Secundaria: la llave para continuar estudios o acceder al mundo profesional

El objetivo marcado por la ESO es que el alumno consiga los elementos básicos de la cultura, especialmente en los ámbitos científico-tecnológicos, humanísticos, artísticos o motrices. También se pretende el desarrollo de hábitos de estudio, trabajo y vida saludable, con el horizonte de su promoción a estudios superiores o al mundo laboral.

Jorge Peñalver, director de la Cuarta Sección del colegio Estudio, explica que el propósito de Secundaria es que el alumno consolide los hábitos que le acompañarán siempre: «El alumno adquiere conciencia de la complejidad que implica estudiar una disciplina». Otro de los objetivos del colegio Estudio es lograr que el adolescente consiga un aprendizaje significativo y experiencial, indica Peñalver: «En esta etapa se fomenta la relación del conocimiento con el mundo real, la práctica científica y los problemas del entorno y la sociedad. También es un momento clave en el desarrollo del gusto estético y la formación en valores y la educación emocional».

Estar en posesión del título de ESO permite el acceso a estudios de Bachillerato, ciclos formativos de grado medio de Formación Profesional, ciclos formativos de grado medio de artes plásticas y diseño, y enseñanzas deportivas de grado medio.

A la hora de atender a los estudiantes, es esencial tener en cuenta su momento evolutivo, señala María José Santelesforo, responsable del Departamento de Orientación del colegio Estudio: «Metidos de lleno en la adolescencia y enfrentándose al gran reto de construcción de la propia identidad, el estudiante necesita saber que ocupa un lugar». El grupo de amigos cobra gran importancia, según Santelesforo, porque «le ayuda a desarrollar su identidad, a adquirir las habilidades para pertenecer al grupo». Es un momento de cambios, como dicen desde Colegios Regnum Christi: «Es una época de descubrimientos y novedades, y aquello de lo que los adolescentes están cobrando conciencia no siempre les resulta agradable o positivo. Surge en ellos una necesidad y un anhelo de reconocerse en medio de tanto cambio. Por eso, en Colegios Regnum Christi nuestra labor en esta etapa es ayudarles a que se conozcan para que sean ellos mismos, y no lo que creen que los demás esperan para ganarse su afecto. Que se acepten, con sus virtudes y sus defectos, y se superen para que lleguen a ser la mejor versión de sí mismos y así alcanzar sus metas y transformar positivamente su entorno».

«Nuestra misión en esta etapa -afirman- es provocar en los alumnos esas preguntas vitales que le ayudarán a tomar mejores decisiones: ¿Quién soy? ¿Quién quiero ser? ¿A qué aspiro? ¿Adónde quiero llegar?, porque como decía Séneca: Para el marinero que no sabe adónde va, cualquier camino es desfavorable».

Uno de los problemas denunciados por la comunidad educativa se centra en los horarios. El informe de la OCDE publicado el año pasado incidía sobre una queja permanente del profesorado: las largas jornadas de los estudiantes de Secundaria, muy por encima de los países del entorno. En cada curso de la ESO, los alumnos españoles tienen 1.057 horas anuales de clase, un 20% más que la media de la Unión Europea. La jornada intensiva en los institutos afecta, según algunas investigaciones, al rendimiento del alumno. En este sentido podría favorecer la jornada partida de centros concertados o privados. Daniel Gabaldón, profesor titular de Sociología en la Universidad de Valencia, advierte de que «en España el paso de Primaria a Secundaria se incrementa prácticamente un tercio de las horas de dedicación». «En muchos otros países de Europa, como Finlandia o Estonia, tienen un incremento progresivo», añade. Gabaldón estima que la «planificación está perjudicando también el trabajo de los docentes al tiempo que el alumno está más atosigado».

Para analizar el papel de Educación Secundaria dentro del sistema educativo español debe tenerse en cuenta que un 26% de los jóvenes de entre 25 y 35 años carece de este título. Este dato es preocupante. Javier Morentin Encina, profesor de Educación Social en la UNED, aclara los distintos conceptos de este problema: «El desenganche es un proceso, mientras que el fracaso escolar es el resultado final. Los factores y las causas pueden ser familiares, de dirección del centro, de profesorado». Para limitar el fracaso alude el experto al reforzamiento del «vínculo entre profesor y alumno como algo principal». «Es algo que todos, incluso con nuestra propia experiencia, hemos podido experimentar», apunta. Para poder impartir clase en Secundaria es preciso estar en posesión del máster de formación. Antonio Salvador Plans es su coordinador en la Universidad de Extremadura. Este máster de didáctica y metodología también habilita para impartir clase en Bachillerato, escuelas de idiomas y formación profesional. En esta universidad tiene un contenido de 120 créditos, con un parte común donde se estudia el procedimiento de organización de un centro escolar y otra asignatura dedicada a la psicología y evolución del adolescente. El resto se cursa por especialidades.

Sobre los cambios en la LOMLOE, Salvador se queja de «la reducción de algunas materias esenciales». Tampoco está de acuerdo con que «cada cambio político suponga un cambio educativo, es un auténtico despropósito para los estudiantes».