Lo que esconde el dolor menstrual y debes conocer para descartarlo
Los síntomas más frecuentes de la endometriosis son dolor muy fuerte durante y antes de la regla, también durante la ovulación, sangrados abundantes, infertilidad, dolor durante o después de las relaciones sexuales, ciática, inflamación abdominal, náuseas y cansancio, entre otros
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Iniciar sesiónLa endometriosis es una enfermedad inflamatoria crónica que actualmente afecta a un 5-20% de las mujeres en edad fértil. «Se calcula que en España, hay unos dos millones de afectadas», asegura la doctora Annalisa Di Rocco , médico cirujano en ginecología y obstetricia, ... directora de endovencedoras y especialista en psiconeuroinmunología.
¿En qué consiste exactamente?
El endometrio es el tejido que forma la parte interna del útero, una capa que durante el ciclo menstrual experimenta ciertos cambios fisiológicos y que tiene un papel clave en el embarazo. Cuando hay estrógenos, el endometrio crece y se hace más grueso, ya que, si hay fecundación, será el encargado de acoger y alimentar al embrión. En caso contrario, si no hay embarazo, se desprende y se elimina en forma de lo que llamamos menstruación.
Cuando una mujer tiene endometriosis, este tejido –el endometrio– aparece fuera del útero. Los focos más frecuentes son la zona pélvica, los ovarios, las trompas de Falopio, el intestino o la vejiga. Sin embargo, también puede aparecer en otras zonas como los pulmones, el sistema renal o, incluso, el cerebro. Durante la menstruación, estas partes de tejido endometrial también se desprenden y sangran; este hecho provoca un dolor que puede llegar a ser incapacitante. Además, al mismo tiempo, el cuerpo también ataca a estos tejidos que han migrado a lugares donde no les toca estar, lo que causa inflamación y genera alteraciones en los órganos afectados.
¿Cuáles son las señales que hacen sospechar que se padece?
La sintomatología es muy heterogénea y depende de cada caso, pero los síntomas más frecuentes son dolor muy fuerte durante y/o antes de la regla, también durante la ovulación, sangrados abundantes, infertilidad, dolor durante o después de las relaciones sexuales, ciática, inflamación abdominal (la llamada endobelly), náuseas y cansancio, entre otros. A veces es un dolor seco, continuo; otras, parecen contracciones: un dolor muy fuerte que aumenta y disminuye constantemente y que puede durar horas. Además de la zona del útero, el dolor también puede aparecer en los órganos con endometriomas –quistes– o adherencias –ya sean provocadas por la enfermedad o por las cirugías– como, por ejemplo, en la vejiga o en los intestinos o el colon, lo que puede generar problemas a la hora de orinar o de defecar. Dolores en espalda, columna lumbar o ciáticas muy difíciles de controlar con analgésicos comunes.
¿Hay una edad determinada en la que debe preocuparnos?
Muchas mujeres experimentan los primeros síntomas desde la primera menstruación; sin embargo, el problema es que la mayoría de las veces se detecta tarde. Hay casos en los que pasan años hasta que llega el diagnóstico; y esto no ayuda, porque la enfermedad avanza y se agrava.
El dolor durante la menstruación aparece antes de las lesiones, incluso años antes, ¿cuáles son las causas?
En general, médicamente no hay una explicación concluyente sobre el origen de esta patología. Sin embargo, como ginecobstetra con máster en psiconeuroinmunología clínica, tengo claro que la base de la endometriosis es una inflamación de bajo grado del sistema inmunológico, que debemos abordar necesariamente . El exceso de exposición a los xenoestrógenos de tóxicos ambientales como los pesticidas, el bisfenol del plástico, alimentos procesados o productos que provienen de animales hormonados, entre otros, alteran el cuerpo, la microbiota intestinal y vaginal, y se genera una inflamación crónica de bajo grado. Y si, además, el estado del sistema inmunitario no es óptimo –porque comemos mal y no ingerimos las vitaminas, los minerales o los aminoácidos que necesitamos–, el cuerpo no se desinflama correctamente, ni repara en endometrio (mucosa interna del útero cada mes), por lo tanto, genera dolor.
Lo primero que se hace en medicina alopática es dar anticonceptivos orales para mejorar la sintomatología de las pacientes. De todos modos, el tratamiento no puede ser este. Debe ser más global.
¿Se puede prevenir?
Estas dolencias están muy relacionadas con resistencia a la insulina, dadas por elevada exposición a índices glucemicos por largos periodos de tiempo, lo mismo que el cortisol, la exposición a bisphenol (plásticos), metales pesados, Xenoestrogenos (contaminantes, pesticidas, antibióticos utilizados en la industria ganadera)que contaminan nuestros alimentos.
Si actuamos sobre una alimentación más sana, disminuir los ejes del estrés, movimiento físico sobre todo en ayunas para utilizar la grasa acumulada y remover toxinas, además del beneficio en la respiración celular, secreción de hormonas, además el ejercicio físico ha demostrado influir positivamente en la cantidad y calidad de la población de nuestra microbiota intestinal.
Tanto la alimentación como la reposición de mibrobiota se debe individualizar en cada caso, y en el tratamiento especifico de las mujeres cuyo metabolismo es cíclico, y variable en los distintos momentos de la vida.
Las evidencias clínicas de mis pacientes y la gran mejoría de sus síntomas, parámetros paraclínicos, calidad de vida y fertilidad, así como de otros facultativos es innegable y apunta a que intervenir integralmente es la vía para la actuación, no sobre la expresión de la enfermedad, sino más allá, a la causa que la produce, en qué momento de la bioquímica dejamos de aportar nutrientes, minerales y vitaminas para que las células tengan los precursores necesarios para crecer y duplicarse en células sanas convirtiéndose en enfermedad. La aplicación de estos conceptos nos lleva a retomar la salud de la mano desde su origen.
¿Cómo se consigue acabar con este problema?
En la literatura científica los anticonceptivos orales también forman parte del grupo de los xenoestrógenos; por tanto, cuando tomamos, sobresaturamos aún más el sistema de hormonas y añadimos más sustancias químicas al cuerpo. Además, con los anticonceptivos no damos al cuerpo la información necesaria para recuperar el eje hormonal, sino que tapamos la causa. Puede parecer que la paciente mejora, pero, en realidad, no se frena la enfermedad, ya que, una vez más, se atacan los síntomas, pero no las causas.
Para hacer frente a las causas reales de la patología, es muy importante tener en cuenta que la paciente no es un útero, sino un ser humano y que, por tanto, debemos tener en cuenta sus emociones, sentimientos, alimentación y estilo de vida.
Actualmente se sigue operando de endometriosis, pero se intenta dejar para cuando no hay más alternativas, ya que con la cirugía se merma la reserva ovárica y además se crean más adherencias.
Además, el estrés es uno de los grandes aspectos a tener en cuenta cuando hay endometriosis y se aconseja algo muy importante, pero a menudo olvidado: Hay que disfrutar de la vida y de lo que tenemos. Las expectativas nos hacen mucho daño y hacen que nos enfoquemos más en lo que no tenemos que en lo que sí tenemos; esto, generalmente, crea mucha ansiedad. El agradecimiento es una de las cosas más grandes que debemos tener.
Además, quiero enfatizar la importancia del acompañamiento emocional. En casos de endometriosis a menudo detrás hay una niña herida que ha sufrido un trauma en la infancia y, por ello, recomienda hacer terapia, ¡pero no cualquiera! Con la psicoterapia larga se revive demasiado el problema y alteramos los niveles de cortisol; y eso no interesa. Hace falta una terapia breve y efectiva, para que la mujer, desde una visión adulta, entienda la situación que vivió de pequeña.
También hay que reeducar el sistema nervioso. Cuando hay dolor crónico y sostenido en el tiempo aparece una hipersensibilización del sistema nervioso. Las zonas del cerebro dedicadas al dolor se hipertrofian y, como consecuencia, reciben más señales de dolor, reaccionan de manera más rápida ante los estímulos e, incluso, pueden llegar a hacer que estímulos no dolorosos puedan llegar a serlo.
Para mí, con un abordaje en conjunto, con un médico preparado en una visión integral de la mujer, en todos los aspectos que influyen en su vida, evaluándola incluso desde su nacimiento, entorno familiar, alimentación, peso en la infancia, emociones, bioquímica y metabolismo. Si es necesario cirugía para remover grandes lesiones, pero siempre de la mano de un abordaje integral.
En mi caso, trabajo con un equipo de dietista, psicólogos para el apoyo de mis pacientes. Además de un soporte constante a través de grupo de Wasap #ENDOVENCEDORAS en donde continuamente están interactuando desde el apoyo en positivo y educación continua sobre la enfermedad y empoderamiento. Es una comunidad con intereses comunes, cambio del estilo de vida y visión más positiva de la situación de enfermedad, donde, además, comparten cada día sus logros y recuperación parcial o total, o los pasos que se dan en su recuperación hormonal, y embarazos.
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