«Se me revuelve el estómago al ver cómo la imagen de la mujer se ha capitalizado por el feminismo y se ha politizado»

Por este motivo, aquella misma mañana se le ocurrió lanzar por redes sociales su pequeño homenaje a la mujer. «Es algo muy sencillo –puntualiza–. Se trata simplemente de hacer un reconocimiento desde el cariño a aquellas mujeres que nos han marcado en nuestra vida por su ayuda, su tesón, su alegría, su valor...».

Como no podía ser de otra manera, su primer homenaje ha ido dirigido a su madre, «una mujer que ha luchado muchísimo, muy dedicada a sus hijos, con gran bondad, chispa y energía. También se lo dedico a todas las madres de niños con Síndrome de Alcoholismo Fetal, a las que conozco muy bien en su lucha diaria por ayudar a sus hijos en esta terrible enfermedad, y, en general, a todas las mujeres que cuidan de personas dependientes y mayores y que no tienen tiempo para ellas mismas, como para pensar en ir a manifestaciones».

Explica que con su iniciativa intenta dar las gracias «y reconocer el valor de las mujeres que aportan tanto, y casi siempre de forma anónima, a la sociedad. A aquellas que nos hacen la vida más fácil. Es un pequeño empujón y aliento porque todas, a pesar de su fortaleza, también sufren momentos de debilidad y este pequeño reconocimiento supone un aliciente a su labor diaria».

Según Pilar Laguna, las nuevas generaciones de jóvenes carecen de referentes adecuados ante las constantes muestras de cripación que tanto dirigentes políticos como representantes sociales transmiten a través de los medios de comunicación y redes sociales. «Queda patente que no estamos avanzando adecuadamente en el concepto ni la imagen de la mujer. No hablan de corresponsabilidad, ni se está revisando el modelo de los que educamos desde casa en este sentido. La familia es una red fundamental en este asunto, como en muchos otros, claro. Es la primera que debe educar y, para ello, hace falta dedicar tiempo a los hijos para conversar, transmitirles los mensajes adecuados, conocer sus puntos de vista... El problema es que es mucho más cómodo dejarles en su habitación conectados a sus móviles para que los padres puedan descansar. Es un error. No se dan cuenta de que la inverisón en tiempo con ellos tiene retorno. De este modo –añade–, es más fácil enseñar, tanto a las niñas como a los niños el valor de ser mujer y, sobre todo, a respetarlas, como debe hacerse con todas las personas que nos rodean, lejos de cualquier tipo de estereotipo que trate de perjudicar».