Rocío, opositora (23 años) y cuidadora de su madre, con Alzheimer precoz: «Un nuevo cierre sería su desequilibrio total»

«Antes de que falleciera mi padre, en 2015, mi madre ya tenía olvidos, pero seguía trabajando y con una serie de rutinas que le venían muy bien. Pero al morir este, ella no supo reaccionar. Tuvo una gran depresión, dificultades a la hora de hacer la compra… Hasta que llegó el diagnóstico».

Rosa llegó al Centro de Día de Summun Vita (Aluche) el 22 de diciembre de 2019. «Estuvo unos meses, hasta que llegó el cierre. Cuando le dije que no podía ir al centro por la pandemia del coronavirus, no entendía nada. Empezó a aburrirse, a apagarse… Yo he hecho lo que he podido. He dejado de estudiar a ratos para entretenerla, pero la vitalidad que había recuperado en centro había desaparecido totalmente», relata esta joven.

El resultado, revela Rocío, es que «han empeorado sus capacidades cognitivas . En el centro estaba ganando en expresión, en vocabulario... y ahora le vuelve a costar encontrar la palabra, y entonces se la inventa o dice otra que no tiene nada que ver», se lamenta Rocío, pero por contra, « ha recuperado la alegría y las ganas de hacer cosas. Y eso también es muy importante», reflexiona Rocío, quien teme que un segundo cierre de los centros de día supondría «su desequilibrio total» .