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Día Mundial de Toma de Conciencia del Maltrato en la Vejez

«Antes se respetaba a los abuelos, ahora se les arrincona»

María del Pilar Fernández ha dedicado su vida a cuidar a los mayores y considera que «la familia es una escuela para inculcar a los hijos el buen trato a estas personas»

Laura Peraita

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María del Pilar Fernández tiene 66 años y está jubilada. Es titulada en auxiliar de Geriatría y toda su vida la ha dedicado a atender a los mayores, tanto en el Hospital de Molina de Segura (Murcia) como en el propio domicilio. « Cuando salía de sus casas no pensaba que había realizado un trabajo . Tenía la sensación de haber hecho todo lo mejor para que la persona se sintiera muy bien. Me sentía muy satisfecha –reconoce–, tanto que hasta mi empresa me ha felicitado por mi labor».

Por este motivo, « no puedo entender bajo ningún concepto que haya personas que no solo no ayuden a los mayores, sino que, incluso, les tengan desatendidos, que les abandonen en sus necesidades, les ignoren y, mucho menos comprendo que les maltraten psicológicamente y físicamente, que se aprovechen de su dinero...»

Reconoce que ella ha sido testigo de los malos tratos. «Fue en una ocasión en la que trabajé en la unidad de Respiro Familiar. Una familia llevó a su madre y al ver a la mujer muy abatida le ofrecí un vaso de agua y lo bebió con ansia. Le comenté a la hija lo bien que le sentó beber y me regañó y prohibió darle más agua . A la semana siguiente me enteré de que la mujer había fallecido. Estoy convencida de que murió deshidratada. Cuando me cruzo con la hija siempre retira la mirada».

Fernández considera que hay personas que no tienen conciencia ni respeto a los mayores y valora mucho que se impartan talleres como el de «Buen trato» del centro de Molina de Segura, realizado en virtud del Convenio de colaboración entre la Fundación Bancaria «la Caixa» y la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, a través de los Centros Sociales de Personas Mayores, dependientes del Instituto Murciano de Acción Social (IMAS).

«Quizá mi caso sea diferente al de la juventud actual porque de pequeña viví con los abuelos en mi casa. Antes se respetaba a los mayores, ahora se les arrincona. Los jóvenes no les valoran y es labor de los padres enseñarles a respetar , valorar y saber atenderles correctamente. La familia, en este sentido, es una verdadera escuela», concluye María del Pilar Fernández.

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