Viudas: así han cambiado y esto es lo que demandan

El 23 de junio es el Día Internacional de las Viudas, una fecha que intenta reivindicar la situación de estas personas. En un intento de darles protagnismo y defender sus intereses ante el desamparo de los organismos oficiales y la sociedad , en España se crearon las primeras asociaciones de viudas en 1959. Estas reducidas iniciativas iniciales han ido ganando fuerza con el tiempo hasta formar un colectivo de 17.000 mujeres en 300 asociaciones y federaciones autonómicas que en 1993 formaron la Confederación de Federaciones y Asociaciones de Viudas Hispania (Confav) .

Su presidenta, Maite Bilbao , asegura que las viudas se merecen un mayor reconocimiento por el gran esfuerzo que realizan al sacar adelante a sus hijos y ocuparse de las tareas domésticas cuando su pareja ha fallecido. «Se ven obligadas a hacer en solitario de padre y madre al mismo tiempo, mientras asumen el dolor de la pérdida. A ello se suma que sus condiciones económicas empeoran, lo que es una de nuestras reivindicaciones para mejorar su situación ».

Reconoce Maite Bilbao que hace años la situación de las viudas era mucho peor, «puesto que muchas mujeres no se habían incorporado al mundo laboral por dedicarse al cuidado de los hijos y la casa, y al enviudar se enfrentaban a serias dificultades económicas y, además, porque era el marido el que se ocupaba de gestiones más administrativas cuando ellas ni siquiera habían ido nunca a un banco a abrir una cuenta . Se encontraban ante un desconocimiento total. ¿Cómo van a ponerse a trabajar con 59 años, además, si ni siquiera muchos jóvenes preparados encuentran empleo?».

La presidenta de Confav no deja de preguntarse si es justo que una viuda menor de 60 años cobre 482,80 euros. «Entre nuestras principales peticiones queremos que la Administración conceda pensiones de viudedad suficientes para que estas familias puedan llevar una vida digna. Por este motivo, solicitamos año tras año que se respeten los derechos adquiridos y que en ningún caso la esta pensión deje de ser contributiva. Es urgente que se eleve progresivamente el porcentaje de la base reguladora para el cálculo de esta pensión hasta alcanzar el 72%, ya que no se ha revisado desde 2004, y el 90% para las que tengan cargas familiares en casos de necesidad».

Otras de las reivindicaciones de esta confederación hacen referencia a que la pensión mínima se equipare al Salario Mínimo Interprofesional , que la pensión de viudedad esté exenta de cargas fiscales —como lo está la de invalidez, que no cotiza al IRPF—, y que los puntos de la Ley 40/2007 que perjudican a las viudas que renunciaron a la pensión compensatoria al separarse, y al quedarse viudas solicitan su Pensión de Viudedad, se rectifiquen y se aplique esta subsanación de defectos desde el 01/01/2008. También inciden en que se eleve el techo para percibir los complementos a mínimos establecido, insuficiente para poder mantener una vida digna , que no haya ningún huérfano sin pensión y que Confav tenga representación en el Congreso y en el Senado.

Maite Bilbao añade que la pandemia ha servido para hacer ver a la sociedad la soledad de las viudas , algo que anteriormente parecía estar oculto. «En concreto, el 80% de estas mujeres viven sin compañía. Algunas, cuando pierden a su pareja deciden tener otra nueva y casarse, pero cuando la pérdida se produce después de 50 años de matrimonio, vivir los últimos 10 o 20 años de vida que le quedan en soledad es muy duro».

Uno de los grandes objetivos actuales de esta asociación, y en particular de Maite Bilbao, es conseguir que se creen bloques de edificios con pisos tutelados por la Administración para estas mujeres mayores que necesitan cuidados. «La idea es que sean pequeños apartamentos individuales y que en las plantas bajas haya espacio para un médico y una enfermera que les atienda —aunque solo sea varios días por semanas, un podólogo, servicio de masaje y rehabilitación, peluquería, local de actividades lúdicas comunes...—. En algunas ciudades ya existen iniciativas similares para personas mayores en genera. E sta fórmula abarataría muchos gastos porque el personal de Servicios Sociales no tendría que desplazarse cada día de un domicilio a otro, y los Centros de Día tampoco serían tan indispensable como ahora», concluye.