Uno de cada 3 pacientes no comparte con sus familiares y amigos que está en un proceso de fertilidad

Los tratamientos de fertilidad han evolucionado mucho en los últimos años, sin embargo, y según los resultados del estudio, la experiencia del paciente no ha alcanzado las cotas de satisfacción deseadas y continúa siendo una de las principales preocupaciones y causas de estrés cuando se inicia un proceso de fertilidad. Un 80% de los españoles reconocen que han sufrido estrés durante el viaje de la fertilidad.

Los procesos de fertilidad suponen una carga emocional muy alta y acumulativa, por lo que el estudio Time To Check invitó a los encuestados a comparar el estrés causado por un proceso de FIV con otros sucesos de la vida considerados de gran impacto emocional. El 55% de los españoles encuestados considera que pasar por un proceso de FIV es más o igual de estresante que separarse de la pareja y un 58% lo considera más o igual estresante que perder el trabajo.

Atendiendo a este contexto, la atención al bienestar emocional durante el viaje de la fertilidad se hace más necesaria que nunca: «Es necesaria una transformación de la experiencia reproductiva, apostando por seguir introduciendo la última tecnología, pero sin olvidar la experiencia del paciente», afirma Caroline Noublanche, CEO y fundadora de Apricity.

Además, Caroline Noublanche añade que «es fundamental que los pacientes tengan el control durante el proceso y se gestione el camino de la fertilidad de forma que no altere su día a día y, de esta forma, conseguir mayor tranquilidad».

El acompañamiento y asesoramiento es fundamental para combatir el desconocimiento y las barreras emocionales que siguen implícitas al proceso. Aun 1 de cada 3 pacientes no comparte con sus familiares y amigos que está viviendo un proceso de fertilidad, en su mayoría a causa de sentir vergüenza al tratar el tema.

En España, de media, las parejas en búsqueda de un bebé lo intentan durante 7-12 meses antes de ir a la consulta del doctor; pero aun un 32% se demora más de un año.

Paradójicamente, son las mujeres y las parejas de más edad (35-50 años) quienes más esperan a pedir cita con un médico y hablar sobre posibles causas de infertilidad. Sin embargo, el grupo más joven (25-34) está más abierto a consultar con un especialista mucho antes, en menos de un año, si, tras intentarlo, no consiguen el embarazo de manera natural.

Pero ¿por qué esperan o demoran la búsqueda de ayuda de un especialista? Casi el 60% considera que puede ser normal a veces tardar en tener éxito; seguido del temor al impacto económico del proceso.

El impacto económico en las finanzas del hogar es otro de los factores que genera más preocupación y dudas para lanzarse a un proceso de salud reproductiva entre españoles. Las mujeres y familias que se embarcan en un proceso de fertilidad en España cuentan con unos ingresos medios anuales de 24.900€. Este punto cobra especial importancia ya que 2 de cada 3 españoles afrontan sus tratamientos de fertilidad de forma privada y un 13% recurre a créditos. Es por ello, la importancia de ofrecer tratamientos con precios transparentes y cerrados, sin tener sorpresas de pagos adicionales a lo largo del tratamiento.

El impacto económico no solo es una barrera de entrada, sino que, durante el proceso, genera estrés y preocupación entre los pacientes. Más del 40% de pacientes en España aseguran no haber entendido bien las implicaciones económicas de los tratamientos de fertilidad con clínicas tradicionales y, debido a eso, se han planteado en alguna ocasión dejar el proceso. Además, esto desencadena tensiones en la relación, según afirma un 80% de los encuestados.

Así, las conclusiones de este estudio ponen de manifiesto cómo las preocupaciones y el estrés de las pacientes durante el proceso pueden llegar a afectar al éxito del proceso y reducir la adherencia al tratamiento.

Sentirse cómodos con el equipo médico es lo más importante (42%) a la hora de elegir una clínica de fertilidad entre los españoles; seguido de la calidad del equipo médico (40%) y otros factores más prácticos como el precio competitivo (13%) y la localización (6%).

Al ser preguntados por los beneficios más importantes en el proceso, los españoles valoran, por encima de todo, contar con el apoyo y acompañamiento médico a quien acudir con consultas en cualquier momento (62%). Otros puntos clave a la hora de elegir son: contar con un desglose claro y transparente de la implicación económica del tratamiento (59%) y comprender correctamente el proceso al que se van a someter. Todo ello, engloba necesidades que se pueden resolver con un servicio flexible, que despeje dudas, que utilicen las últimas tecnologías para generar mayor adherencia al tratamiento y que en definitiva dote de confianza y empodere al paciente en su proceso de reproducción asistida.

A su vez, los encuestados tienen claro qué situaciones no quieren vivir durante el proceso. Destaca la negativa de las parejas a percibir un trato por separado en vez de un desarrollo conjunto, como pareja (55%). Del mismo modo rechazan los métodos en los que les dejen al margen del proceso (55%) o les hagan sentirse solos y perdidos (51%).