento sensorial
Señales que te ayudan a identificar si tu hijo tiene autismo y terapias de mejora

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) se define como un trastorno del neurodesarrollo que conlleva ciertas disfunciones del desarrollo neurológico. La etiología del Trastorno es multicausal y en ocasiones presenta una fuerte base genética. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) uno de cada 160 menores tiene el Trastorno del Espectro Autista, aunque en base a los últimos datos registrados, diferentes estudios evidencian que actualmente uno de cada cien niños tiene TEA y que esta cifra seguirá creciendo.
Desde anda CONMiGO, centro de terapias infantiles integradas, consideran que la terapia ocupacional es uno de los tratamientos más efectivos en el trabajo con niños con autismo. Y es que, entre el 45% y el 96% presentan dificultades en el procesamiento sensorial.
Diagnóstico temprano
Aseguran que el TEA aparece antes de los tres años de edad, aunque su identificación y diagnóstico pueden darse posteriormente y, si bien es una condición que acompaña a la persona toda la vida, los síntomas pueden mejorar en el tiempo con una adecuada intervención profesional. «La detección precoz del espectro autista en la población infantil es esencial, porque permite la derivación a servicios de diagnóstico, lo que se traduce en una mejor funcionalidad en la edad adulta del menor», sostienen desde anda CONMiGO.
La mayoría de los niños TEA suelen tener problemas con la comunicación y la interacción social y un patrón de conducta repetitivo o estereotipado ante situaciones que les producen estrés o agobio.
No existe un diagnóstico estipulado para detectar el TEA en los pequeños, por lo que éste se basa en un análisis de la conducta, el desarrollo del menor y el perfil sensorial. Algunos menores muestran síntomas en los primeros doce meses de vida; en otros casos pueden aparecer hasta los 24 meses o posterior, e incluso, en algunos casos los niños y niñas con TEA pueden adquirir destrezas y alcanzar indicadores de desarrollo hasta los 24 meses, y después dejar de alcanzarlas o perder las que ya tenían (regresión).
Algunos de los signos de alerta que puedan estar implicados en el desarrollo temprano del Trastorno del Espectro Autista son:
No se produce contacto ocular o éste es muy pobre.
No atiende a su nombre/ no respuesta al nombre.
No participa en juegos interactivos a partir de los 12 meses.
No señala.
No juega de forma funcional con objetos.
Repetir palabras/frases una y otra vez como un eco (ecolalia) de forma no funcional.
Intereses restringidos y obsesivos.
Reacción inusual a estímulos sensoriales (tacto, sonidos, rechazo de texturas, etc.)
El espectro autista requiere de una individualización de los procesos de enseñanza y una personalización de la terapia a implementar. Desde anda CONMiGO aseguran que la terapia ocupacional es una de las disciplinas más solicitadas por las familias y propuesta por los especialistas. A través de los terapeutas ocupacionales se trabaja la actividad o la ocupación significativa. «El objetivo es trabajar estas carencias para que el menor pueda desempeñar su día a día sin sentirse incomprendido socialmente».
El terapeuta ocupacional realiza una valoración funcional sobre el desempeño ocupacional del niño o niña para garantizar la mejoría de las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria como el descanso y el sueño, la educación, la participación social, el trabajo, el juego, el ocio y el tiempo libre.
También es el encargado de establecer un tratamiento especializado en integración sensorial, el cual es necesario para trabajar la base de la sensorialidad y la conducta. «Las conductas disruptivas en muchas ocasiones se producen por una desregulación del procesamiento sensorial en el ambiente. Es por ello por lo que un buen enfoque en el tratamiento es clave para la mejora de la calidad de vida tanto del niño como de sus familiares» afirman.
MÁS INFORMACIÓN
En definitiva, se podría decir que las personas con Autismo comparten diagnóstico, pero cada una es única y tiene sus propias capacidades, necesidades e intereses, sus singularidades hacen que sea necesario establecer los apoyos, individualizados y especializados que se ajusten a cada etapa de su ciclo vital optimizando su calidad de vida y promoviendo su participación social en igualdad de condiciones.
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