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Lass, el perro labrador que guía a su dueño con Alzheimer

Advierten de los enormes beneficios de estos animales, hasta ahora más conocidos por su función como lazarillos de personas ciegas

Carlota Fominaya

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Lass llegó a la vida de Mariano con el objetivo de acompañarle y convertirse en un apoyo tras su diagnóstico de Alzheimer, una situación que le sorprendió muy joven, con solo 60 años . En ese momento, Mariano llevaba una vida laboralmente muy activa y la confirmación de la enfermedad le hizo perder la sonrisa y las ganas de seguir adelante. De hecho, reconoce Carmen su mujer, «estaba todo el día sentado en su sofá, deprimido...». En las fases iniciales, corrobora su hijo, Carlos, «mi padre no quería salir de casa, apenas hablaba... Creemos que todavía era lo suficientemente consciente de que algo le pasaba. Entendía lo que significaba el proceso ».

Pero tras siete años en la familia, este labrador ha conseguido no solo que su dueño pueda salir a la calle sin perderse cada vez que salen juntos a pasear, sino que además le ha devuelto el carácter alegre que la enfermedad se llevó, convirtiéndose en mucho más que un animal de compañía. «Lass es un apoyo fundamental que ha hecho que mi padre recupere su autonomía y que le ha devuelto el carácter alegre y entusiasta y las ganas de vivir», apunta este joven.

Por este motivo, el Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid (COLVEMA) ha concedido a Lass el premio Bienestar Animal 2018 en la categoría de «Animal comprometido con la sociedad» por su implicación y la mejora de la condición en la vida de su dueño y por haberse convertido en mucho más que un animal de compañía. «La gran labor que pueden realizar animales como este, quizás hasta ahora más conocidos por su labor como perros lazarillo de personas ciegas, es indudable», remarca el presidente de esta entidad, Felipe Vilas. Es más, añade Carlos, «un ciego no ve, pero dirige al perro. En el caso del Alzheimer, el perro también dirige».

Esa capacidad de Lass para acompañar a Mariano y regresar a casa sin problemas es una habilidad que este labrador ha desarrollado con el tiempo, gracias a los cuidados y dedicación de su familia. Lass no ha recibido ningún tipo de entrenamiento especial, más allá del tiempo y el cariño que Mariano y su familia le dedican. «Un veterinario nos recomendó esta raza porque suelen ser animales muy inteligentes, dóciles y con capacidad de aprendizaje. Además con Lass creemos que hemos tenido mucha suerte. No sé si el perro es consciente o no de que el guía a mi padre, pero cuando salen a pasear por el barrio siempre sabe cuál es nuestra casa».

Los beneficios de perros guías

Hasta hace relativamente pocos años, prosigue el presidente de Colvema, «eran solo animales de trabajo y compañía, pero ahora se ha visto que existe una transmisión de emociones a las personas muy importante . Esto, en una sociedad cada vez más envejecida, cobra vital importancia, porque tener un animal puede favorecer que la persona se mantenga activa física e intelectualmente . Tendrá que pasear al perro, y cuidarlo... con todo lo que esto conlleva de sociabilidad».

En este caso concreto, puntualiza Carlos, «pensamos que el ejercicio que mi padre ha hecho con Lass, con quien salía mínimo dos o tres veces al día a pasear durante media hora ha servido para retrasar el avance de la enfermedad. Porque estos enfermos suelen salir cada vez menos de casa. Y aunque no tengas Alzheimer, si cada vez te mueves menos, el deterioro en muchos aspectos es mayor».

«Sin olvidar -prosigue-, esa parte emocional. Mi padre sabe que Lass es su perro, y ha conectado emocionalmente con él. Esto es muy importante porque cuando va avanzando el deterioro la interacción de estos enfermos con otras personas se va complicando, porque la relación es más compleja. Digamos que con Lass es más directa, de afecto, de cariño... Más simple, pero muy reconfortante».

No hay que olvidar que estos beneficios, confirma el presidente de Covelma, «son extensibles a niños con autismo, con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) ... y multitud de casos en los que el animal aporta mucho más que compañía : aporta emociones absolutamente beneficiosas que se pueden utilizar en la realización de infinidad de terapias ». «Es verdad que intervienen muchas variables que a nosotros nos han cuadrado (como que haga de guía), pero es indudable que la parte afectiva del vínculo que se establece es fácil de reproducir en cualquier otro caso », concluye Carlos.

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