«Es una pena que llame la atención por ser la primera mujer que preside la Denominación de Origen Rueda»

Tras estudiar Derecho, realicé un máster en Asesoría Jurídica de Empresas por el Instituto de Empresa de Madrid y, posteriormente, empecé a trabajar en banca. Fue en 2012 cuando de forma inesperada, mi familia consideró que era la persona adecuada para asumir el puesto de gerente en la bodega familiar Hijos de Alberto Gutiérrez a la cual estaba vinculada porque pertenecía al consejo de Administración. A raíz de ese momento tomé la decisión de formarme específicamente en el sector, con el Máster en Dirección y Gestión de Empresas Vitivinícolas.

¿Cómo fueron sus inicios en la empresa y su ascenso?

Comencé directamente como gerente de la compañía debido a mis conocimientos sobre Derecho y administración. Los inicios fueron complicados ya que la empresa no atravesaba por una buena situación. A eso se sumaba mi falta de experiencia en el sector, debido a mi juventud, pero recibí mucho apoyo por parte del accionariado. En definitiva, ha sido una experiencia muy positiva ya que hemos conseguido reunir un buen equipo comprometido que ayuda en la labor y mira por el bien común de la empresa.

Actualmente ocupa el puesto de presidenta y se ha convertido en la primera mujer al frente del Consejo Regulador. ¿Qué supone este hito?

Soy la primera mujer al frente del Consejo Regulador, también la persona más joven, y actualmente la única mujer en el consejo de Administración. Estoy muy agradecida por la confianza que han depositado en mí. Considero que he sido una privilegiada ya que hasta ahora no me he encontrado con ninguna dificultad por el mero hecho de ser mujer. Por otro lado, es una pena que esto llame la atención, porque hay muchísimas mujeres profesionales muy preparadas para este tipo de puestos. Cada vez nos encontramos más enólogas, gestoras de bodegas, técnicas, dueñas y emprendedoras que han montado su propia bodega desde cero. En Rueda, al ser una D.O joven y dinámica, la presencia de la mujer es amplia y podríamos decir que, en nuestro caso, el Consejo Regulador es un ejemplo.

¿Por qué cree que no se ah producido antes?

A todos nos cuesta salir de nuestra zona de confort. Este puesto tiene cosas muy bonitas, pero en muchas ocasiones, hay que tomar decisiones que no agradan a todo el mundo. Es un cargo que requiere mucha dedicación y trabajo, que se añade a los problemas propios de las empresas y la vida diaria de cada uno. Pero creo que en la D.O. Rueda hay mujeres sobradamente preparadas para asumir esas responsabilidades y espero que se animen a participar.

¿Qué dificultades tienen las mujeres en este sector en concreto tan marcado tradicionamente por el hombre?

Quiero pensar que estas dificultades solamente existían en el pasado y que a día de hoy está superado. En los inicios, como gerente de la bodega, alguna vez me preguntaron si mi padre me acompañaría en alguna ocasión, con cierta desconfianza inicial, pero pienso que era más por mi juventud que por la condición de género. La realidad es que no he notado ninguna discriminación a lo largo de estos años. Siempre me he sentido respetada tanto por mis clientes como por el equipo.

¿Cuántas mujeres hay en su equipo?

Actualmente somos 24 personas, 9 de ellas mujeres profesionales que ocupan cargos relevantes como: directora de exportación, directora técnica, enóloga, encargada de transporte y logística, responsable de turismo, etc. Nos consideramos un gran equipo femenino.

¿Ofrecen una aportación diferente por su condición femenina?

Más de una vez me han preguntado, ¿es mejor? No es ni mejor, ni peor, simplemente son personas distintas que aportan puntos de vista distintos, pero eso va con la manera de ser de cada uno. Cada persona aporta cosas diferentes, sea hombre o mujer. La mujer por norma general tiene una sensibilidad mayor acerca de ciertos temas. Para mí el mundo del vino es muy artístico, pero tengo que decir que también he conocido a hombres con una sensibilidad extraordinaria capaces de aportar esa creatividad necesaria.

¿Cómo es un día en su labor como presidenta?

Esta labor tiene un papel representativo, no solo de las bodegas, si no de los viticultores, que en muchas ocasiones tienen menos visibilidad de cara a los medios. Entre mis tareas principales como presidenta está la convocatoria de los plenos, fijar el orden del día, ayudar a los departamentos que componen la D.O. para que todo transcurra con orden, participar y representar en lo que el propio consejo necesita. Al fin y al cabo, estoy a su servicio. La presidencia es un voto más dentro del pleno del consejo regulador, que es el órgano colegiado que toma las decisiones y yo tengo la responsabilidad de velar por el cumplimiento de las mismas.

¿De qué manera está afectando la crisis del Covid-19 a este sector?

Está viviendo una situación sin precedentes. Debemos adaptarnos a los nuevos canales y hábitos de consumo. Tenemos una gran dependencia de la hostelería y la pandemia ha perjudicado nuestro canal de consumo habitual dónde más se consume. La marca Rueda está resistiendo muy bien gracias a las ventas online y el canal de alimentación, pero no se llega a suplir las ventas del canal Horeca. Nos sentimos profundamente solidarios con la restauración y la hostelería, que son nuestra razón de ser.

¿Cuáles son hoy sus proyectos de futuro?

Mi máximo deseo es que volvamos cuanto antes a la normalidad, que superemos pronto esta crisis sanitaria. De cara al futuro de la Denominación de Origen, nuestro objetivo es que Rueda logre unas cifras de exportación a la altura de sus vinos. Actualmente exportamos un 15% de vinos de Rueda, y el principal reto es que otros países conozcan los éxitos de las bodegas de nuestra denominación de origen. El bien conjunto es el que hace prosperar una zona y esperamos que pronto podamos ver sus frutos.