¿En busca de un embarazo? Las múltiples razones por las que este puede ser tu verano

Pero no, no hablamos de mamás en el tercer trimestre. Nos referimos a quienes podrían pasar por los tres primeros meses de gestación en los meses de calor. Así, las cosas, cuando llegase el momento de la «gran barriga» casi estarían entrando en la primavera, el tiempo ideal para pasear con el bebé, para no tener ni que abrigarlo mucho ni poco. Además, y esto siempre es importante, los virus respiratorios que afectan a los recién nacidos, como el causa la bronquiolitis, actúan en los meses fríos del invierno y el otoño.

En cuanto al virus que se ha instalado en nuestras vidas, la vacunación para embarazadas es ya una realidad, tras la recomendación de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia de vacunar a las gestantes cuando les corresponda por edad y riesgo con las vacunas de Moderna y Pfizer.

Además estos motivos, de peso suficiente, los expertos de Clínicas EVA nos recuerdan que:

El verano es una época en la que se tiene menor estrés, porque por lo general pasamos mas tiempo alejados del entorno laboral, uno de los más estresantes. Los desajustes orgánicos de la ansiedad y el nerviosismo influyen también en la fertilidad. En el varón empeora la calidad del líquido seminal y en la mujer se ve perjudicada la ovulación. Así pues, las jornadas reducidas, las vacaciones y ahora, en algunas empresas, el teletrabajo, pueden construir un entorno tranquilo para la maternidad .

El hecho de tener más tiempo libre te permitirá también poder consultar y acudir a las citas médicas sin perjuicio de tus ocupaciones profesionales. Igualmente podrás seguir las pautas que te marque tu ginecólogo: caminar o realizar este o aquel ejercicio, así como asistir a charlas sobre cuidados del bebé, alimentación específica en el embarazo o de otro tema que a ti y a tu pareja os pueda resultar interesante.

Con respecto a la reproducción asistida, un proceso en el que el estrés puede aumentar por la carga que supone no haber logrado el embarazo de forma natural, un verano relajado permitirá llevar a cabo con más tranquilidad las fases que más inquietan a las madres.

En primer lugar, La estimulación ovárica abarca todos los días en los que la mujer debe inyectarse hormonas para aumentar el número de óvulos. Esto conlleva un aumento de las posibilidades de éxito en el propio procedimiento de reproducción asistida, sea una fecundación in vitro (FIV) o una inseminación artificial. La secuencia podría ser, salvo otros problemas: mayor tranquilidad-mayor número de óvulos-mayores posibilidades de fecundación

En este punto, matiza la ginecóloga de EVA Fulvia Mancini, el aumento de estas hormonas, los estrógenos, pueden favorecer la retención de líquidos e incrementar los problemas trombóticos. Para contraerrestrar este problema, la doctora recomienda hidratación máxima, vida activa y no tomar no mucho el sol para evitar la aparición del cloasma, una mancha típica de la gestación.

Después, la betaesepera, que es el tiempo en el que la mujer espera el resultado de embarazo, una vez que ya le han sido transferidos, bien un embrión, bien material seminal, según el tratamiento. Este tiempo en que la paciente no sabe si está o no embarazada puede resultar muy angustioso. El verano, con sus posiblidades de salir, de disfrutar al aire libre, lo hace siempre más llevadero, y, en caso de ser negativo, deja menos tiempo a la frustración.

El último asunto que juega a favor de la natalidad este 2021, o, al menos, del bienestar de la embarazada, es la ausencia de aglomeraciones, que tantas molestias le causan a la futura mamá. Las más conocidas son, como no, los mareos producto de las temidas bajadas de tensión.