«Hay niñas de 13 años que han venido a mi consulta preocupadas por la estética de su vulva»
Miriam al Adib Mendiri, ginecóloga y autora de 'Hablemos de vagina' y 'Hablemos de nosotras', explica los problemas que genera en las niñas y adolescente la 'nueva estética'

Míriam al Adib Mendiri , ganadora del Premio Doctoralia Awards 2020, confiesa que cada vez hay más casos de niñas y adolescentes que van a las consultas ginecológicas preocupadas por el aspecto estético de su vulva. «En la última ocasión, fue una pequeña de 13 ... años que, acompañada por su madre, aseguraba que los labios menores de su vulva eran demasiado grandes. Solo en su imaginación. Eran completamente normales», puntualiza.
¿Qué es lo que ocurre entonces? En su opinión, los jóvenes no están recibiendo una educación sexual adecuada (ni por la cantidad ni por la calidad de los contenidos), lo que les motiva a buscar en internet para documentarse sobre su cuerpo y el sexo. « A golpe de clic descubren la tendencia estética que muestra vulvas de color rosáceo, rasuradas, con labios menores pequeños, que es lo que está actualmente vendiendo la industria del porno. Las niñas, y no tan niñas, piensan que si su cuerpo no es así no son bonitas ni serán la mujer ideal. Lo grave es que se está forjando una imagen muy perjudicial y creando muchos mitos. Si hace años la sexualidad en la mujer se relacionaba con la reproducción, hoy, más que nunca, el sexo femenino parece estar destinado solo a dar placer . Se genera, por tanto, una violencia simbólica (que no se ve pero se ejerce contra una misma) porque nadie obliga a tener dicha estética, pero sí a pensar que algo tengo que hacer para ser así y ser mejor».
Pero no solo lamenta esta realidad. Esta experta explica que se está creando un negocio de «necesidades absurdas» para la higiene femenina en el que abundan jabones, cremas, toallitas, perfumes... «en definitiva, productos cosméticos, la mayoría con elementos químicos, que para nada son necesarios y, es más, pueden resultar perjudiciales. La vulva solo necesita agua para estar limpia . Ni siquiera hacen falta productos por muy naturales que sean».
Lejos de ser alarmista aclara que utilizar estos productos cosméticos no tiene porqué causar grandes males, aunque pueden modificar la microbiota íntima, el PH o producir una vulvovaginitis . Es decir, «más desajustes que beneficios».
Insiste en que la educación sexual de los hijos no solo debe estar encaminada «a asuntos más mecánicos, como cómo ponerse un preservativo, o a cómo evitar un embarazo o centrarse en los aspectos negativos de la sexualidad. El sexo también se disfruta , pero antes de pensar en dar placer a los demás, también hay que pararse en conocer el propio cuerpo, y respetarse a uno mismo y a los demás. La libertad sexual no está en acostarse con muchas personas, reside en sentirse dueño de uno mismo en este asunto. Para eso hace falta una buena información».
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