«La mayor discriminación de la mujer es por ser madre»
Desde Fundación Madrina advierten que la maternidad es la principal causa de acoso y exclusión para las mujeres y lamentan que la dificultad para acceder a una vivienda se ha convertido en el mayor obstáculo para las madres solas
«Conciliar no es solo cuidar, es salud mental»

En el marco del Día Internacional de la Mujer, Fundación Madrina alza la voz para denunciar la grave discriminación que sufren las mujeres por el hecho de ser madres. La entidad constata que la maternidad se ha convertido en la principal causa de acoso y exclusión para las mujeres en la sociedad actual, siendo la dificultad para acceder a una vivienda el mayor obstáculo al que se enfrentan.
Aseguran que a pesar de los avances sociales, ser madre en España sigue siendo un obstáculo infranqueable para la plena participación de las mujeres en el mercado laboral, educativo y, de manera alarmante, en el acceso a una vivienda digna. «Las cifras son contundentes y exigen una respuesta urgente», advierten.
España lidera en Europa los índices de exclusión social y laboral de las mujeres madres, con una tasa de abandono escolar temprano del 13,9%, que se dispara al 34,5% entre madres adolescentes. También, el acoso laboral y escolar sigue siendo una sombra que persigue a estas mujeres: 1 de cada 5 embarazadas sufre mobbing en el trabajo, y 1 de cada 10 madres adolescentes lo padece en las aulas.
Además de ser madres, muchas mujeres asumen el rol de cuidadoras de personas mayores, una carga que recae desproporcionadamente sobre sus hombros. Este trabajo, esencial para la sociedad, no solo no está remunerado, sino que tampoco está reconocido.
Discriminación de acceso a la vivienda
La Fundación Madrina denuncia que muchas mujeres embarazadas o con hijos menores a su cargo se encuentran con la puerta cerrada a la hora de buscar alojamiento. Los propietarios, movidos por el miedo a impagos u ocupaciones, rechazan alquilar a este tipo de perfiles, llegando a afirmar «no aceptamos ni bebés, ni mascotas, ni embarazadas».
Para muchas mujeres, especialmente aquellas en situaciones vulnerables, encontrar una vivienda digna se ha convertido en una odisea. Desde Fundación madrina apuntan que «los prejuicios y la discriminación hacia las madres, especialmente las jóvenes y las migrantes, dificultan el acceso a un alquiler seguro y asequible. Muchos caseros rechazan alquilar viviendas a madres con menores, percibiendo esta situación como un símbolo de pobreza o inestabilidad económica. Este problema se agrava cuando se combina con la falta de oportunidades laborales y el mobbing, creando un círculo vicioso de exclusión que deja a muchas mujeres y sus hijos en situaciones de extrema vulnerabilidad«.
Consideran que está demostrado que, la falta de políticas de conciliación efectivas y la escasa flexibilidad laboral agravan aún más esta situación, dejando a muchas mujeres sin opciones para mantener a sus familias.
En opinión de esta organización, esta discriminación de la vivienda se manifiesta de diversas formas:
Negativa a alquilar: Si una mujer menciona tener hijos o estar embarazada, los propietarios directamente le niegan el alquiler.
Subidas abusivas de alquiler: Cuando los propietarios descubren que la inquilina está embarazada o ha tenido un bebé, suelen incrementar el alquiler en 100 euros por niño, invitándole a abandonar la vivienda en el plazo de un mes.
Aumento en el precio de las habitaciones: Los alquileres de habitaciones han experimentado un aumento significativo, alcanzando los 600 euros, el doble de lo que costaban hace uno o dos años. Un incremento adicional de 100 euros resulta inasumible para las familias vulnerables.
Negación al empadronamiento: impidiendo ayudas sociales y atención sanitaria materno infantil, con la consiguiente discriminación social y sanitaria de las familias vulnerables con menores a cargo.
Historias humanas tras las cifras
La Fundación Madrina recoge numerosos testimonios de mujeres que han sufrido estas situaciones, evidenciando la magnitud del problema. Detrás de estas cifras hay rostros, nombres y voces que claman por ser escuchadas. Es el caso de Susana y Daniela, ambas colombianas, que tuvieron que emigrar a España por la situación política.
Susana, una joven de 21 años con una bebé de 20 meses, llegó a Madrid buscando un futuro mejor. Sin embargo, la falta de trabajo estable y los gastos de alquiler y alimentación la llevaron al límite. «Llegué embarazada y alquilamos un cuarto por 350 €. Después tuve al bebé y ahora nuestra mayor dificultad es el alquiler y la comida. Fundación Madrina nos ayuda con pañales, leche y alimentos». Su mensaje para otras mujeres es claro: «Hay que luchar para salir adelante. No siempre la situación va a ser así».

Daniela, una joven de 23 años y embarazada, enfrenta una realidad igual de desafiante: «Mi marido busca trabajo, pero no tiene papeles y tiene que trabajar en negro y es complicado. Yo no encuentro trabajo por estar embarazada. El alquiler es nuestro mayor problema, pues se come los pequeños ingresos que puede tener», explica. La única ayuda que ha recibido es la de Fundación Madrina brindándole la ayuda necesaria. «No hay que rendirse. La situación es difícil, pero hay que seguir luchando», afirma Daniela con determinación.
Soluciones y propuestas
Ante esta realidad, Fundación Madrina ofrece soluciones concretas, como:
Los Pisos de acogida de independencia o tutelados: La entidad dispone de pisos de acogida para mujeres madres solas en situación de vulnerabilidad.
Los Pueblos Madrina en la España Vaciada: Fundación Madrina impulsa la repoblación de la España Vaciada, ofreciendo a familias con hijos la oportunidad de trasladarse a pueblos de Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura y otras comunidades. Más de 300 familias y cerca de 1.000 niños se han beneficiado de este proyecto, que busca deslocalizar la pobreza infantil desde las grandes ciudades hacia el mundo rural.
La Universidad de Madres de la Fundación Madrina con más de 2.000 alumnas de 54 nacionalidades, este proyecto ofrece formación presencial y online, abriendo puertas a quienes más lo necesitan. El 24,8% de estas mujeres son madres adolescentes menores de 20 años, y el 30,2% se encuentran en situación irregular. Pero esta iniciativa no se limita a la educación; también impulsa la empleabilidad. En 2024, el número de alumnas que encontraron trabajo tras su formación se duplicó, demostrando que, con apoyo, el cambio es posible.
También propone medidas concretas para lograr una conciliación laboral y familiar efectiva: como la ampliación de los permisos de maternidad, fomento del teletrabajo, creación de guarderías subvencionadas y políticas públicas que redistribuyan la carga económica de la maternidad. La lucha por la igualdad de las mujeres madres no es solo una cuestión de derechos, sino de justicia social.
Asimismo, la entidad propone también la creación de un salario para las mujeres cuidadoras de mayores, una medida que no solo dignifica su labor, sino que también contribuye a cerrar la brecha de género y a reconocer el valor social de su trabajo. Este 8M la Fundación Madrina reafirma su compromiso con las mujeres que, como Susana y Daniela, luchan cada día por un futuro mejor para sus hijos y para sí mismas.
MÁS INFORMACIÓN
Porque la maternidad no debería ser una barrera, sino un derecho que se vive con dignidad y apoyo, hace un llamamiento a la sociedad, a las administraciones públicas y a los propietarios para que tomen conciencia de esta problemática y se adopten medidas urgentes para garantizar el derecho a la vivienda de las mujeres madres.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete