Gallegos, asturianos y madrileños son los que más cuidan de sus mayores

Con motivo del Día Internacional del Cuidador, que se celebra este martes 5 de noviembre, Merck ha publicado su tercera encuesta sobre la situación de los cuidadores no profesionales en la sociedad española , un sondeo en el que han participado 506 cuidadores residentes en España. Según Ana Polanco , directora de Corporate Affairs de Merck en España, «el objetivo de esta iniciativa es hacer visible la importante labor que realizan los cuidadores, engranaje clave de la atención al paciente. Para Merck es vital que se conozca mejor la realidad de estas personas, que no son trabajadores profesionales y anteponen la atención del dependiente a su propia salud ».

Una de las principales conclusiones del estudio es que existen diferencias entre los cuidadores de toda España . Los resultados muestran que la gran mayoría de ellos (76%) están a cargo de personas de más de 65 años, sobre todo en el caso de los residentes en Galicia (87%), Asturias (85%) y Madrid (84%), que se sitúan muy por encima de comunidades como Navarra (25%), Baleares (50%) o Comunidad Valenciana (59%). A nivel provincial, esta situación se endurece todavía más: el 90% de los encuestados coruñeses cuidan a alguien de esa edad, frente al 53% de encuestados valencianos.

La dedicación también arroja diferencias significativas, teniendo en cuenta que la media española se sitúa en 27 horas semanales . Los cuidadores no profesionales asturianos son los más implicados con esta tarea, al alcanzar las 60 horas que, en la mayoría de los casos, compaginan con un trabajo remunerado. Valencianos, gallegos y murcianos también se sitúan por encima de la media. Además, y dado que la mayoría de las personas en situación de dependencia están así por problemas de movilidad asociados a la edad (46%), problemas asociados al envejecimiento en general (45%) o discapacidad física (29%), la situación para los cuidadores suele prolongarse durante años, 7 de media en toda España, que se elevan a 13 en el caso de Islas Baleares y Galicia, 11 en el caso de Navarra y 9 en el de Madrid.

Lo que es común a todos los cuidadores, independientemente del lugar de residencia, son los sacrificios que realizan . La mayoría destaca la presión económica, el impacto profesional y el haberse tenido que reducir horas en el trabajo como los tres cambios más frecuentes entre los cuidadores españoles. Los asturianos son los que más acusan los dos primeros y navarros y baleares, el último.

Además, en cuanto al impacto en la salud y bienestar del cuidador, la mayor parte refiere cansancio (78%), dificultad para dormir (76%) y empeoramiento de la salud física (75%). La situación se recrudece en Baleares y Asturias, donde los cuidadores acusan más el cansancio, las dificultades para dormir y un empeoramiento general de su salud física. Sin embargo, no son estos ciudadanos sino riojanos, manchegos y vascos quienes reconocen con más frecuencia poner la salud de la persona a la que están cuidando por delante de la suya propia hasta el punto de que, riojanos y castellanomanchegos son los que menos informan a su médico de cabecera de que están asumiendo el rol de cuidador. La mayoría de los españoles lo hace, concretamente un 70%, pero son familia y amigos cercanos quienes están más al corriente (86%).

Cuidar de alguien que lo necesita provoca satisfacción en la mayoría de los cuidadores no profesionales españoles, sobre todo en riojanos (100%), vascos (69%) y manchegos (67%). Sin perder de vista el hecho de que es un trabajo gratificante, vascos, baleares y valencianos son más conscientes del desafío que supone este rol. Por ello, echan en falta recursos financieros, ayuda con las responsabilidades o una mayor capacitación.

Sabedores de la realidad que viven los cuidadores no profesionales en España, Merck ha puesto en marcha una campaña en redes sociales para que puedan disponer de tiempo. Por cada 3 tuis con el hashtag #Cuidadelosquecuidan Merck aportará a Supercuidadores el equivalente a una hora de trabajo para que un cuidador profesional sustituya a un cuidador no profesional y este último pueda disfrutar de tiempo libre. La campaña, que se llevará a cabo durante dos semanas, destinará una dotación de hasta un máximo de 300 horas para apoyar a este colectivo y mejorar su calidad de vida.