Odile Rodríguez de la Fuente: «El origen de la vida debería ser asignatura principal en los colegios»
La hija de Félix Rodríguez de la Fuente publica un libro con el que mayores y pequeños podrán entender la historia del planeta: 4.600 millones de años explicados en 24 horas
«No sé qué hacer con mi futuro». Así debes ayudar a tu hijo a tomar una decisión
MADRID
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Iniciar sesión¿Cuál es el origen de la Tierra? ¿Cómo comenzó la vida? ¿Qué pasó con los dinosaurios? ¿Quiénes fueron los primeros humanos que poblaron el planeta?... Puede que muchos padres y madres no sepan responder a estas cuestiones. Hoy, muchos menores estarán estudiando conceptos como ... la era paleozoica, mesozoica o cenozoica. Y de ello trata 'La historia más fascinante del mundo' (Molino), el libro de Odile Rodríguez de la Fuente, hija de Félix Rodríguez de la Fuente.
Niños y adultos podrán entender mejor cómo se han ido forjando los equilibrios que han propiciado que la Tierra sea una roca palpitante, capaz incluso de reflexionar y entenderse a sí misma, a través de una de sus especies más asombrosas.
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Fue hace 4.600 millones de años cuando la Tierra comenzó su extraordinario relato, una historia tan larga y asombrosa que desafía nuestra imaginación. Rodríguez de la Fuente la ha comprimido en un reloj de 24 horas para entender con facilidad el mundo del que formamos parte.
- ¿Cuál es la razón de este libro?
Responde a un inquietud que siempre he tenido, que es esa curiosidad que todos tenemos cuando somos niños de querer saberlo todo. Esto es algo que me ha acompañado toda mi vida y por eso soy bióloga: quiero entender cómo funciona el mundo, el sistema solar, cómo se crea la Tierra, por qué hay vida en nuestro planeta y en otros no, los cambios climáticos.... Son preguntas que me asaltan.
- En el libro explicas 4.600 millones de años en 24 horas. ¿Por qué?
Es una cifra inabarcable, difícil de sintetizar y entender cuándo aparecen los seres humando, los dinosaurios… En su día, descubrí que alguien sacaba un reloj para explicar todo esto y me llamó la atención. Lo he aplicado en charlas que he dado a niños, quienes se quedan alucinando con este concepto. ¡Saben que los seres humanos aparecimos en los últimos cuatro segundos! Los pequeños siempre a alucinan con la historia del reloj, les ofreces la oportunidad de que te den ideas, juegas con ellos, estimulas su imaginación, se implican en pensar... Así es más fácil interactuar con ellos y que se enamoren de esta historia.
El reloj me parece una excusa perfecta para que cada uno se conozca mejor, comprenda la historia de nuestro planeta y, además, de forma didáctica. Aunque el libro está recomendado a partir de los 7 años, realmente es también para adultos. La mejor muestra de que puedes llamar la atención tanto de niños como de mayores fue mi padre. Por eso, invito a que todo el mundo lea el libro y sacie su curiosidad sobre nuestro origen.
- El origen de la Tierra es algo que se estudia en los colegios. A ti te apasiona pero a los alumnos les parece un rollo...
Es que nuestro sistema educativo es decimonónico. ¡Apenas ha cambiado nada! Es lógico que se les quite las ganas de estudiar, se les anula su imaginación, su curiosidad...
El origen de la vida, además, debería ser la asignatura principal y luego todas las demás (matemáticas, lengua...) porque ¡es lo que nos ha permitido que estemos vivos! ¿Cómo es posible que exista la vida y que seamos capaces de pensar? Es una gran pregunta. Si tú a los niños, desde Infantil, les inculcas esta historia fascinante a través de todos los cursos, estando presente en el sistema educativo, se sentirían muy identificados con la naturaleza. Nos estamos cargando su curiosidad innata.
- ¿Y pueden hacer algo las familias?
Los padres pueden hacer mucho por fomentar la curiosidad de los niños pero es verdad que los adultos son los primeros que han de demostrar que quieren indagar. No podemos dejar solo en manos de las instituciones académicas este aspecto.
Y también es muy importante que no lo vean como una obligación, sino que sean curiosos para sí mismos... Es maravilloso que los padres quieran salir a la naturaleza porque les apetece, para descomprimir, dar un paseo por un río, escuchar a los pájaros... Hacer eso que te reconcilia con la vida.
- ¿Cuál es tu parte favorita del libro?
Una de las más difíciles de entender y explicar: el paso de las células procariotas a eucariotas. En la editorial, de hecho, me dijeron que sólo metiera un par de líneas al respecto y yo dije ¡no! (risas). Son dos hojas del libro, con dibujos, porque este proceso fue fundamental en la historia de la vida: es lo que dio lugar a que nacieran las plantas, los animales, seres complejos... Y encima nos creemos que todo fue fruto de 'ser el más fuerte'. Y no es así: los saltos evolutivos más importantes no se han producido gracias a la competitividad, sino que ha sido el resultado de la cooperación. ¡Es la parte que más me fascina! Y a los niños, esto les encanta. Lo importante de la evolución es que te hace cambiar ciertos conceptos que tenemos interiorizados y eso te hace ver la vida de otra manera.
- Apuestas por vivir en armonía con la naturaleza pero… ¿es posible?
¡Por supuesto! Si hay algo que nos ha enseñado la historia de la vida, los más de 4000 millones de años, es que hay muchos errores en la evolución: los caminos se recomponen y todo termina existiendo en equilibrio.
Nosotros, como una especie más, cometeremos errores y viviremos situaciones críticas, como la actual. Pero seremos capaces de enmendar el camino recorrido para volver a vivir en armonía. Los siglos no son nada a escala geológica. Lo que se salga del equilibrio planetario será podado por la madre naturaleza cuyo objetivo es custodiar la vida. Y precisamente porque somos seres pensantes, nos reintegraremos.
- Hablas en el libro del legado maravilloso que tenemos pero siempre que se habla del futuro planeta, no son buenas noticias. ¿Hacia dónde vamos?
Soy muy optimista. Es verdad que hoy nos encontramos en un punto de inflexión pero es como la vida misma. Quiero decir, cuando eres un niño, vives en armonía con todo: la infancia vive el presente está muy conectada a ti. Luego viene la adolescencia, etapa de rebeldía. Y es bueno que ocurra. Después llega la madurez, etapa en la que vuelves a conectar.
Creo que hoy estamos en una etapa de adolescencia colectiva, cuestionando a la madre naturaleza y creyendo que sabemos más que ella. Pero confío en que saldremos de esta etapa y entenderemos la lección de la madre naturaleza, la única que nos da todo lo que necesitamos para vivir.
Esto no quiere decir que volvamos a las cavernas: el desarrollo siempre tiene que estar pero al servicio de la vida, no al contrario. Hoy hay muchísimas más iniciativas dispuestas a cambiar todo esto que hace veinte años y creo que este despertar está cambiando poco a poco la forma de pensar de la sociedad, dirigiéndose hacia un modo de vivir más sostenible, en armonía con la naturaleza y el planeta porque lo contrario no tiene salida.
No sé cuantos años más vamos a estar así hasta que ese movimiento se afiance completamente pero ya se intuye. Tengo mucha fe en el ser humano.
- Siempre hablas de la importancia del mundo rural. Justo cuando has dicho que el desarrollo tiene que existir pero al servicio de la vida, me viene a la mente el teletrabajo: gracias a él, muchos se han ido a vivir a los pueblos. Es una manera de cuidar la naturaleza, ¿no?
Es empezar a entender que cuando hablamos de la salud integral de las personas, hablamos de salud emocional, psicológica, física... ¡Todo ello está en relación con la naturaleza! Al igual que el comer alimentos naturales, dejando de lado los ultraprocesados y la comida rápida, el valor de volver a cocinar, de cuidar, de establecer vínculos con los demás...
Y esas personas que dicen 'hasta aquí' y vuelven a los pueblos son más productivas desde el punto de vista laboral, tienen mejor autoestima, trabajan en grupo... Y llaman la atención de las empresas.
Todo esto demuestra que fomentar la salud integral favorece a todos: somos más productivos y además vivimos mejor. La naturaleza, el mundo rural, nos aporta salud mental, psicológica… A mi, el tema de los nómadas digitales me fascina.
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- ¿Cómo le explicas a los niños quién fue tu padre?
Hay muchos menores mayores de 6 años que sí le conocen porque su padre o abuelo era seguidor de él. En cuanto uno comenta algo de Félix Rodríguez de la Fuente, el resto de pequeños preguntan y el que lo conoce, les explica que era una persona que hablaba con los lobos, que los salvó de la extinción en España... A él, que le encantaban los animales, nos enseñó que se podía vivir en armonía con la naturaleza.
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